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La mala gestión y la sobreexplotación de los acuíferos amenazan a Ibiza: “La catástrofe será irreversible”

En el macizo de Serra Grossa (Eivissa) se encuentra el acuífero más sobreexplotado de Balears

Esther Cabezas

Eivissa —
21 de agosto de 2024 21:48 h

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Eivissa se queda sin agua. Los residentes en rústico han dado la voz de alarma. En concreto, han sido los payeses de la zona norte de la isla los que han destapado la 'caja de Pandora' denunciando la venta ilegal de agua a las empresas de transporte por parte de los dueños de algunas perforadas de uso doméstico cuya extracción ha secado los pozos aledaños. Además, como consecuencia inmediata, el precio del camión del líquido elemento que suministra agua a aquellas fincas que no disponen de pozo, que son muchas, se ha disparado. “Si no se deja descansar los pozos, la catástrofe será irreversible para toda la isla”, advierten.

Era una noticia anunciada hace tiempo que se está convirtiendo en una terrible realidad. La isla de Eivissa se queda sin agua dulce. La presión turística, la falta de infraestructuras suficientes y la deficiente gestión de las existentes están sumiendo a la isla en una situación sin retorno si no se toman medidas inmediatas. Las tres desaladoras operativas “funcionan al 110%”, lo que cercena la única posibilidad para aflojar la presión de extracción del agua subterránea, cada vez más escasa: el suministro con agua desalada a las cisternas de reparto. Así lo asegura a elDiario.es Joan Tur, portavoz de la Unió per la Defensa de l'Aigua (UDA), entidad creada hace pocas fechas y que ha puesto el tema sobre la mesa para exigir soluciones urgentes a este grave problema.

A principio del mes de agosto, dos de los cinco pozos que había operativos para la recarga de cubas de transporte quedaron fuera de servicio; uno por falta de agua y el otro por una avería en su bomba que aún no ha sido subsanada. Inutilizados. Como resultado, algunos dueños de pozos agrícolas, que tienen limitada la cantidad de agua que pueden extraer, han comenzado a comercializar su agua, lo que ha secado varias perforadas. Las familias que viven en rústico, en casas diseminadas en el campo y que dependen de ellos se quedan sin recursos hídricos; también sus explotaciones agrícolas. “Están extrayendo el agua que pueden sacar en un año en un día, porque son pozos de uso solo agrícola”, explica Tur.

El transporte en cisternas procedente de los acuíferos suministra en estos momentos en Eivissa a todas las casas que, debido a la sequía, ya no disponen de suficiente agua de lluvia para su consumo y tienen que comprarla. También son los que alimentan jardines tropicales, piscinas y servicios de complejos hoteleros, villas multimillonarias e infraestructura turística, sin ningún tipo de control o inspección por parte de ninguna administración. Y ahora, además, a todas las fincas a las que la sobreexplotación de pozos vecinos ha dejado secas. 

La gota que colma el vaso

Para negocios turísticos y grandes fortunas la subida de precio quizás pueda ser asumible pero los residentes no pueden soportar esta presión. “Un camión cisterna de 16.000 litros (16 toneladas) ha pasado de un día a otro de 120 euros, un precio ya muy elevado, a 240 euros. Y sigue subiendo, tal y como cuentan algunas familias usuarias de Sant Miquel en conversaciones con este diario. ”Llamé a la empresa que me trae el agua a casa porque no tenemos pozo, y cuál fue mi sorpresa cuando me dijo que el precio era el doble y que, probablemente, al día siguiente fuera más“, relata Cristina en conversaciones con elDiario.es.

Para negocios turísticos y grandes fortunas la subida de precio quizás pueda ser asumible pero los residentes no pueden soportar esta presión. “Un camión cisterna de 16.000 litros (16 Tn) ha pasado de un día a otro de 120 euros, un precio ya muy elevado, a 240 euros. Y sigue subiendo, tal y como cuentan algunas familias usuarias del municipio de Sant Miquel

“Como soy cliente de hace muchos años me dijo que me cobraría solo el doble aunque subiera. Han tardado una semana en venir y, además, en vez de venir el camión de 16 toneladas ha venido el de 12, que es más caro en proporción. Al final me ha salido más caro todavía. No sé lo que voy a hacer. Esto me preocupa. Antes en invierno no tenía que pedir agua porque usábamos la de la lluvia. Ya llevo alrededor de cuatro o cinco años que tengo que comprar también en invierno y esto ya era mucho gasto. Si ahora el precio sube no lo podré pagar. Estoy pensando en la posibilidad de tener que abandonar la isla. Es una situación muy estresante. Tengo dos hijos en edad escolar, pero cada vez estamos más acorralados”, reflexiona. Cristina asegura que la vida en Eivissa se está haciendo insoportable: “Los alquileres por las nubes, transporte público casi inexistente, los precios impagables… Parece que nos quieran echar de aquí”, comenta.

El Govern balear, que es el competente en materia de agua en todas las islas del archipiélago, apuesta por la puesta a disposición para la recarga de los camiones de agua desalada. “Hace una década se instalaron en las desaladoras de Eivissa dispensadores que nunca se han puesto en marcha e intentaremos tenerlos a disposición a finales de este mes de agosto”, aseguran las fuentes consultadas de la Conselleria balear de Ciclo del Agua. Sin embargo, desde UDA aseguran que esta va a ser una medida muy difícil de aplicar “porque las tres desaladoras que ahora mismo están en funcionamiento en Eivissa funcionan ya por encima de sus posibilidades”, concretan.

Vista la situación, Joan Tur asegura que hay dos soluciones : “O encomendarse a la virgen y a los santos y rezar para que llueva, o ponerse inmediatamente a construir una nueva desaladora, porque las de ahora no dan abasto. Pero hacerlo por la vía de urgencia. No podemos esperar a que se haga el proyecto, se licite, salga a concurso… esto supondría 15 ó 20 años de espera, como ha pasado con las anteriores”, especifica. “Los pozos de Eivissa no resistirán”, añade.

Una historia anunciada desde la llegada del turismo

“Hace 50 años los acuíferos estaban llenos, el agua brotaba por arriba y vertía al mar”, señala Tur. Pero hace mucho tiempo que esto es un recuerdo. “Donde nosotros vivimos, en Santa Gertrudis, la gente venía a coger agua de las fuentes, a pocos metros de la finca, llenaban sus jarros del agua que brotaba en los pozos. Ahora, los acuíferos están al 32%, según los técnicos”, concreta Joan Tur. “Estos últimos 50 años nos hemos cargado todo y, ahora, además está la sequía. Sobreexplotación y sequía son los dos problemas”, puntualiza. “Si a una casa se le seca el pozo se ve obligado a perforar a más metros”  y esto, además, está produciendo desde hace más de 20 años la salinización de los acuíferos. “Esto es muy grave”, insiste.

Hace 50 años los acuíferos estaban llenos, el agua brotaba por arriba y vertía al mar. Pero hace mucho tiempo que esto es un recuerdo. Ahora, los acuíferos están al 32%. Estos últimos 50 años nos hemos cargado todo y, ahora, además está la sequía. Sobreexplotación y sequía son los dos problemas

Joan Tur Portavoz de la Unió per la Defensa de l'Aigua (UDA)

Según Tur, la gestión del ciclo del agua en Eivissa, competencia del Govern balear, es pésima. “Por ejemplo, la zona turística de sa Cala de Sant Vicent y del Puerto de Sant Miquel, donde se siguen construyendo hoteles, se utiliza agua de los pozos de la zona, mientras que los núcleos urbanos lo hacen desde hace un par de años de las desaladoras que, por fin, están interconectadas”, expone. “Todos estos establecimientos turísticos debían utilizar el agua de las desaladoras. Es un gasto increíble de agua que influye mucho en la bajada de los pozos”, reclama.

La Conselleria de Ciclo del Agua balear reitera que la puesta a disposición para las cisternas de transporte de los dispensadores de las desaladoras a finales de este mes, (“que aún no se habían puesto en funcionamiento nunca desde hace una década”), intentará paliar el problema del suministro a las casas en rústico, a pesar de la poca esperanza que los afectados ponen en esta solución. No hay capacidad desaladora suficiente hoy por hoy y, además, el agua procedente de la desaladora es más cara, lo que repercutirá también en el precio. Habría que esperar, si o si, a la construcción de una cuarta instalación. 

Infiltrar agua en los acuíferos procedentes de las desaladoras

Tanto fuentes de la Conselleria como del Consell insular de Eivissa aseguran que son muchas las medidas que se han tomado desde el inicio de la legislatura para paliar los efectos de la intensa sequía actual. “Desde la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua se espera que la situación cara al año que viene sea mejor. En el primer consejo de administración de Abaqua se aprobó el inicio del expediente para la ampliación de la desaladora de Santa Eulàlia y se ha dotado dicho expediente económicamente para proceder a su licitación y contratación sin demora. En el tercer consejo de administración de Abaqua se aprobó el expediente para la aportación de agua a la balsa de Sa Rota, que se puso en marcha el mes pasado, tras más de 20 años parada”, aunque según el portavoz de la UDA “no está funcionando correctamente”.

En el mes de octubre arrancó el expediente para la realización del ensayo de infiltración por parte del Govern, que habilitará la disponibilidad de recursos complementarios en esta situación de sequía“, puntualizan. Esta última opción supondría infiltrar en los acuíferos agua procedente de las desaladoras, opción que podrían apoyar desde la UDA ”si como dicen los técnicos ese agua es de buena calidad“. Esta opción también la contempla el Consell de Eivissa.

“Además de la ampliación de desaladora de Santa Eulària, se ha realizado el nuevo depósito de Sant Miquel para la recepción de agua desalada y distribución a Port de Sant Miquel y Sant Miquel”, exponen desde el Govern, aunque la zona turística del Port sigue abasteciéndose de perforada, según Joan Tur. “En enero se firmó el encargo a la Universidad de las Islas Baleares del estudio de la demanda y necesidades del agua en las islas, comenzando por Eivissa. En el mes de junio se adjudicó el contrato para la actualización y puesta en servicio de los dispensadores de agua que nunca se habían puesto en servicio, ni siquiera tras la grave sequía del 2016 y que no funcionaban”, explican. 

Reivindicaciones de los afectados

Los residentes en rústico de la isla solicitan en primer lugar que el agua la gestione cada isla y que deje, por tanto, de ser competencia del Govern. Asimismo, están pidiendo la reunión urgente del Consell de Alcaldes, organismo no vinculante que se reúne junto al Consell cada cierto tiempo. Por su parte, la máxima institución insular preguntada por este medio por el asunto asegura que “el tema del agua es recurrente en el Consell de Alcaldes”. Tal como explican, en el último que se celebró en Sant Joan, por ejemplo, ya se acordó que este verano el agua de las duchas de las playas que dependen de los ayuntamientos estarían cerradas y se harían campañas de concienciación, entre otros temas“, medidas que no han supuesto cambios significativos ante la magnitud del problema. 

“Como el Consell de Alcaldes se celebra periódicamente, se abordará en el próximo. Ya se le ha explicado a los vecinos” cuentan fuentes de la máxima institución insular. Igualmente hay coordinación con los Ayuntamientos y el Govern balear para tomar medidas“, relatan. ”Así podemos recordar que en el último año se ha pedido que se inicien los estudios para construir una cuarta desaladora en la isla y se ha iniciado el Plan Piloto para insuflar agua desalada en el subsuelo“. ”El objetivo es que el agua desalada sea suficiente para la demanda de consumo humano, y con ello se permita la recuperación de los acuíferos subterráneos“ concluyen desde el Consell. 

Desde el Ayuntamiento de Sant Joan de Labritja —uno de los más afectados por la extracción de agua, aunque no es el que más consume ya que la carga de la presión turística es más fuerte en el resto de la isla— aseguran que también se han tomado medidas. “Desde el servicio municipal se está avisando, sobre todo a grandes consumidores de agua, de la necesidad de racionalizar su uso. Con respecto a la subida de precios de los camiones no podemos hacer nada, son empresas privadas que realizan un servicio de transporte y ellos ponen sus precios. Desde el Ayuntamiento lo único que podemos hacer, y estamos  trabajando en ello, es instar a los organismos competentes del Govern Balear para que se prevea, al menos para los meses de verano de mayor consumo de agua y cuando hay más visitantes, para que se pueda suministrar a los camiones con agua desalada, de manera que no se agoten los recursos hídricos naturales”, concluyen.

Desde el servicio municipal se está avisando, sobre todo a grandes consumidores de agua, de la necesidad de racionalizar su uso. Con respecto a la subida de precios de los camiones no podemos hacer nada, son empresas privadas que realizan un servicio de transporte y ellos ponen sus precios

Ayuntamiento de Sant Joan de Labritja

Dada la situación, parece que la construcción por la vía de máxima urgencia de la nueva infraestructura desaladora es la solución. “La sobreexplotación no la han causado los payeses ni las familias. Es el desarrollo turístico. Pedimos al Consell y al Govern que los camiones a mansiones, urbanizaciones e instalaciones turísticas vayan a cargar a las desaladoras. Si no hay que construyan una nueva con urgencia, porque sino la poca agua se agotará y no tendrá remedio.  No se puede controlar lo que se saca de los acuíferos o los camiones que gastan las villas porque habría que poner muchísimos inspectores, pero el agua que se saca de la desaladora si es controlable”.

Y añaden: “Algunas islas de Canarias ya son autosuficientes con sus desaladoras. ¿Por qué no se ha hecho aquí? Si se sigue así, se agotarán los acuíferos y ya no tendrá remedio. El problema está en toda la isla y no podemos esperar a la lentitud de la Administración. Es necesario que se pare con la expansión turística”, reclaman desde la entidad, que ha comenzado una campaña de recogida de firmas, cuyas hojas están repartidas por establecimientos de toda la isla, bajo el lema ‘Necesitam sa vostra firma per defensar s’aigua des pagesos‘ (‘Necesitamos vuestra firma para defender el agua de los payeses’).

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