Las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo dejaron un mapa teñido de azul en el archipiélago balear. El Partido Popular ganó los comicios en todas las grandes instituciones, es decir, en los Consells Insulars y en el Parlament, pero también en capitales importantes como Palma o Eivissa. Sin embargo, excepto en las mencionadas instituciones ibicencas, el PP necesita a Vox para alcanzar la mayoría absoluta que permite sacar adelante las medidas, lo cual le está generando importantes quebraderos de cabeza en el Ajuntament de Palma.
Los ultraderechistas nunca negaron que su intención era entrar en el gobierno municipal para condicionar las políticas de los conservadores, algo que finalmente no ocurrió, con lo cual Vox tuvo que pasar a la oposición. Una oposición que, en palabras del portavoz ultraderechista Fulgencio Coll, sería “constructiva y contundente”. “Vox tendría suficiente fuerza para revertir las políticas de izquierdas en un gobierno de coalición, pero la alternativa por la que ha optado el PP es un gobierno débil con un alcalde, 10 regidores [del PP] y 18 concejales en la oposición”, manifestó, por lo que ya advirtió que el gobierno popular de Palma nacía con “absoluta debilidad”.
Antes del pleno del mes de julio, Vox se había mostrado poco colaborativo a la hora de aprobar las medidas que presentaba el equipo de gobierno popular, lo que condujo al PP, por necesidad, a iniciar conversaciones con la extrema derecha para desbloquear la situación. “El bloqueo inicial no fue de confrontación, sino porque había cosas en las que Vox no estaba de acuerdo. Vox no busca sillas, sino políticas y hay dos ejemplos: uno es el pacto del Govern -donde hay un acuerdo programático- y otro es el caso del Ayuntamiento de Llucmajor (Mallorca) -donde Vox entró a gobernar-”, resaltó Coll.
En el pleno del mes de junio, el equipo de gobierno popular no pudo aprobar diferentes propuestas relacionadas con el funcionamiento interno del pleno; el nombramiento de las juntas municipales de distrito de Palma; la propuesta de retribución de los miembros de la corporación y órganos directivos y la propuesta del régimen de retribuciones de los grupos políticos municipales. Vox votó, junto a la izquierda, en contra de todas las propuestas, excepto en la última en la que se abstuvo, con lo cual ninguna de ellas pudo ser aprobada por el gobierno en minoría del PP.
La situación de bloqueo ha llevado a los populares a negociar un acuerdo de mínimos con los ultraderechistas durante el pleno ordinario del mes de julio, donde se pusieron de acuerdo, por ejemplo, para modificar la normativa lingüística municipal con la intención de hacer retroceder al catalán. Un acuerdo que, pese a que el PP lo niega, podría conllevar la entrada de Vox en el Ejecutivo local.
No es cierto lo que dice el portavoz ultraderechista. El posicionamiento de Vox, después del resultado electoral del 28 de mayo, implicaba que el partido que lidera Santiago Abascal intentaría gobernar con el PP en coalición en todas las instituciones donde dieran los números. Si Vox no entró en el Ajuntament de Palma o en el Govern balear no fue porque los ultraderechistas no quisieran, sino porque no tuvieron suficiente fuerza para torcer el brazo al PP. Abascal advirtió a Feijóo que no esperara “regalos” y que no aceptaría “chantajes”.
Vox no descarta entrar en el gobierno
De hecho, Coll volvió a deslizar a los medios de comunicación el pasado jueves, día del pleno ordinario del mes de julio, que Vox (que estaba negociando con el PP en el Ajuntament de Palma) dejaba abierta la posibilidad de entrar en el gobierno local. El PP, sin embargo, rebajó rápidamente las expectativas de la extrema derecha. “Se está trabajando para cerrar un acuerdo programático con Vox”, explicó Javier Bonet, primer teniente de alcalde de Turismo, Cultura e Innovación, quien agradeció al partido ultraderechista haber votado a favor de la aprobación del uso de 26 millones de euros de los remanentes para facturas y otros gastos.
“Hemos llegado a ciertos acuerdos con Vox para desbloquear determinados temas, pero también con el PSOE”, aclaró Bonet, quien emplazó a los socialistas a aclarar si apoyaran al PP o intentarán consensuar con los populares algunas de las políticas municipales. “Nos encantaría que el PSOE nos dijera, de verdad, en qué cuestiones quiere ser responsable con esta ciudad”, dijo el primer teniente de alcalde. Según Bonet, la primera de las cuestiones que ha intentado abordar el PP con el PSOE es el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), sobre cuyas ideas no habrían recibido respuesta, dicen los conservadores.
En cuanto a Vox, volvió a insistir Bonet, los populares no están hablando con los ultraderechistas para que formen parte del gobierno municipal de Palma. “No podemos decir nada sobre su posible entrada (...) porque no se ha mantenido esta conversación”, zanjó Bonet. Sin embargo, de momento, los ultraderechistas son su socio preferente, con quienes han aprobado la mayoría de los puntos que se discutieron en el pleno.
Los ultraderechistas han justificado sus pretensiones iniciales de gobernar en coalición con el PP por “respeto a sus votantes”. “No se pedía nada extraordinario, pero el PP decidió gobernar con diez regidores y no se van a poner obstáculos, por lo que se ayudará al equipo de gobierno a dar un mejor servicio a los ciudadanos”, señaló Coll, quien puntualizó que, en su opinión, PP y Vox comparten el 80% del programa electoral, coincidiendo en medidas como las “bajadas de impuestos, limpiar la ciudad, construir viviendas o la seguridad”. En cuanto a la posible entrada en el gobierno de Jaime Martínez, Coll aseguró que si Vox entra tendrá que hacerlo de un “modo proporcional” y “dependiendo de las condiciones”.
La izquierda señala que el PP ya gobierna con Vox
La oposición de izquierdas, en cambio, plantea que el PP y Vox, en la práctica, ya están gobernando juntos. “Ya sea con un acuerdo programático o con cargos en la corporación municipal, el PP gobernará con Vox y el alcalde, Jaime Martínez, mintió a los ciudadanos cuando dijo que gobernaría en solitario, porque una vez han pasado las elecciones generales del 23 de junio, Vox ha cambiado el sentido de sus votos en el plenario”, afirmó Rosario Sánchez, la portavoz del PSOE en el Ajuntament.
Las críticas también llegaron desde las otras formaciones progresistas. En relación al acuerdo alcanzado entre el PP y Vox para modificar la normativa lingüística municipal, Més per Palma, a través de su portavoz Neus Truyol, señaló que ambas formaciones tienen “alergia” al catalán y que quieren “exterminar” dicha lengua. “Cuando un grupo de personas está en inferioridad hay que blindar sus derechos”, argumentó, en la misma línea, Lucía Muñoz, portavoz del grupo municipal Unidas Podemos.