Un helipuerto ilegal para ricos hace la vida imposible a los vecinos de Ibiza: “El dinero manda”
El turismo de lujo está cada vez más presente en la isla de Eivissa. Durante las últimas temporadas turísticas, diferentes movimientos ecologistas y activistas climáticos han puesto el foco en las denominadas ‘emisiones de lujo’, es decir, aquellas que, por su actividad, generan los ultrarricos, como en el caso de los ‘jets privados’ o los megayates. En las últimas semanas, la asociación ecologista Amics de la Terra, alertada por residentes de la isla, ha denunciado públicamente el aterrizaje de helicópteros en suelo rústico, una actividad que solo se puede realizar bajo determinadas condiciones que limiten los impactos ambientales.
“Es habitual ver el mismo helicóptero y alguno similar aterrizando en lugares que no son helipuertos autorizados, sino eventuales, donde según la legislación de aviación civil solo se puede aterrizar tres veces al mes —como helipuerto eventual—”, explica a elDiario.es Juanjo Torres, portavoz de Amics de la Terra. Unos aterrizajes que están teniendo lugar en diferentes puntos de la zona norte de la isla, entre ellos, Santa Gertrudis, Sant Llorenç y Santa Eulària des Riu.
“Al principio, cuando escuchaba un helicóptero de estos, pensaba que había habido un incendio, pero luego salía de casa, veía un helicóptero blanco o negro, y no era del servicio de emergencias”, asegura Jèssica Ferrer, una vecina de la zona de Sant Llorenç. “Los vecinos llevan alertando sobre ello durante toda la temporada turística”, añade Torres, portavoz de los ecologistas, quienes han comprobado la situación in situ.
Aterrizajes sin autorización
Una de las zonas donde más aterrizajes se producen en suelo rústico común —más de diez veces al mes en verano, según testigos visuales, algo no permitido por la normativa si no es un helipuerto autorizado— es en el municipio de Santa Eulària. “Este último año ha sido un tráfico semanal bastante habitual. Hablamos, mínimo, de tres o cuatro veces a la semana”, afirma una trabajadora de la zona. Según ella, durante estos meses ha visto cuatro helicópteros diferentes en los alrededores: blanco, negro, azul y rojo. “Llegan del suroeste (Sant Josep de sa Talaia, municipio donde está el aeropuerto) y se desplazan hacia el nordeste de la isla”, detalla Jèssica. La propiedad del terreno no ha querido responder a elDiario.es.
Este último año ha sido un tráfico semanal bastante habitual. Hablamos, mínimo, de tres o cuatro veces a la semana. Llegan del suroeste (donde está el aeropuerto) y se desplazan hacia el nordeste de la isla
Los ecologistas denuncian, en la línea de otras reivindicaciones similares, que se trata de un turismo de “alto poder adquisitivo” que, muchas veces, se beneficia de sus “privilegios”. “El dinero manda por encima de la regulación y la legislación vigente, que por desconocimiento o lentitud se aplica tarde”, afirma Torres, quien lamenta que, en un contexto de emergencia climática, se está hipotecando “nuestro futuro, el de nuestros hijos y el de las generaciones futuras”. “Son los privilegios de gente que tiene el capricho de evitar las colas y la saturación de las carreteras”, opina el portavoz de Amics de la Terra.
El dinero manda por encima de la regulación y legislación vigente, que por desconocimiento o lentitud se aplica tarde. Son los privilegios de gente que tiene el capricho de evitar las colas y la saturación de las carreteras
“Está claro que es mucho más fácil transportarse en helicóptero”, asevera. En este sentido, según narra a este diario una trabajadora de la zona, “el mismo helicóptero puede aterrizar varias veces durante la misma mañana”. “Aparcan, hay gente que baja y otra que sube”, describe. Esta situación habría generado, según su testimonio, numerosas quejas durante los dos primeros años en que dichas operaciones tuvieron lugar, en 2020 y 2021. Y añade: “Los vecinos estaban molestos porque había mucho ruido y no tenían permiso para hacer lo que hacían [para aterrizar en suelo rústico de propiedad privada]. Se quejaban de todo el viento que provocaba el helicóptero al aterrizar, así como del polvo y las hojas, que les caían en su casa”.
En una carta remitida al Ajuntament de Santa Eulària des Riu, Amics de la Terra denuncia la utilización de un terreno catalogado como suelo rústico como helipuerto “improvisado” en los alrededores de la zona. Según detallan los ecologistas, miembros de la organización lo comprobaron el 19 de septiembre de este año, en una visita para conocer de primera mano la situación.
“Hemos podido hacer una foto de un helicóptero aterrizando, con matrícula austríaca OE-XXO y modelo Robinson R44”, señala Amics de la Terra, indicando que, según su investigación, se trataría de una compañía que opera desde Mallorca. Por todo lo expuesto, los ecologistas piden al Ayuntamiento que investigue sobre la legalidad del uso de este terreno como “helipuerto”, siendo Amics de la Terra conocedor de que las competencias son estatales, y no municipales.
Dónde es legal aterrizar
El Real Decreto 57/2002, de 18 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Circulación Aérea establece en el punto 5 que los helicópteros, para sus aterrizajes y despegues, podrán utilizar aeródromos abiertos al tráfico civil —utilizando normalmente zonas reservadas a las maniobras de los helicópteros—; helipuertos permanentes —aeródromos acondicionados especialmente para ser utilizados exclusivamente por helicópteros— y helipuertos eventuales.
Los helipuertos eventuales son superficies que reúnen “las condiciones mínimas de seguridad para ser utilizadas por los helicópteros de forma temporal”, con la condición de que el propietario del terreno autorice dicho uso, y con la excepción de las “operaciones especiales”, como emergencias, que están exentas de solicitar permiso a la propiedad. La utilización de estos helipuertos eventuales está limitada a una frecuencia de tres operaciones de aterrizaje y despegue mensuales.
La norma especifica, además, que se considera aterrizaje o despegue “toda operación que implique el embarque o desembarque de personas o mercancías, aunque no tenga la aeronave contacto con el suelo y con la excepción de cuando se emplean paracaídas”. El texto ahonda en que los helicópteros que lleven a cabo operaciones regularmente “deberán utilizar los aeródromos o helipuertos abiertos al tráfico civil”.
Para aquellos que no realicen viajes regularmente, podrán utilizar dichas instalaciones con la luz verde de la autoridad competente. El piloto, además, deberá haber recibido, previamente, autorización del propietario del terreno –tanto para la utilización del helipuerto eventual, como para el acceso al mismo de los agentes de la autoridad encargados de la verificación de las condiciones de utilización de los helicópteros–.
En este sentido, los helicópteros solo pueden aterrizar y despegar en los aeródromos, helipuertos o helipuertos eventuales “especialmente autorizados”, es decir, que no podrán aterrizar ni despegar “en el interior o en las proximidades de las aglomeraciones urbanas o inmediata vecindad de aeródromos –cuyas servidumbres serán determinadas por la autoridad competente–”. Hay excepciones: los casos en que se efectúen operaciones de salvamento, de transporte sanitario de urgencia o preventivos de accidentes.
Además de esto, el Plan Territorial Insular (PTI) de Eivissa indica que los helipuertos están prohibidos en zonas como Áreas Naturales de Especial Interés (ANEI) con distintos niveles de protección, así como en Áreas Rurales de Interés Paisajístico (SRP-ARIP), Áreas de Protección Territorial -excepto para transporte sanitario o emergencias- y Suelo Rústico Forestal.
En el caso del Suelo Rústico de Régimen General, la normativa indica que dichas actividades están condicionadas por “las limitaciones que se impongan en relación con su impacto territorial”. Fuentes del Ajuntament de Santa Eulària explican que, dado que no tienen competencias directas en la materia, trasladarán la queja a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
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