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El Consell de Mallorca ha adquirido un inmueble en Palma, por 435.000 euros, para poner en marcha dentro de este año el centro de crisis 24 horas para víctimas de violencia sexual recogido en la Ley de Libertad Sexual (Ley del 'Sólo sí es sí').
El presidente del Consell, Llorenç Galmés, ha anunciado la creación del centro en una rueda de prensa justo después de formalizar la compra. Ha comparecido acompañado de la directora insular de Familias, Ana Ferriol, y el conseller de Presidencia, Antoni Fuster.
El espacio, de unos 350 metros cuadrados, se ubica en la planta 13 de la Torre Asima, en el polígono de Son Castelló. Según el Consell, necesita algunas adaptaciones, pero no una remodelación integral --“Está prácticamente para entrar”, aclaraba Fuster--.
El centro ofrecerá acompañamiento e información telefónica y presencial en situaciones de emergencia, las 24 horas del día y durante todo el año. Contará con atención psicológica, jurídica y social para víctimas y familiares, así como un servicio de desplazamientos.
Este recurso no sólo atendrá casos inmediatos --de mujeres a partir de 16 años-- sino que también podrán acudir víctimas que hayan sufrido violencia sexual en el pasado y decidan ahora denunciar o buscar apoyo.
Fuster ha incidido en que el objetivo es “paliar los efectos de la agresión” pero sobre todo “encaminar a la mujer hacia su plena recuperación”. En este sentido, ha destacado la “inmediatez y la seguridad, la confidencialidad, la intimidad, la accesibilidad, el seguimiento y la coordinación con otros servicios” como sus principales valores.
El conseller también ha destacado el hecho de que el centro se encuentre junto a una comisaría de la Policía Nacional, en el polígono de son Castelló, además de tener conexión directa con el metro y red de autobuses.
Por su parte, Galmés ha reafirmado su compromiso con la erradicación de la violencia contra las mujeres, “un problema muy grave y complejo” que se debe afrontar desde las instituciones, ha apostillado.
Un proyecto financiado por la Unión Europea
La operación ha contado con fondos procedentes del mecanismo europeo Next Generation. Los recursos están ligados a un convenio que firmó el Govern de Francina Armengol con los Consells al final de la legislatura pasada, y que posteriormente se ampliaron hasta alcanzar el millón de euros.
Puesto que la compra no agota el total de la ayuda, el Consell podrá utilizar los recursos sobrantes para adaptar el espacio y financiar otras actuaciones necesarias para su puesta en funcionamiento --lo que incluye mobiliario, un contrato de gestión y otro para el servicio informático y la página web--.
Los actuales responsables del Consell han censurado el retraso de sus predecesores en la ejecución de estos fondos europeos adjudicados en 2021. “En los últimos meses de 2021 no se hizo nada, durante 2022 no se hizo absolutamente nada y estando en funciones el equipo anterior, un par de días antes de dejar el gobierno, firmaron el centro de crisis”, ha deslizado Fuster.
El conseller insular protestaba porque dejaron al nuevo equipo un plazo de sólo unos meses para poner en marcha el equipamiento, “cosa que era totalmente imposible e inviable”. El convenio contemplaba que el centro estuviera en funcionamiento antes del 31 de diciembre de 2023.