Periodistas alertan de la pérdida de calidad en las noticias sobre pobreza: “El rigor y la deontología venden menos”

La narrativa mediática y las redes sociales juegan en la actualidad un papel central en la construcción del imaginario social en torno a la pobreza, contribuyendo a consolidar estereotipos negativos sobre las personas con menos recursos y alimentando una forma específica de rechazo social: la aporofobia. A diferencia de otras formas de odio, como expone el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe), la aporofobia no se basa en la identidad racial, religiosa o de género, sino en la falta de recursos económicos, lo que la convierte en una de las formas de exclusión más invisibilizadas.
Durante la jornada 'Aporofobia y discursos de odio', celebrada este viernes en CaixaForum por la delegación balear de la Red Europea contra la Pobreza (EAPN, por sus siglas en inglés), y, más en concreto, en la mesa redonda sobre el 'Papel de los medios de comunicación en la transmisión de los discursos de odio', las periodistas Maria Llull (Ara Balears), Angy Galvín (directora de elDiario.es en Balears) y Ángeles Duran (presidenta de la Asociación de Periodistas de Balears) han puesto de relieve cómo el tratamiento que determinados medios y periodistas realizan de la pobreza contribuye a estigmatizar a los colectivos más vulnerables y a eludir el contexto de una problemática estructural que va más mucho más allá de la propia persona. El encuentro, centrado en los discursos mediáticos sobre la vulnerabilidad, ha puesto así sobre la mesa la falta de profundidad, contexto y ética con que a menudo se abordan estas realidades.

“El periodismo deontológico y riguroso no vende tanto”, ha señalado Galvín en un momento de su intervención, resumiendo en estos términos la frustración que muchos profesionales sienten ante el enfoque que determinados medios de comunicación dan a las informaciones sobre pobreza, exclusión social y personas migrantes. “Estos medios saben que la pobreza no es viral. La buena cobertura de los problemas sociales no tiene tantos clics como otras temáticas. Tu papel como periodista es conocer la historia de la persona, saber cómo ha llegado hasta esa situación, no criminalizarla”, ha criticado la ponente, que además es doctora en Periodismo y profesora en el Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez (CESAG).
Al respecto, Durán, que también es doctora y docente en esa misma universidad, ha lamentado que los inputs que recibe la sociedad “son los mismos que se reproducen en los medios de comunicación sobre los menores migrantes no acompañados, cuando se les llama MENA de forma despectiva por algunos partidos políticos, incluso cuando se les vincula con delitos o se les hace responsables de problemas sociales que son cargas para el Estado o para la sociedad”. “Como si fueran responsables incluso de su propia suerte”, comenta. En este sentido, considera que todavía queda trabajo por hacer en los medios de comunicación “para que esa imagen no perjudique a estos colectivos”.
Llull, al respecto, ha criticado que “no se trabaje el contexto” de las informaciones y que las personas solo sientan empatía cuando son problemáticas cercanas. “Por ejemplo, nos afecta más Ucrania que Gaza”, ha añadido. La subdirectora del Ara Balears también ha apuntado al papel de las empresas y los fondos de inversión que, al publicitarse en algunos medios de comunicación, condicionan sus coberturas e impiden a los periodistas explicar que “los malos de la película son ellos” y que “muchas veces son los causantes” de la pobreza a la que se ve abocada la población. “La pobreza no aparece de repente. Cualquiera de nosotros puede verse en esa situación”, ha añadido, apelando a reflexionar y a buscar un equilibrio entre la supervivencia económica de las empresas y contar en cada información los problemas estructurales existentes.

“Todos los medios de comunicación tienen un amo. Algunos son empresas y, otros, sus socios y periodistas”, ha respondido Galvín, quien ha recordado que más del 70% de la compañía propietaria de elDiario.es está en manos de personas que trabajan en el periódico y que el resto del accionariado son, en su mayoría, profesionales de la comunicación, en ningún caso grandes grupos empresariales. Además, los ingresos del periódico corresponden en un 50% a socios y en el otro 50% restante a publicidad. La delegada del periódico en las Islas asegura que, gracias a la interacción que mantienen los lectores y socios de los diarios digitales con los profesionales, el periodismo está todavía más obligado a rendir cuentas ante sus seguidores, ya que recibe el feedback directo a través de los comentarios en las noticias o las redes sociales.
Sobre la inmediatez que requiere en ocasiones la publicación de las informaciones, Llull se ha mostrado tajante: “Ya no es el contexto, es que no tienes tiempo de pensar”. Por su parte, Galvín ha aludido a la “necesidad de viralización” de los medios de comunicación, que también afecta a los de Balears, y que “se presenta en forma de noticias, pero con un toque de espectáculo”. “Hay profesionales que se dedican a difundir noticias o vídeos sociales con los que refuerzan los clichés asociados a la población con menos recursos. Y también va muy ligado con el hecho de que los periodistas, especialmente los que trabajamos en medios digitales, competimos con redes sociales, que no están para explicarte las causas y las consecuencias, pero que sí compiten con nosotros en cuanto a la viralización y a las visitas”.
“Estamos en una crisis del modelo económico de comunicación que nos empuja a hacer este tipo de periodismo que para mí no es periodismo porque no cumple ese código deontológico”, ha subrayado Galvín. En este sentido, Durán ha apuntado que, más allá del modelo económico, hay una responsabilidad legal y ética de los medios de comunicación a la hora de informar, y que desde la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) están trabajando para que los medios de comunicación condenados por difundir desinformación no puedan recibir publicidad institucional.

La cobertura de la pobreza en la prensa
Sobre ejemplos concretos de aporofobia, Durán ha citado a los sintecho que viven en el aeropuerto de Barajas y que, bajo su punto de vista, están siendo politizados: “Parece que se está tratando a estas personas como un elemento de presión entre partidos y entre administraciones, sin que nadie se esté preocupando por ellos. Se focaliza de una manera en que al final la víctima es absolutamente ignorada. Los medios de comunicación politizan todas las informaciones, algo que está bien cuando ponen el dedo en la llaga para conseguir una reacción por parte de quienes pueden hacerlo, los políticos, que son los que están gobernando, pero en este caso no lo veo con esa intención”.

Su compañera en el CESAG, Angy Galvín, ha citado a Rosario Endrinal, la sintecho que fue asesinada en Barcelona por un grupo de tres jóvenes que la quemaron viva: “Los medios de comunicación supieron leer que era un caso claro de aporofobia. Es necesario que demos esa lectura. A Rosario la mataron por ser pobre, por no ser productiva, por no formar parte de este sistema capitalista que nos empuja a acumular y seguir trabajando. Aunque yo era niña en aquella época, las imágenes de Rosario siendo quemada viva en el cajero me marcaron mucho”.
También ha citado, en este caso como ejemplo de mala cobertura, las informaciones publicadas en la prensa local sobre la sintecho del Paseo Mallorca: “¿Por qué los medios de comunicación que publicaron la noticia no reflexionaron sobre las circunstancias que llevaron a esa mujer a la calle? ¿Por qué no aportaron contexto y causas? No podemos tratarlo como un aspecto anecdótico”. La doctora también ha hecho hincapié en la necesidad de ir más allá de las cifras: “Una historia humana nos ayuda a entender más la pobreza que un número. Es mejor conocer la vida de la persona número 100 que va al comedor de Cáritas que quedarse en el frío dato”.
La jornada celebrada por EAPN Illes Balears – Xarxa per la Inclusió Social ha contado también con la participación de su presidente y su director técnico, Xavier Torrens y Andreu Grimalt, respectivamente; del profesor en Sociología por la Universidad de Murcia Gaspar Brändle y del también docente David Abril (Universitat de les Illes Balears). Constituida en 2005, la entidad está conformada por un conjunto de organismos como Creu Roja, Càritas Mallorca o Fundació Patronat Obrer.
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