La Guardia Civil identifica a los mallorquines que se manifiestan contra la masificación turística en la playa más popular
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Más de 250 personas residentes en Mallorca han 'tomado' esta mañana la playa más turistificada de la isla, Es Caló des Moro, para protestar contra la masificación que desde hace años sufren estos espacios. La concentración, sin embargo, no ha estado exenta de polémica: efectivos de la Guardia Civil se han personado de inmediato en la zona para identificar a los participantes. “Es increíble. La Guardia Civil intentando disolver la concentración pacífica del Caló des Moro. ¿Dónde están cuando los turistas orinan en las calles, o cuando ocupan la vía con decenas de quads, o cuando se pelean en los espacios públicos? Ni un paso atrás. Mallorca es nuestra”, puede leerse en redes sociales.
Se trata de una nueva acción que, bajo el lema 'Ocupem les nostres platges' ('Ocupemos nuestras playas'), han vuelto a llevar a cabo numerosos afectados por la saturación turística de la isla, aunados en el movimiento Mallorca Platja Tour, recientemente impulsado con el objetivo de hacer visible el malestar de los residentes ante la problemática que atraviesan a la hora de poder disfrutar de la costa isleña. La anterior protesta tuvo lugar en la playa de Sa Ràpita, otra de las más masificadas de Mallorca.
Es Caló des Moro, erigido en “símbolo de la masificación de las playas”, como apuntan desde el movimiento, es uno de los destinos más popularizados por 'instagramers' e 'influencers'. La de este domingo ha sido planteada por los protestantes como una jornada “lúdica y festiva” a la vez que reivindicativa, al buscar sensibilizar sobre el problema de la masificación, exponiendo la necesidad de “cuidar las playas y recuperarlas también para los residentes”. Los centenares de asistentes han aprovechado para darse un refrescante baño, bailar boleros y gritar la ya histórica consigna “Qui estima Mallorca no la destrueix” (“quien quiere Mallorca no la destruye”).
La jornada ha transcurrido con normalidad pese a que un grupo de asistentes ha gritado 'Tourists go home', lo que no ha gustado a los organizadores, que informaban a los turistas de los objetivos de la performance recordando que “esta acción no va contra nadie”. Momentos después, la Guardia Civil ha pedido la identificación a todas las personas que iban abandonando Es Caló des Moro tras participar en la protesta. Previamente, tal como han explicado en redes desde 'Ocupemos nuestras playas', los agentes han reclamado la retirada de las pancartas, inquiriéndoles sobre si disponían de permiso para la concentración.
La actuación de los efectivos del Instituto Armado ha provocado numerosas reacciones de indignación, sobre todo en 'X' -antes Twitter-: “La Guardia Civil viene al Caló des Moro para identificar a los mallorquines que estaban disfrutando de un alegre domingo de playa. No nos intimidarán, no nos detendremos”, proclamaban desde'Menys turisme, més vida'. No en vano, desde Mallorca Platja Tour señalan que, a partir de ahora, continuarán con su activismo a través de diversas plataformas en toda la isla.
Durante la pasada protesta en Sa Ràpita, los integrantes de este nuevo movimiento lamentaban que “tiene narices que ir a las playas se tenga que convertir en un acto reivindicativo”. La iniciativa fue hecha pública inmediatamente después de que la portavoz parlamentaria de Vox en Balears, Manuela Cañadas, manifestara esta semana que los residentes no pueden “pretender ir a las playas en julio o en agosto tranquilamente, como hace años”.
Frente a tales palabras, el movimiento surgido como reacción asevera que los mallorquines deben “desacomplejarse en el sentido más amplio de la palabra”. “Claro que podemos ir a las playas, es más, debemos ocupar las playas mallorquinas como hechos desde niños. Ir a leer, a hacer un 'capfico', a tomar el sol, a pasar el día con una sandía. No hay nada más mallorquín que disfrutar de nuestras playas en verano”, señalan.
La protesta se llevó a cabo tras las históricas manifestaciones celebradas en mayo contra la masificación turística y la carestía de vivienda y en medio del renovado debate sobre las consecuencias del turismo masivo y la necesidad de buscar un equilibrio económico y medioambiental.
En Balears, la industria turística, que representa más del 45 % del Producto Interior Bruto (PIB), cuenta con más de 200.000 trabajadores y genera más de 16.000 millones de euros en ingresos anuales. El año pasado, el archipiélago marcó un récord histórico de 17,8 millones de turistas. Sin embargo, los residentes acusan una saturación que cada año roza límites extremos, sumada, además, a una lenta agonía: un imparable crecimiento poblacional con serias repercusiones en materia sanitaria, educativa y de vivienda así como sobre el consumo de energía y de agua.
El impacto del desarrollo turístico y la actividad humana en las islas, constantemente amenazadas por el ladrillo y el asfalto, ha causado un acelerado proceso de degradación que prevé agravarse en los próximos años fruto del impacto del cambio climático.
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