La doctora Nadiya Popel, médica en el hospital Mateu Orfila de Menorca y negacionista de la COVID-19, ha sido expulsada este jueves del Colegio de Médicos de Balears por “infringir de manera reiterada el Código de Deontología Médica”. Así lo ha declarado la propia institución, que ha justificado esta decisión con una larga lista de infracciones entre las que se encuentra la de publicitar productos curativos sin base científica durante su ejercicio como médica y, de esta manera, poner en riesgo la salud de sus pacientes.
Sin estar colegiado, un médico no puede ejercer como tal en un centro sanitario, por lo que Popel no podrá seguir en su puesto de trabajo si no consigue el respaldo de ningún Colegio de Médicos.
Desde el organismo médico señalan que la doctora Popel “pone en riesgo la seguridad de los pacientes” por la utilización de los productos como lejía, agua oxigenada o disolvente industrial sin base científica, no autorizados, de origen poco claro (envases con la etiqueta escrita a mano) o elaborados de forma “casera” como en el caso del llamado 'ormus'“.
Igualmente, fuentes del Colegio han afirmado a este diario que, en muchas ocasiones, Popel suministraba estos medicamentos en lugares que no reunían las condiciones higiénicas necesarias y que no era extraño que recetara tratamientos cuando no tenía la competencia para hacerlo, como en el caso de un paciente con cáncer. “Ella es médico de familia, no puede tratar un cáncer como tal, pero se supone que lo hace”, ha remarcado la institución.
Además, subrayan que, aunque el paciente diera su permiso para ser recetado con sus fármacos caseros, “ella no los puede administrar según dicta el Código de Deontología Médica”. Así, de esta manera, la expulsión trae consigo la “prohibición absoluta del ejercicio de la Medicina y la pérdida de los derechos inherentes a la colegiación”.
La doctora Popel y la COVID-19
No es la primera vez que Popel salta a la palestra. En 2021 fue suspendida por el Govern balear por pronunciarse públicamente en contra de la vacunación contra la COVID-19 y por rechazar el uso de mascarillas.
Durante ese periodo, la doctora Popel fue colgando varios carteles en contra de la vacuna de AstraZeneca y abrió grupos de Telegram por donde difundir información falsa sobre la COVID-19. De hecho, la médica hizo campaña en el hotel Bellver donde se encontraba el grupo de 70 estudiantes confinados por portar la enfermedad gritando “libertad” y difundiendo bulos sobre la pandemia.
Igualmente, Popel también ha asegurado ser creyente de teorías de la conspiración, afirmando que “Bill Gates, que financia la OMS, ha dicho varias veces que su objetivo es reducir la población mundial”. Además, durante ese tiempo, fue realizando a sus pacientes en el hospital Mateu Orfila prácticas de dudoso rigor científico como el reiki, la fitoterapia y la ozonoterapia, la cual aseguraba que podía curar la COVID.