Un millar de personas se manifiestan en Ibiza contra la masificación turística: “Un 1% de megarricos explota la isla”
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PROU (BASTA) es la consigna de la concentración que ha tenido lugar este viernes a las 20:00 horas frente a la sede de la máxima institución insular de Eivissa, gobernada desde hace dos legislaturas por el Partido Popular y a la que han acudido alrededor de 1000 personas, según la organización. Según Policía Nacional, han sido 500 los participantes. PROU es también el nombre de la entidad que ha convocado esta protesta que han apoyado todos los movimientos sociales, la ciudadanía, el Sindicato de Inquilinas, las asociaciones ecologistas y todos los partidos políticos, incluido el mismo PP y Vox, aunque no han estado presentes en la concentración. El lema de las reivindicaciones ha sido 'Eivissa no puede más'.
Los asistentes a la misma han coreado el lema “ja n'hi ha prou” (ya es suficiente, en castellano), frente a la sede de la máxima institución insular ibicenca y han pedido al gobierno del popular Vicent Marí la toma de medidas urgentes para parar el modelo turístico depredador que excluye a gran parte de la población. “Recuperemos la vida perdida”, ha dicho Rafael Jiménez de PROU, encargado de leer el manifiesto que ha instado a todos los presentes a “no parar”. Otra de las integrantes del colectivo ha leído una carta de Sara, una ibicenca “de generaciones” que ha tenido que dejar la isla por el problema de acceso a la vivienda.
Delante del Consell lucía una figura de una payesa exhibida por los miembros de Extincion Rebelion. Una de sus representantes, Barbara di Giacinto, aseguraba en declaraciones a elDiario.es que “la isla está explotada por un 1% de megarricos y esta situación está llevando a la pobreza de la gente que lleva trabajando toda la vida y la de aquellos que quieren empezar su vida laboral”. “Esta será la primera de muchas más si no vemos un cambio. Tenemos exigencias concretas y queremos unir fuerzas para luchar contra la injusticia social. Los recursos están siendo utilizados por una minoría social”, ha insistido rodeada de carteles de 'Prou Jets privados'.
“Mi abuela vino en el 51, yo vivo de la hostelería y ahora soy profesora. No puede ser que nos matemos a trabajar para crear la atmósfera que a todos les encanta, pero no se piense en los que vivimos aquí para hacer la vida posible. No puede ser que los policías, enfermeros y profesores estén viviendo en un parking”, argumentaba Paula, sujetando una pancarta de ‘Basta Ya’. “Está llegando la hora de poner legislaciones claras para que todos volvamos a ser una comunidad”, ha sentenciado.
“Mi abuela vino en el 51, yo vivo de la hostelería y ahora soy profesora. No puede ser que nos matemos a trabajar para crear la atmósfera que a todos les encanta, pero no se piense en los que vivimos aquí para hacer la vida posible. No puede ser que los policías, enfermeros y profesores estén viviendo en un parking
Por su parte, un nutrido grupo de alumnos de la Escuela de Arte ha contado a este diario que los problemas con el transporte son insufribles. “Además, no tenemos espacios públicos para disfrutar de la isla. Los turistas vienen, destrozan la isla, y al año siguiente vienen con todo nuevo. El mejor año de Eivissa fue el de la pandemia”, constataba Daniela, animada por sus compañeras que no pararon de gritar consignas durante toda la concentración. Desde la organización, su portavoz, Gaby Machaconses, se ha mostrado muy satisfecho por la respuesta de la ciudadanía ibicenca “y por las ganas de que esto no pare”. “Seguimos”, ha asegurado a elDiario.es.
Comienzo de una temporada de movilizaciones
Esta movilización es la primera este fin de semana en Balears, pero no la única, ya que este sábado saldrán a la calle también los residentes en Mallorca y Menorca. Es un grito contra el modelo turístico de la masificación, el consumo del territorio, infraestructuras y recursos (sobre todo agua); problemas que en Eivissa son más graves que en el resto de las Islas.
Estas circunstancias, unidas a la subida del precio de la vivienda (ocasionado, principalmente, por la compra masiva de vivienda por parte de capital extranjero y grandes tenedores, la proliferación de viviendas turísticas legales e ilegales y la gran cantidad de vivienda vacía) y de los productos básicos, está abocando a la población trabajadora a abandonar la isla o a vivir en condiciones deleznables, mientras el turismo del lujo al que sirven, y al que parece que las instituciones quieren beneficiar, se extiende ante su miseria.
El objetivo principal de esta concentración, la primera de muchas otras que se están cociendo desde este invierno en asambleas y reuniones ciudadanas, es “canalizar el descontento de la sociedad frente a la apisonadora del turismo de masas que nos ha arrollado a todos”, explica a elDiario.es el portavoz de PROU Gaby Machancoses. “El nivel de vida que llevábamos hace 10, 20 o 30 años, cuando la sociedad ibicenca y el turismo convivían, ya no existe. Ahora el turismo de masas nos afecta en casi todo en nuestra vida y hace que las personas sufran muchísimo”, ha puntualizado entre el bullicio de la concentración.
El nivel de vida que llevábamos hace 10, 20 o 30 años, cuando la sociedad ibicenca y el turismo convivían, ya no existe. Ahora el turismo de masas nos afecta en casi todo en nuestra vida y hace que las personas sufran muchísimo
Para PROU, una de las reivindicaciones más importantes es la creación de una ley urgente que regule el número de vehículos que entren en la isla. “Como ya se está haciendo en Formentera con éxito”, explica Machacoses. Esta cuestión ya se está abordando desde el Consell y desde el PSOE ibicenco que han presentado, por separado, dos iniciativas legislativas en el Parlament balear en este sentido, ambas respaldadas por todos los partidos políticos menos VOX.
Además, desde PROU reivindican tres medidas clave “para el equilibrio entre visitantes y la población autóctona”: “El decrecimiento controlado ampliando la moratoria de plazas turísticas, incentivos fiscales para los establecimientos que reduzcan el número de plazas y duplicar esfuerzos contra el alquiler turístico ilegal que rondaría, según estimaciones, los 120.000 plazas explotadas ilegalmente en detrimento de los empresarios turísticos y de la sociedad en general”.
Asimismo, la entidad asegura que desde la Xarxa de Movimientos Sociales, que aúna a entidades de todo tipo de la isla de Eivissa, “se están gestando movilizaciones durante toda la temporada que pretenden coger el toro por los cuernos para conseguir que la sociedad ibicenca pueda vivir con una calidad de vida decente”. “Queremos agitar el avispero para que la sociedad ibicenca reaccione”, incide Machacoses. “Ya sabemos que en Eivissa es difícil que la gente salga a la calle”. Y parece que lo han conseguido.
“El futuro de Eivissa pasa por lograr la sostenibilidad económica, ambiental y social”, aseguraba el presidente del Consell d'Eivissa unas horas antes de la protesta. Después de una reunión con PROU, Marí afirmaba que “es comprensible que la ciudadanía se movilice o se sienta molesta por la saturación que se vive en determinados momentos del año”. El presidente insular ha matizado que esta saturación llega provocada por el intrusismo y, especialmente, por la comercialización de viviendas residenciales como turísticas, “que provoca que los precios suban y las dificultades en el acceso”.
Además, ha asegurado que su departamento está teniendo “buenos resultados” en sus políticas contra estas prácticas, cuestión que no se palpa en la calle donde los ciudadanos han traspasado todos los límites. En este sentido, Marí declaraba a EFE que los asentamientos ilegales, en los que se alojan trabajadores no solo en la temporada turística sino durante todo el año, son consecuencia de la “carestía” de la vivienda que provoca “el desplazamiento de gente que no puede acceder por los precios que hay en el sector inmobiliario”.
Por su parte, los representantes de PROU, asistentes a esta reunión, han asegurado a la salida de la misma que a pesar de que el presidente ha asegurado que comparte su visión sobre la masificación, mantendrán sus “reivindicaciones y movilizaciones hasta que las medidas realmente se noten, porque el pueblo ibicenco se siente pisoteado”.
En el mismo sentido que el Consell de Eivissa se manifestaba la presidenta del Govern balear Marga Prohens al término de la Mesa de Turismo que congregó en la Escuela de Hostelería de la UIB a más de 140 interlocutores de diversos ámbitos del tejido empresarial, económico, académico, político y civil de la sociedad balear. “Hablar de límites y contención es hoy la mejor manera de defender el turismo”, comentó. Sin embargo, desde ninguna instancia política se ha hablado de ninguna medida concreta a excepción de la limitación de la entrada de vehículos propuesta por Eivissa o la reducción de plazas turísticas en Mallorca.
Tres millones de turistas
Eivissa y Formentera recibieron en 2023 un total de 3.712.160 turistas, según los datos publicados por el Institut d'Estadística de les Illes Balears (IBESTAT). Una cifra que supone un incremento del 8,95 % en comparación con el año anterior y 305.000 visitantes más. Las Pitiusas son las islas del archipiélago donde más se ha incrementado el número de turistas en 2023. En Mallorca el aumento fue del 8,65 % con casi un millón más de visitantes que en 2022 (de 11,47 millones a 12,46 millones), mientras que en Menorca apenas aumentaron el número de turistas un 2,18 %, pasando de 1,62 a 1,66 millones. Eivissa tiene un censo de alrededor de 160.000 personas residentes, según datos del INE, que no para de crecer durante todo el año con el consiguiente consumo de recursos también en temporada baja.
Eivissa tiene un censo de alrededor de 160.000 personas residentes, según datos del INE, que no para de crecer durante todo el año con el consiguiente consumo de recursos también en temporada baja
Una de las consecuencias de este flujo turístico es la congestión en su red viaria. El parque automovilístico en la isla de Eivissa es de 150.000 vehículos en estos momentos cuando hace solo dos décadas era de alrededor de 50.000. Alrededor de 22.000 coches de alquiler circulan cada temporada en la isla. La utilización del vehículo se hace necesaria, además, debido al deficiente servicio de transporte público con el que, hoy por hoy, los ciudadanos no pueden contar para moverse por su territorio.
Estos problemas se extienden a las playas y saturan todas las infraestructuras de la isla afectando seriamente a su territorio y a sus recursos naturales, sobre todo en lo que se refiere al consumo de agua, desaladoras, depuradoras que desde hace muchos años se encuentran desbordadas. Asimismo, el modelo de turismo de lujo, que se está asentando desde hace unos años en Eivissa y en todas las Islas con la reconversión a este sector de zonas maduras de turismo familiar, ha multiplicado la afluencia de jets privados en su aeropuerto y de yates de las nuevas marinas que desbancan a los puertos deportivos sociales. Es el caso del Club Naútico de Ibiza que ha dejado de existir para extender el negocio náutico del lujo, dejando a los residentes en manos del mercado.
Durante el tercer trimestre del 2023, 87.211 personas estaban afiliadas a la Seguridad Social, 5.400 afiliados más que el mismo periodo del año anterior, según datos de la Seguridad Social difundidos por el Instituto Balear de Estadística. La hostelería concentró la mayoría de estas afiliaciones con 31.700 personas dadas de alta. En ese mismo periodo 8.200 empresas del sector turístico estaban dadas de alta en la Seguridad Social frente a los 7.228 negocios turísticos del mismo periodo del año pasado. Esto supone un aumento de 972 empresas en 2023 en las Pitiusas, la cifra más alta de toda su historia.
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