Vox no suelta a su presa: engaños y amenazas marcan el ritmo al Govern balear del PP
Cuando la popular Marga Prohens tomó las riendas de la presidencia de Balears -previo pacto de investidura con Vox- nunca se imaginó que su singladura estaría plagada de mareas y que los principales escollos a los que tendría que hacer frente se los pondría su propio socio de legislatura. En las dos últimas semanas -aunque las discrepancias entre ambos siempre han estado latentes-, conservadores y extrema derecha escenificaban una profunda crisis que ha desembocado en la retirada de los Presupuestos de 2025 ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo y con el PP echando por tierra, de la mano de la izquierda, una de las medidas estrella de los de Santiago Abascal: la derogación de la Ley autonómica de memoria democrática.
En medio de un maremágnum de acusaciones mutuas sobre engaños e incumplimientos de palabra, la debilidad del Ejecutivo de Prohens ha vuelto a quedar evidenciada ante un Vox que nunca ha dejado de tensar las cuerdas para lograr sus objetivos. Hasta este martes, cuando la líder balear dijo 'basta' a las “exigencias inasumibles y chantajes inaceptables” planteados desde Bambú a cambio de ofrecer su apoyo al texto presupuestario del Govern: los de Abascal querían ver fulminado el catalán como requisito para acceder a la función pública y como lengua vehicular en la enseñanza, una línea roja que la máxima dirigente popular no estaba dispuesta a traspasar, viéndose obligada a prorrogar las cuentas de 2024 hasta que “se den las condiciones” para ello -los 26 escaños del PP y de un diputado de la derecha local de Formentera no le dan la mayoría suficiente- y se alcance un nuevo acuerdo que permita sacar el proyecto adelante.
Acérrima fue este martes, de hecho, la defensa que hizo Prohens de la lengua catalana, en claro retroceso respecto al castellano en las islas. Una defensa motivada, además, por el amplio poder que el PP ostenta a nivel municipal en Balears, que difiere con creces de la menor implantación territorial de la extrema derecha. Atrás queda, además, la marea verde a la que se enfrentó el expresidente José Ramón Bauzá (PP) por querer desmantelar la escuela en catalán: el último líder autonómico que gobernó con mayoría absoluta en las islas 'logró' con su polémica política educativa sacar a la calle a más de 100.000 personas en la mayor manifestación de la historia de Balears.
Atrás queda la marea verde a la que se enfrentó el expresidente José Ramón Bauzá (PP) por querer desmantelar la escuela en catalán: el último líder autonómico que gobernó con mayoría absoluta en las islas 'logró' con su polémica política educativa sacar a la calle a más de 100.000 personas en la mayor manifestación de la historia de Balears
Ante las afirmaciones vertidas durante el pleno de este martes por la portavoz parlamentaria de Vox, Manuela Cañadas, quien acusó al Govern de no ceder “por soberbia” ante su partido “en temas lingüísticos que cuando estaban en la oposición defendían” y de preferir “vender un hígado y un riñón a la extrema izquierda antes que el bien de todos los ciudadanos”, la máxima mandataria balear le advirtió de que no la encontraría “en la confrontación lingüística”, recordándole que en las islas “hay un modelo en el que conviven dos lenguas y usted quiere cargarse la lengua propia que marca el Estatut, cuando sabe perfectamente que esto nunca estado en nuestras negociaciones”.
Defensa del catalán como lengua vehicular
Y es que, durante los últimos días, Vox ha reactivado su cruzada contra el catalán aprovechando que, hace dos semanas, el PP incorporó por error a la Ley autonómica de simplificación administrativa hasta 34 enmiendas que los de Abascal habían presentado a la normativa, una de las cuales contempla la supresión de la lengua catalana como vehicular en la educación. De inmediato, el vicepresidente económico del Govern, Antoni Costa (PP), anunció que, en cuanto la Ley se publique en el Boletín Oficial de las Illes Balears (BOIB), el Ejecutivo aprobará un decreto que evite que las enmiendas aprobadas por equivocación entren en vigor, impidiendo con ello retrotraer a décadas atrás la legislación en materia de normalización lingüística. El compromiso de la izquierda de respaldar la eliminación de estas medidas ha llevado al PP a prometer que se abstendrá en la votación de la supresión de la ley de memoria, facilitando que ésta continúe vigente, un “precio” que, según Prohens, han tenido que pagar ante el “gran error estratégico de Vox”.
“Nosotros no hemos cambiado y ustedes quieren eliminar la lengua propia de la educación, y eso no, señora Cañadas. No haré políticas ni pactos con base a un error humano ni a chantajes”, remató Prohens ante la insistencia de Cañadas en conocer “por qué el PP no quiere que el español sea lengua vehicular en la educación”.
Nosotros no hemos cambiado y ustedes quieren eliminar la lengua propia de la educación, y eso no, señora Cañadas. No haré políticas ni pactos con base a un error humano ni a chantajes
Sin embargo, pese a que todo apuntaba a que las relaciones con Vox habían quedado prácticamente pulverizadas, Prohens rechazaba este miércoles cualquier tipo de ruptura con la extrema derecha, asegurando mantener sus compromisos con ellos y, sobre todo, mostrándose dispuesta a cumplirlos. Borrón y cuenta nueva, una vez más. “Si hemos pactado, hemos pactado” o “cuando digo que tengo palabra, es porque tengo palabra” han sido las frases con las que la líder autonómica ha dejado las puertas abiertas a continuar negociando con Vox “ley a ley e iniciativa a iniciativa”. La presidenta del Govern ha incidido en que ésta es la formación con la que el PP tiene “más puntos en común en ideario y programa”, que, ha recordado, “es el del centro derecha de moderación y libertad individual”.
Prohens: “No volverán las políticas de izquierda”
De hecho, tras el Consell de Govern celebrado este miércoles de forma extraordinaria, Prohens ha remarcado que el pacto alcanzado tan solo un día antes con la izquierda para no derogar la Ley de memoria democrática fue un hecho puntual al que los conservadores se vieron abocados ante el endurecimiento de las exigencias de la extrema derecha durante las últimas semanas. “No volverán las políticas de izquierda. Sería traicionar nuestro programa”, ha recalcado la baronesa popular para despejar cualquier sospecha de acercamiento, aunque abierta a negociar con todas las fuerzas del arco parlamentario balear, de nuevo, “ley a ley e iniciativa a iniciativa”.
Lo cierto es que es la primera vez que el Govern frena en seco las reclamaciones de Vox, que durante este primer año y medio de legislatura ha demostrado que es el que controla el volante y el acelerador frente a un PP subyugado que, ante el temor de no poder sacar adelante sus medidas, no ha dudado en claudicar ante sus socios externos, dejando patente que sin la extrema derecha no van a ningún lado. Ya lo hicieron en las negociaciones de los Presupuestos de 2024, cuando los conservadores lograron aprobar las cuentas no sin antes doblegarse a los de Abascal, quienes, a cambio de brindar su apoyo al texto, se granjearon el compromiso de destinar 20 millones de euros a desmantelar la escuela en catalán y eliminar todas las subvenciones a patronales y sindicatos.
Es la primera vez que el Govern frena en seco las reclamaciones de Vox, que durante este primer año y medio de legislatura ha demostrado que es el que controla el volante y el acelerador frente a un PP subyugado que, ante el temor de no poder sacar adelante sus medidas, no ha dudado en claudicar ante sus socios
Pese a no formar parte del Ejecutivo de Prohens, Vox consiguió de este modo que el PP diese respaldo a todas las enmiendas que presentaron a las cuentas de este año y extraerles, a cambio de su voto, todo cuanto demandaban. Y todo ello a pesar de que la izquierda, desde la oposición, había tendido la mano en varias ocasiones al Govern para que los conservadores no dependieran de la extrema derecha en la tramitación de los primeros Presupuestos de la era Prohens. “Vox no extorsiona a nadie, sólo se arrodilla ante Dios”, profería, no en vano, la entonces portavoz de la formación, Idoia Ribas (Vox). Prohens, por su parte, afirmaba que las cuentas aprobadas permitían “cumplir con los compromisos con las cuatro islas, el programa de gobierno y el acuerdo de investidura”.
Del mismo modo, el pasado mes de octubre, y tras varias semanas de negociaciones, el PP sacaba adelante su propuesta de techo de gasto de 2025 gracias a la abstención de Vox, que apenas un día antes anunciaba su posicionamiento tras arrancar la promesa de los populares de que no accederán al reparto de menores extranjeros no acompañados que propone el Gobierno central, así como la implantación de otras medidas para luchar contra la “inmigración y ocupación irregular”.
El PP salva al ultra Le Senne
Otro de los episodios más polémicos atravesados por PP y Vox tuvo lugar el pasado 3 de septiembre, cuando el PP salvó del cese al presidente de la Cámara, Gabriel Le Senne (Vox), cuya destitución había sido instada por PSIB-PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podemos después de que el parlamentario ultra rompiese el retrato de la republicana Aurora Picornell y las conocidas como 'Rojas del Molinar', fusiladas por los franquistas la noche de reyes de 1937. Los hechos, acometidos mientras se debatía la enmienda a la totalidad de los grupos de izquierdas a la derogación de la Ley de memoria democrática, provocaron una oleada de indignación dentro y fuera de Balears. La continuidad de Le Senne permaneció en el aire hasta el último instante ante el empeño de los conservadores por no desvelar el sentido de su voto hasta apenas minutos antes de la votación.
Una postura, la del PP, que contrastaba con las palabras que Prohens había pronunciado días después del incidente y con las que daba “por hecho” que Le Senne dimitiría dado que, según su punto de vista, era la única manera de que el anuncio de Abascal de romper los acuerdos autonómicos de gobernabilidad tuviera efecto en Balears: “La decisión de Vox de dar por roto sus acuerdos [con el PP] implica también su renuncia a la presidencia del Parlament de las Illes Balears, que obtuvieron fruto de estos acuerdos. Abascal ayer fue muy claro y dijo que se rompían los gobiernos de todas las Comunidades Autónomas y aquí la única contraprestación [de Vox] era la presidencia del Parlament”, señaló la presidenta balear en su día.
El PP salvó del cese al presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne (Vox), dos meses después de que el diputado ultra rompiese el retrato de la republicana Aurora Picornell en pleno debate de la derogación de la Ley de memoria democrática. Una postura que contrastaba con las palabras pronunció días después del incidente, cuando dio “por hecho” que Le Senne dimitiría dado que era la única manera de que el anuncio de Abascal de romper los acuerdos autonómicos de gobernabilidad tuviera efecto en Balears
Cabe recordar que Le Senne fue aupado a la presidencia del Parlament el 20 de junio de 2023 gracias al apoyo del PP, que a cambio de esta y otras cesiones se garantizaba poder formar gobierno en solitario, subordinado, eso sí, al respaldo externo de Vox. A día de hoy continúa ostentando el cargo a pesar de que estar siendo investigado por un presunto delito de odio por destrozar las imágenes de las tres republicanas asesinadas. En su declaración ante el juez, la segunda autoridad de Balears aseguró que el episodio fue “accidental” y, al ser preguntado por la Fiscalía sobre si con una fotografía de Franco habría hecho lo mismo, respondió de forma afirmativa.
Este miércoles, lejos de desmarcarse de la extrema derecha, Prohens ha recordado que gracias a Vox han sacado adelante medidas como la eliminación del impuesto de sucesiones, la rebaja de otros tributos o la gratuidad de la educación de 0 a 3 años: “Estas iniciativas, que han supuesto no retroceder en derechos, se han aprobado con el voto en contra de la izquierda y el apoyo de Vox, con contrapartidas legítimas y que no traicionan nuestra palabra ni nuestro programa”. “Y no me moveré de aquí”, ha sentenciado. Todavía queda en el aire cómo resolverá la lideresa popular la aprobación de los presupuestos autonómicos de 2025 ante un Vox que parece no querer soltar a su presa, dispuesto a seguir sacando contrapartidas al PP y que, en última instancia, reta a su supuesto socio a ir a unas elecciones anticipadas.
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