La muerte de más de la mitad de la pradera de Posidonia oceanica de la Bahía de Talamanca, en Eivissa, amenaza con acabar con el ser vivo más longevo del planeta. Se encuentra en el Parque Natural de ses Salines de las Pitiüsas, zona protegida desde 1999 por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad, y alberga una pradera de Posidonia de 100.000 años de antigüedad.
Un informe piloto de la asociación ecologista GEN-GOB asegura que la pradera de Posidonia de Talamanca está muerta en más de un 50% y adelanta que, de continuar así, el futuro de las Islas será muy negro. Por ello, solicitan al Govern balear medidas urgentes respecto al tráfico marítimo, la mejora en la calidad de las aguas y la instalación de fondeos de bajo impacto que contemplan mitigar, además, las consecuencias del cambio climático a nivel mundial por su poder de captación a gran escala de CO2.
La pradera estudiada en el informe elaborado por el GEN-GOB y financiado por el Ayuntamiento de Eivissa y la entidad conservacionista IbizaPreservation, que se viene desarrollando cada año desde 2019, continúa machacada, temporada tras temporada, por el tráfico marítimo, los vertidos y otras afecciones humanas, a pesar de este y otros estudios y alertas que apuntan a un desastre ecológico irreversible con repercusiones planetarias, por la capacidad de captación de CO2 de esta planta marina, muy importante para amortiguar los efectos del cambio climático.
La presión turística “se hace insoportable”
La entidad ecologista autora del alarmante estudio asegura que hay que tomar medidas inmediatas si no se quiere llegar a una situación que acabe con la diversidad y la riqueza del mar balear, “que llevará irremediablemente al desastre económico”. La presión turística se hace “insoportable”, aseguran desde el GEN-GOB. Una “paulatina e incesante degradación” que, hasta el momento, ni las autoridades competentes en el Govern balear ni el Ejecutivo central han sabido detener.
Xisco Sobrado, coordinador del Área Marina de esta entidad ecologista, explica que en el año 2019, con la colaboración del Ayuntamiento de Eivissa, se instalaron cuatro estaciones de seguimiento en la Bahía de Talamanca y una cuarta en Cala Roja a modo de estación control. “Después de cinco años de estudio hemos constatado la mala salud ambiental de estas praderas de Posidonia, con más del 50 % de la pradera muerta. Por eso, es necesario tomar medidas urgentes para revertir esta situación”, insiste Sobrado, quien recuerda que las praderas “mantienen las aguas limpias, fijan la arena de la playa y actúan mitigando los efectos del cambio climático”, además de ser las responsables de mantener la biodiversidad marina, entre otros muchos beneficios.
Por su parte, la directora de IbizaPreservation, Inma Saranova, con quien se ha puesto en contacto elDiario.es, considera muy necesario seguir apostando por la investigación y la mejora del conocimiento sobre el estado de la Posidonia “a fin de poder identificar las causas precisas de su degradación para intentar revertir esta situación lo antes posible”. Sin embargo, tanto en los estudios que esta entidad financia como en muchos otros parecen claras las causas de la degradación de estas praderas. Lo que hace falta son medidas efectivas “ya”, especifica Sobrado, del GEN.
La directora de IbizaPreservation considera muy necesario seguir apostando por la investigación sobre el estado de la posidonia a fin de poder identificar las causas precisas de su degradación e intentar revertir esta situación lo antes posible
Un plan integral en toda Balears
El concejal de Medio Ambiente del Ajuntament de Eivissa, Jordi Grivé, se muestra preocupado por los resultados y declara que “hay que tomar medidas, ya, para revertir esta situación”. En este sentido, el Consistorio ha anunciado, como “actuación inmediata”, alejar el balizamiento lo máximo posible de la línea de playa. “De esta manera se amplía el espacio libre de fondeos, se reduce la presión sobre la bahía y se mitiga el impacto visual que supone la aglomeración de embarcaciones. Hay que garantizar que los barcos naveguen con seguridad, pero lo que se quiere es que lo hagan lo más lejos posible de la línea de la costa”, señala Grivé. Sin embargo, alejar el problema no significa mitigarlo o acabar con él. Así lo explica en conversaciones con elDiario.es Xisco Sobrado: “La cuestión no es trasladar el problema a otra zona, es necesario un plan integral de toda Balears. Mientras no se tenga esto en cuenta no estaremos haciendo nada”.
Grivé asegura que la sobresaturación de la bahía de Talamanca, los fondeos irregulares y la degradación de la pradera de Posidonia podrían resolverse con un campo de boyas ecológicas en la zona, proyecto bloqueado desde hace años y que el Ayuntamiento de Eivissa ha reclamado a las administraciones competentes que sea una realidad cuanto antes“, puntualiza.
Tráfico marítimo masivo y descontrolado
Por su parte, la Conselleria balear del Mar y Ciclo del Agua, de la que depende la gestión del tráfico marítimo, explica a este diario que en es Freus (zona marítima protegida del Parque de ses Salines de Eivissa y Formentera) “no puede haber campos de boyas ecológicas porque es una zona de tránsito de embarcaciones y, sobre todo, de ferrys de línea”. Aunque la que está instalada en ses Salines de Eivissa “se mantendrá”, puntualizan. Es decir, el mismo tráfico marítimo que agrede constantemente el ecosistema de es Freus, donde se encuentra el Patrimonio Natural, es la razón para que no se proteja más de este interminable tráfico naval al ser más longevo de la tierra, responsable de la belleza y motivo de su protección.
Se da la circunstancia, además, de que la playa de ses Salines de Eivissa, a la que se refiere la Conselleria, es una de las más afectadas por el negocio de los charters ilegales que, dada la falta de inspección suficiente, campa a sus anchas con la consiguiente afección negativa a los ecosistemas.
La playa de ses Salines de Eivissa es una de las más afectadas por el negocio de los charters ilegales que, dada la falta de inspección suficiente, campa a sus anchas con la consiguiente afección negativa a los ecosistemas
“En la zona de Formentera, está el campo de boyas del Espalmador. De momento esto es lo que hay. También hay algún campo de boyas más previsto pero, por ahora, solo está en estudio por la Comisión de Medio Ambiente”, puntualizan desde este departamento. Por otro lado, las mismas fuentes especifican a elDiario.es que, en coordinación con otras entidades, “se realizarán inspecciones periódicas durante la temporada para evitar los charters ilegales”. Sin embargo, la labor inspectora que se viene desarrollando en la zona, que podría decirse irrisoria ante la falta de efectivos destinados comparado con el volumen de embarcaciones que cada año navegan por todo el litoral de las Pitiüses sin que se le ponga freno, no está claro si este año se va a ampliar o no.
“En estos momentos todavía no”, puntualiza la Conselleria, aunque señala que en las próximas semanas se llevarán a cabo reuniones de coordinación “para tratar todos estos temas”. El mantra que se repite año tras año, legislatura tras legislatura.
Reducir el número de embarcaciones
Desde el GEN-GOB lo tienen claro. La solución sería reducir el número de embarcaciones. “Tenemos un ejemplo en la isla de Cabrera. Hay un sistema de fondeo con reserva anticipada que podría hacerse de forma similar en las Pitiüses”, asegura Sobrado. “Es una medida compleja pero hay que ir avanzando en ella, porque si no los ecosistemas marinos no van aguantar. No sé si es posible, pero es necesaria. Tienes en una balanza el Medio Ambiente y en otra, las actividades económicas. Pero hay que tener en cuenta que las actividades económicas dependen de este medio ambiente sano. Si no lo hacemos ahora, las embarcaciones no van a venir”, advierte.
Es una política que tienen que llevar a cabo el Govern y el Ejecutivo central. “Puertos del Estado es el que acomoda la cantidad de embarcaciones posibles. Si amplías habrá más tráfico. Hay que ir reduciendo el número de plazas que ofertamos. Cuando en Eivissa se apostó por los megayates en el Puerto de La Marina, que tienen un impacto muy elevado, constatamos que lo que hay que replantearse es el modelo de turismo náutico. Habría que quitar espacio a estos megayates y dárselo a embarcaciones locales”, especifica. “Hay que empezar a reducir la actividad turística en espacios naturales y hacer un plan integral”, insiste.
Hay que ir reduciendo el número de plazas que ofertamos. Cuando en Eivissa se apostó por los megayates en el Puerto de La Marina, que tienen un impacto muy elevado, constatamos que lo que hay que replantearse es el modelo de turismo náutico
La legislación actual prohíbe desde julio de 2018, con el Decreto de Posidonia, que las embarcaciones se establezcan sobre los 650 kilómetros cuadrados de las praderas de Posidonia en Balears, pero la realidad es que la masificación y la falta de amarres para toda la demanda náutica provoca que su cumplimiento sea imposible y que la gran mayoría de embarcaciones fondeen en áreas protegidas. Muchas de ellas, además, son compañías de charters ilegales que hacen su agosto con total impunidad.
Creación de campos de boyas ecológicas
En este sentido, el jefe del departamento de Espacios Naturales de la Conselleria balear de Medio Natural, Jorge Moreno, asegura a elDiario.es que la creación de campos de boyas ecológicas es una medida efectiva, “y en Talamanca hay prevista la instalación de una de ellas, como todas, financiada por el Gobierno central”.
Para los ecologistas “es una medida parcial que servirá para reducir el problema del fondeo ilegal en Talamanca”. Consiste, explican, en la instalación de estructuras fijas en el fondo marino con una hélice que “no pesa mucho y que lleva una serie de cuerdas y boyas con ninguna afectación al fondo marino. La embarcación ya no tendría que anclar, solo amarrarse a la boya. Se instalan en fondos ya degradados. Pero la cuestión es que estos planes no se pueden hacer por zonas. Hay que avanzar a reducir el número de embarcaciones”, insiste.
Moreno puntualiza que Balears atesora la mitad de la Posidonia de todo el país y su estado de conservación “es de los mejores”, a pesar de los resultados del informe del GEN-GOB en Talamanca. “Somos el único territorio que dispone de un Decreto de Posidonia y se está trabajando en su protección, bajo mi punto de vista. Tenemos nuestros agentes ambientales, nuestro Servicio de Vigilancia de Posidonia, pero no podemos llegar a controlar los negocios ilegales que es una competencia de la Guardia Civil o de Hacienda. En teoría, cuando se ponen estas boyas se dejan de echar las anclas. La Bahía de Talamanca está incluida en una lista de zonas a gestionar por el Decreto”, asevera.
Moreno explica que “la Posidonia no se ha degradado en un año. Desde 2015, el GEN ya habla de ello. De todo el Mediterráneo, de las cinco comunidades que disponen de praderas de esta planta, somos los únicos que tenemos un Decreto de este tipo. Esto ya es algo, vamos avanzando ”, argumenta. “Eso sí” -precisa-, “esto no se para en seco y siempre se puede mejorar. Nosotros, con nuestras competencias, estamos en la línea, estamos haciendo las cosas que podemos hacer, ponemos muchos medios, esfuerzo, mucho presupuesto. Veremos a ver si las cosas nos acompañan en un futuro pero ahora los resultados están siendo buenos”, aduce. “Hay que tener en cuenta también que aquí vivimos del turismo”, añade: “Por ejemplo, la retirada de la Posidonia en todas las playas se está copiando en todos los territorios. Pero es verdad que con esto no lo paramos todo”.
Esto [la degradación de la posidonia] no se para en seco y siempre se puede mejorar. Nosotros, con nuestras competencias, estamos en la línea, estamos haciendo las cosas que podemos hacer, ponemos muchos medios, esfuerzo, mucho presupuesto
El paraíso de los fondeos ilegales
El mismo argumento pone sobre la mesa cuando este medio le pregunta sobre la cantidad de ‘muertos’ (estructuras de fondeo ilegales de gran peso) que se encuentran en los fondos marinos sobre Posidonia y que, a pesar de los esfuerzos de las administraciones y de diferentes entidades en su limpieza, se siguen arrojando pocas fechas después de su extracción para el negocio ilegal de algunos desaprensivos. elDiario.es lo pudo comprobar en el trabajo que se hacía en el mes de abril de 2023 en la bahía de Portmany en el que se extraían de sus aguas 12 toneladas de residuos, en su mayoría correspondientes a estas estructuras de hormigón. Poco tiempo después, los buzos volvieron a inspeccionar la misma zona, corroborando que su trabajo había sido en balde, ya que se habían vuelto a depositar nuevos 'muertos' en las mismas zonas en las que se había trabajado.
“Hay que reconocer que es una problemática compleja”, explican desde el GEN. “Por parte del Govern se ha avanzado en espacios naturales protegidos, con mayor vigilancia y mayor control de los fondeos, pero lo que se hace es pasar la presión de unas áreas a otras”. Y añaden: “Cuando regulas un espacio estás desplazando la presión y Talamanca recibe mucha. No estaríamos resolviendo el problema integral que pasa por la reducción del número de embarcaciones. Si Talamanca es un caso de estudio habría que abordar la problemática no solo de las embarcaciones, sino de la presión humana que sufren las Pitiusas con los recursos hídricos, el colapso de las carreteras… La Posidonia solo es un síntoma de que algo se está haciendo mal y que hay que buscar soluciones cuanto antes”.
En este sentido, apela a reducir la presión para que “el sistema se recupere por sí solo. Se han hecho replantaciones, algunas han dado pequeños resultados, pero esta no es ninguna solución. La solución es un plan integral que reduzca la presión humana y turística en las Pitiüses. Mientras esto no suceda…”, señala.
Vertidos de depuradoras, desaladoras y sentinas
Otro de los problemas añadidos al mal estado de la pradera de Posidonia de Talamanca es el vertido de aguas fecales, ya que es en esta zona donde se encuentra el emisario de la depuradora de Eivissa, concretamente en la aledaña Illa Plana en Marina Botafoc, que, dada la presión humana en temporada, registra averías y roturas constantes. Desde Espacios Naturales aseguran que se está intentando hacer de la mejor manera posible, aunque este departamento no tiene competencias en asuntos de depuración.
“No obstante, hay que tener en cuenta” -especifica Moreno- “que la zona de Talamanca es una zona urbana y las depuradoras están donde tienen que estar”. A este respecto, Xisco Sobrado, del GEN, explica a este medio que “la depuradora de Eivissa es la peor de Balears. El agua no tiene prácticamente ningún tipo de tratamiento. Estamos a la espera de la conexión de la nueva depuradora, que lleva alrededor de 10 años de retraso. Este año ya tendría que estar en pruebas para entrar a funcionar en 2025. Sería una solución parcial, porque hay que tener en cuenta el vertido de sentinas que degradan las praderas”, añade.
Otro de los problemas añadidos al mal estado de la posidonia de Talamanca es el vertido de aguas fecales, ya que es en esta zona donde se encuentra el emisario de la depuradora de Eivissa, que, dada la presión humana, registra averías y roturas constantes
Sobrado se refiere a los desechos de los barcos que se arrojan al mar por parte de las embarcaciones ilegales que no tienen amarre y, por lo tanto, no disponen de zonas seguras dentro de los puertos donde realizar su vaciado. “Está prohibido su vertido”, asegura el jefe de Espacios Naturales: “Solo se podría hacer a 12 millas mar adentro, pero el 99% de las embarcaciones lo cumple”, señala en referencia a las legales. Sin embargo, si le expone el problema de la gran cantidad de ilegales que no tiene a su disposición este servicio, aduce del mismo modo: “Nosotros gestionamos espacios protegidos, esto no lo podemos controlar nosotros”, precisa, a pesar de que se declara consciente de que esto afecta a la salud y la biodiversidad de los fondos marinos.
Quizás la propuesta de Xisco Sobrado de crear un plan integral real de las diferentes administraciones y departamentos competentes para toda Balears sea la solución más adecuada. “Está claro que hay que reducir el número de barcos y el número de turistas. La solución pasa por el decrecimiento”, advierte Sobrado. Sin embargo, las autoridades competentes en materia de turismo de todas las islas, los Consells Insulares, siguen llevando a cabo campañas de promoción en todas las ferias de turismo internacionales, abriendo nuevos mercados, ampliando la temporada turística… “La gestión turística tiene que cambiar ya si queremos solucionar este problema”, concluye.