Se encontraba bajo los efectos del alcohol, no actuó de forma libidinosa y en ningún caso opuso resistencia a los agentes de la autoridad. Así se defiende el ex alto cargo del Govern balear del PP Juan Antonio Serra Ferrer, para quien la Fiscalía reclama tres años de cárcel por presuntamente intentar besar y lamer la cara a una desconocida en un restaurante de Palma y propinar un puñetazo a uno de los policías que lo detuvo cuando intentaba huir. Serra Ferrer fue nombrado gerente de la Entidad Pública Empresarial de Telecomunicaciones e Innovación (Ibetec) el pasado mes de agosto por el actual Ejecutivo conservador, que lo destituyó de forma fulminante tras trascender la petición del Ministerio Público.
En su escrito de defensa, presentado recientemente por su abogado en los Juzgados de Palma, Serra Ferrer niega haber incurrido en delito alguno, si bien, en cualquier caso, señala que concurren en él la atenuantes de haber consumido bebidas alcohólicas que anulaban sus facultades intelectivas y volitivas así como la de haber procedido a reparar el daño ocasionado a la víctima o disminuir sus efectos vía indemnizatoria. El encausado se encuentra ahora pendiente de la celebración del juicio por estos hechos.
En concreto, la Fiscalía reclama dos años de cárcel para Serra Ferrer por supuestamente intentar besar y lamer la cara a la desconocida y otro año de prisión por propinar un puñetazo a uno de los policías que lo detuvo cuando intentaba huir. El Ministerio Público sostiene que el acusado se acercó a la víctima, quien se encontraba sentada en un taburete, con una “evidente intención libidinosa”, le agarró fuertemente de la cabeza, presionando la misma a la altura de las orejas y sienes entre sus manos, atrayéndola hacia él para intentar besarla, y, ante la resistencia de la joven, procedió a lamerle con la lengua todo su rostro, pasándola desde una oreja a la otra, por toda la cara y por la boca.
Tras ello, personados dos agentes de la Policía Nacional en el lugar y en el momento en que iban a proceder a la detención del acusado, éste emprendió la huida, siendo perseguido por uno de los efectivos. La Fiscalía relata que, con intención de menoscabar el principio de autoridad y causar un quebranto físico, Serra Ferrer se giró y, sin mediar palabra, propinó un fuerte puñetazo en la parte derecha de la mandíbula al agente, iniciándose un forcejeo en el que el inculpado le lesionó el hombro. Como consecuencia de ello, el policía sufrió contusiones de diversa consideración. El funcionario policial reclama, por su parte, cinco años de cárcel por un delito de atentado a agentes de la autoridad en concurso con otro de lesiones.
La apertura de juicio oral contra Serra puso en el foco político al vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, quien lo había nombrado como cargo de confianza a pesar de que las investigaciones contra Serra Ferrer ya se encontraban en marcha y de que la Universitat de les Illes Balears (UIB), de la que era profesor, lo había destituido cuando trascendieron los hechos. Costa acabó pidiendo disculpas al reconocer que se había “equivocado” al nombrarle y apeló a la presunción de inocencia, pero consideró que no era motivo suficiente para presentar su propia dimisión como le pedía la oposición.
El vicepresidente del Govern: “Confié en él, creí en su palabra”
“Leí lo que salió en los diarios ya hace tiempo y conocía la decisión que había tomado la UIB, pero Serra Ferrer, a quien conozco desde hace años, me negó rotundamente los hechos que salieron en prensa y me trasladó su convencimiento de que la causa se archivaría y ni siquiera llegaría a juicio. Confié en él, creí en su palabra, y por eso lo nombré, respetando la presunción de inocencia que considero que había que respetar”, manifestó Costa, de cuya Conselleria depende el Ibetec.
Con todo, Costa consideró que no debía dimitir por su error, tal como solicitaron desde la oposición PSIB, Podemos y los ecosoberanistas de Més per Mallorca. “No considero que deba dimitir ni voy a dimitir”, espetó a preguntas de los medios, incidiendo en que esta posibilidad “no ha estado en ningún momento sobre la mesa”. Sí se mostró “a disposición de lo que estime conveniente hacer la presidenta”, en alusión a la líder del Govern, Marga Prohens, quien, por su parte, acabó defendiendo el papel de su vicepresidente: “Todo el mundo puede equivocarse”, señaló, poniendo énfasis en que Costa “ha reconocido con humildad que se equivocó y ha pedido perdón”.