Una denuncia interpuesta en la localidad mallorquina de Manacor llevó ha llevado al impulso de una macroinvestigación fruto de la cual la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Policía Nacional de Rumanía y Europol, ha desarticulado una organización internacional que habría estafado más de tres millones de euros mediante fraudes cometidos a través de Internet.
En el marco de estas pesquisas, más conocidas como Operación Mehari, han sido detenidas nueve personas que publicaban en Internet anuncios falsos de venta de vehículos de segunda mano y otros productos con los que captaban la atención de las víctimas, a las que solicitaban un pago por adelantado. Una vez recibido el abono, desaparecían sin dejar rastro.
Tal como ha informado la Policía Nacional, hay otras 21 personas investigadas y se han realizado ocho registros domiciliarios en los que se han intervenido piezas de joyería y relojes valorados en más de dos millones de euros, 4.500 euros en efectivo, 2.800 libras y más de 20.000 euros en criptomonedas.
Los arrestos se llevaron a cabo el pasado 13 de julio de forma coordinada y simultánea en España y Rumanía. En concreto, se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, blanqueo de capitales, falsificación documental y usurpación de identidad.
La investigación se inició a finales de 2019 tras una denuncia interpuesta en la Comisaría de la Policía Nacional en Manacor, donde una víctima se personó para denunciar que había sido estafada en la compra de un vehículo a través de Internet. Los investigadores descubrieron que dicha estafa no era un delito aislado, ya que detrás de la misma se encontraba una importante organización criminal internacional formada por más de 30 personas, en su mayoría de nacionalidad rumana.
Víctimas en varios países europeos
Los integrantes de este grupo tenían un ámbito de actuación internacional habiendo ocasionado víctimas en Polonia, Suiza, Portugal, Alemania y Grecia, además de en España.
El 'modus operandi' utilizado para cometer las estafas consistía en publicar en Internet falsos anuncios de venta de vehículos de segunda mano u otros productos con los que captaban la atención de las posibles víctimas y, tras concretar un precio y realizar éstas los primeros pagos para la compra, la organización rompía el contacto, quedándose con el dinero. Para ello, llegaban incluso a utilizar anuncios verdaderos legítimos de otros usuarios, cambiando únicamente los datos de contacto.
Para recibir el dinero utilizaban cuentas bancarias españolas abiertas con documentación falsa o con identidades usurpadas que habían conseguido a través de Internet simulando necesitarla para formalizar contratos de trabajo con las víctimas.
Una vez recibido el dinero, lo transferían rápidamente entre las cuentas controladas por la organización para finalmente extraerla en cajeros en España o enviarlas a cuentas extranjeras. Asimismo, se detectó la utilización de una empresa pantalla para el blanqueo de capitales mediante la que conseguían introducir de nuevo el dinero obtenido de forma ilícita en el tráfico legal.
Más de setenta estafas
La investigación policial ha constatado que la organización ahora desarticulada tenía una clara estructura jerárquica y especialización en cuanto al reparto de funciones a desempeñar por cada uno de sus miembros. En concreto, se les imputan más de 70 estafas y se habrían apropiado de más de tres millones de euros, aunque la Policía da por hecho que estas cifras podrían ser muy superiores, por lo que se espera poder esclarecer muchos más hechos tras el estudio de todo el material intervenido en los registros domiciliarios realizados.
Al hallarse la mayor parte de la organización en Rumanía, se activaron los canales de colaboración internacional policial y judicial, comenzando entonces la estrecha relación con especialistas en ciberdelincuencia de la Policía Rumana a través de los agentes de la Policía Nacional española de la Agregaduría de Interior de la Embajada de España en Rumanía.
Colaboración de la Europol
De forma paralela, también se comprobó que la organización tenía establecida una sede operacional para sus actividades ilegales en España, concretamente en Málaga, donde se localizaron los domicilios utilizados por los investigados. Una vez identificados y localizados en España y Rumanía los principales responsables de la organización, se estableció un dispositivo conjunto en ambos países con la colaboración de Europol, que programó un 'Action Day'. Como resultado de este operativo, fueron detenidos nueve integrantes de la organización, tres de ellos en Málaga y seis en Rumanía.
En concreto, en los registros domiciliarios se han intervenido piezas de joyería y relojes valorados en más de dos millones de euros, 4.500 euros en efectivo, 2.800 libras, más de 20.000 euros en criptomonedas, ocho ordenadores, un servidor, 17 discos duros, 14 móviles y 70 tarjetas SIM así como ingente documentación relacionada con la investigación.
Igualmente se ha procedido al bloqueo de más de 120 cuentas bancarias de los investigados tanto en España y Rumanía. La mayoría de los domicilios registrados en Rumanía se encontraban en la zona de Vacea, conocida precisamente porque muchos residentes de la misma se dedican a actividades delictivas relacionadas mediante fraudes por Internet.
Recomendaciones para evitar fraudes por Internet
En el caso de las compraventas por Internet, la Policía Nacional recomienda utilizar el sentido común y desconfiar de precios demasiado ventajosos. Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Asimismo, aconseja leer con detenimiento el anuncio y comprobar que no está en otras webs.
Mediante la búsqueda de imágenes en el navegador se podrá comprobar si la fotografía del artículo ofertado figura en otros anuncios a nombre de una persona distinta, con datos de contacto diferentes o a otro precio.
También se recomienda comprobar en Internet el número de teléfono de contacto del vendedor, su identidad o su correo electrónico. Muchas víctimas publican sus experiencias negativas en foros y alertan a otros para que no caigan en las estafas. Además, no hay que facilitar nunca copias de documentos de identidad para comprar artículos o contratar algún servicio online. Una vez enviada esa información, los datos podrían estar a merced de cualquier ciberdelincuente.
Tampoco se aconseja enviar documentos como facturas de compra o documentos de garantía, ya que pueden ser usados posteriormente para estafar a terceros. La Policía recomienda exigir y realizar las compras online utilizando métodos de pago seguro así como las pasarelas de pago propias de las plataformas, informándose de su metodología, y no abrir cuentas bancarias a nombre del usuario para ser intermediario en operaciones a cambio de una comisión por esta gestión -podría estar participando en fraudes y ayudando al estafador a evitar la identificación policial-.
Finalmente, en caso de comprar fuera de las plataformas de compraventa, hay que solicitar el envío contrarrembolso. Este sistema permite abonar el coste del producto directamente al transportista una vez recibida la mercancía en lugar de pagar por adelantado, lo que supone una garantía tanto para compradores como para vendedores.