Cuando Balears se encontraba día tras día en la picota de la actualidad judicial, un concejal de la localidad mallorquina de Llucmajor, fundador en 1989 del partido liberal Agrupación Social Independiente (ASI), era condenado a seis años de cárcel por regar con fondos públicos a una enmarañada red de empresas de su propiedad (aunque el Tribunal Supremo rebajaría la pena a dos años de prisión). En 2012, un Juzgado le sentenciaba en primera instancia por difundir, a través de la página web del partido, un vídeo que mostraba veinte formas de matar a una mujer. La Audiencia Provincial de Balears finalmente lo absolvió. Y, más de diez años después, Joaquín Rabasco, de 71 años, regresa a la política como edil electo en la misma localidad que le vio medrar y caer.
Nacido en Córdoba en 1952, Rabasco se convirtió en una controvertida figura de carácter populista dentro del panorama político de la isla. Y este año ha decidido regresar al ámbito público como candidato de su nuevo partido, S'Arenal, Llucmajor y Urbanizaciones (S'ULL), que en las pasadas elecciones municipales del 28 de mayo obtuvo el 7,49% de los votos, traducidos en dos regidores. Este sábado ha regresado al salón de plenos del Ajuntament de Llucmajor para tomar posesión de su cargo.
“Hace 38 años que están intentando hacerme desaparecer de la política”, ha manifestado en medio de la expectación que ha generado su presencia. Durante el acto, ha sido investida la primera mujer alcaldesa del municipio, Francisca Lascolas (PP), con el apoyo de Vox y ASI, precisamente el partido que él mismo fundó.
Ante las críticas suscitadas por su intervención, Rabasco ha manifestado, en su cuenta de Facebook, no haber visto nunca “tanta falta de educación y respeto entre los asistentes a un pleno de investidura de un alcalde”. “Una serie de energúmenos y energúmenas con sus respectivos dirigentes inquisidores Torquemadas, mientras mostraban sonrisas de traidores, se atrevieron a insultar y vociferar a mi persona mientras exponía una serie de conceptos con motivo de la investidura de la nueva alcaldesa de Llucmajor. Curiosamente, los facciosos pertenecían a los partidos de PP, Vox y ASI”, ha añadido.
En su publicación, el recién nombrado edil ha considerado que esta reacción “era de esperar, sobre todo cuando la recién nombrada alcaldesa estaba de su parte, pidiéndome que acabara mi intervención, porque lo que le estaba diciendo no era de su agrado. ¡Quién lo diría! Una vez más, parte de la gente de Llucmajor y algún que otro pendejo de las urbanizaciones y S’Arenal con mucho olor a axilas han demostrado que lamiendo el culo de los dirigentes de esos tres partidos son simplemente eso, lameculos”.
“Contra las imposiciones catalanistas”
Expolicía nacional, Rabasco inició su andadura política en 1987 como regidor de CDS en Llucmajor, pero dos años después fundó ASI con el objetivo de defender a los “forasteros” de Mallorca contra “las imposiciones catalanistas”. Al igual que la desaparecida Unió Mallorquina (UM) -disuelta hace más de una década a raíz de los numerosos casos de corrupción que pesaban a sus espaldas- fue clave a la hora de formar gobiernos en Balears, ASI lo fue para Llucmajor. Entre 1991 y 2003, sus votos fueron necesarios para que el PP pudiera hacerse con la vara de mando del municipio, no sin fuertes discrepancias y polémicas continuas, principalmente en las áreas de turismo y urbanismo, controladas durante años por la formación de Rabasco.
En 2001, el entonces regidor del PSOE en Llucmajor, Juan José Maestre, le denunció por malversación de fondos públicos. Según la acusación, Rabasco había desviado aproximadamente un millón de euros a mercantiles y cuentas corrientes vinculadas a ASI y a allegados suyos. Unos hechos por los que la Audiencia Provincial de Balears condenó a seis años de cárcel a Rabasco por delitos de malversación de fondos públicos y alzamiento de bienes; a tres años de prisión al exalcalde de Llucmajor Lluc Tomàs (PP) y a otros tres a la exsecretaria de ASI y amiga personal de Rabasco, María del Amor Aldao.
El tribunal consideraba probado que, entre 1999 y 2002, Tomàs permitió y auspició el desvío de más de un millón de euros de las arcas municipales a cuatro empresas ligadas a Rabasco, entonces regidor de Deportes y Fiestas --Majo Sport, Tenedi Ambiente, Rodema Swin y Retsar Music-, todas ellas constituidas por la exsecretaria de ASI. Los magistrados señalaban que los acusados, aprovechándose de sus respectivos cargos, idearon una trama dirigida a trasvasar de forma “torticera” fondos municipales a las arcas de ASI para que llegasen a poder de Rabasco “a cambio de sus votos, que garantizaban una cómoda gobernabilidad de Tomàs quien, sabiéndolo, lo consentía aunque no se lucraba directamente con las operaciones”.
La resolución judicial dejaba entrever, incluso, que “posiblemente” habían existido otras conductas “igualmente reprobables que no han sido enjuiciadas y ni siquiera investigadas”. Rabasco acabó ingresando en prisión bajo fianza de 120.000 euros, una cantidad de dinero que finalmente logró reunir de manos de amigos y allegados y que, según aseguró, era “más blanco que el Persil”.
Pese a que la Fiscalía Anticorrupción pidió ante el Supremo elevar a cinco años y medio las condenas a Tomàs y Rabasco, el Alto Tribunal anuló la sentencia al apreciar “graves deficiencias” en la misma. Después de que la Audiencia subsanase los errores y volviera a dictar las mismas penas de prisión, el Supremo rebajó a dos años la condena impuesta a Rabasco por fraude y negociaciones prohibidas, a un año la de su compañera y absolvió finalmente al exalcalde del PP.
Veinte formas distintas de matar a una mujer
El líder de ASI, sin embargo, no se libraría de los embates de los tribunales. En 2012 se sentaría de nuevo en el banquillo, bajo petición fiscal de tres años de cárcel, acusado de incitar a la violencia de género al permitir que la web de ASI alojase una animación informática en la que se mostraban 20 formas distintas de matar a una mujer. Junto a él fue juzgada su exsecretaria Claudia Fallemann. La imagen fue mantenida a lo largo de noviembre y diciembre de 2005. Tras ser requerido por el Instituto Balear de la Mujer para que la eliminase, el exconcejal hizo caso omiso. Durante el juicio, el procesado aseguró que “siempre” había luchado “contra la violencia sobre las mujeres”, sobre todo en su etapa como policía y aseguró que “ni directa ni indirectamente” ordenó la instalación del juego.
El juez condenó finalmente a un año y medio de prisión a cada uno de los acusados, haciendo hincapié en que la difusión de una animación de este tipo, “incitadora del odio, discriminación y violencia, por quien ostenta un cargo público y también por parte de quien prevaleciéndose de su proximidad y contactos con un partido político la ordena instalar en la web de ASI, es digna de sanción con la pena de prisión de un año y seis meses”.
Tras varios años apartado de la vida política, Rabasco decidió este año crear un nuevo partido para concurrir a los pasados comicios y, en una entrevista concedida al diario Última Hora, aseguraba: “Si por algo me presento es porque no hay ninguna sentencia firme que diga que yo he robado algo”.