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La Policía apunta que Agostina Rubini murió tras introducirse en un contenedor de basura y perder el conocimiento

El inspector jefe del grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Balears, Ángel Ruiz (en medio), y el jefe regional de operaciones, Fernando Reboyras (a la derecha), en rueda de prensa

Europa Press

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La Policía Nacional busca los restos de Agostina Rubini, la joven de 24 años desaparecida desde el pasado 2 de octubre en Palma, entre más de 15.000 toneladas de residuos ubicados en la planta de tratamiento Son Reus y otra en el municipio de Santa Margalida, donde sospechan que llegó tras introducirse de forma voluntaria en un contenedor de basura buscando algo que se le hubiera caído y perder el conocimiento dentro del mismo.

Los agentes del grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Balears, que llevan varios días coordinando la búsqueda en estas zonas, han encontrado varios restos óseos. Algunos ya han descartado que puedan pertenecer a la joven desaparecida y otros están siendo analizados por los especialistas del Instituto de Medicina Legal.

Según ha explicado en una rueda de prensa este jueves el inspector jefe del grupo de Homicidios, Ángel Ruiz, la última imagen de Agostina con vida fue registrada por una cámara de seguridad a las 23.57 horas en la confluencia entre la plaza des Pont y la calle Andrea Doria. Los agentes sospechan que desde allí pretendía tomar el autobús hasta Palmanova, donde residía, tras tomar algo con unos amigos en el Paseo Marítimo.

La principal hipótesis con la que trabajan los investigadores es que la joven se introdujera de forma voluntaria en un contenedor de basura buscando algo que se le hubiera caído y que, posiblemente fruto del consumo de bebidas alcohólicas, perdiera el conocimiento en su interior.

Sobre las 00.20 horas, ya el jueves 3 de octubre, la misma cámara registra cómo llega el citado autobús, al que se suben tres personas, pero ninguna de ellas Agostina. Una de las pasajeras, interrogada por la Policía, explicó que a escasos 30 centímetros del contenedor encontró un bolso -perfectamente colocado en el suelo- y una blusa de estampado de leopardo, la misma que la joven llevaba esa tarde.

El contenedor, la única explicación posible

Esa prueba, sumada al hecho de que ninguna cámara de seguridad de la zona vuelve a grabar a Agostina -ni subiendo por Andrea Doria ni regresando al Marítimo- y a que el posicionamiento de su teléfono se mantuvo en la plaza des Pont, hacen que la del contenedor es la única explicación posible.

No han podido determinar las circunstancias por las que se introdujo, pero sí creen que lo hizo de forma voluntaria. Una vez en su interior, sospechan que perdió el conocimiento y quedó atrapada. Según el testimonio de sus amigos, habían consumido alguna bebida alcohólica a la salida del instituto en el que estudiaban.

“Descartamos la intervención de tercera persona por varios motivos. El tránsito de personas y vehículos por la zona es totalmente normal, no se ve a nadie que pudiera haber parado su coche y forzado a Agostina a subir. Además, sería incongruente que el bolso estuviera perfectamente posado y el teléfono dentro del contenedor (...). Si alguien hubiera cometido un ilícito penal, no se hubiera deshecho de un vestigio y dejado otro, es de sentido común”, ha indicado el inspector Ruiz.

El jefe de Homicidios ha subrayado que pudo haber perdido el conocimiento debido a su escasa estatura, a su baja tolerancia al alcohol y a que tomaba medicación. Además, ha agregado, de camino a la parada del autobús la joven paró en una tienda de alimentación que frecuentaba, cuyo dueño aseguró que esa noche parecía algo afectada.

El posicionamiento telefónico conduce hasta Son Reus

El posicionamiento del terminal móvil de la desaparecida posiciona en la plaza des Pont desde que la cámara la graba hasta las 00.27 horas del día 3, cuando un camión de Emaya recoge la basura. Desde entonces, el móvil sigue la misma ruta que el vehículo y a idéntica velocidad hasta llegar a la planta de Son Reus, y consideran que Agostina hizo el mismo viaje.

“Es imposible sobrevivir una vez se entra en el camión de recogida de residuos. Llevan hasta diez toneladas, que se prensan y se almacenan de forma que no hay oxigeno dentro. Entendemos que en ese momento estaba privada de sentido y no creemos que fuera consciente”, ha manifestado el inspector jefe.

El camión cargado de algo más de siete toneladas de basura y -al menos- el teléfono llegaron a Son Reus a las 00.52, aunque no descargó su contenido hasta las 01.59 horas debido a un fallo mecánico en la báscula de la planta de tratamiento. A partir de ese momento, ha explicado Ruiz, la basura se mezcla con otras 12.000 toneladas almacenadas, entre la cual el móvil da su última señal a las 2.59 horas.

Esos residuos se suman a 3.000 toneladas que hay en una planta adyacente a Son Reus y otras 209 -basura de mayor tamaño- en otro espacio ubicado en la localidad de Santa Margalida, entre los cuales los agentes llevan días buscando. En Son Reus, mediante las máquinas de la planta -es imposible, por seguridad, hacerlo de otra forma-, y a mano en el municipio del norte de Mallorca.

De momento, ha lamentado el inspector jefe de Homicidios, no han encontrado ningún vestigio que pudiera pertenecer a Agostina. Sí han hallado varios restos óseos, algunos de los cuales están siendo analizados por los forenses para tratar de determinar su pudieran ser de la desaparecida.

Los restos, entre más de 15.000 toneladas de residuos

Aunque ha asegurado que todos los indicios apuntan a que el cuerpo sin vida de Agostina se encuentra entre estas más de 15.000 toneladas de residuos, ha dejado la puerta abierta a que la búsqueda quede en vano. “Aunque no aparezcan vestigios, la búsqueda no cesa. La búsqueda la mantendremos hasta que la encontremos. Entendemos que estamos buscando en el lugar indicado”, ha aseverado Ruiz.

Pese a que no han encontrado testigo alguno que viera cómo la joven se introducía en el contenedor -en algún momento entre las 23.57 y las 00.12 horas-, los investigadores no ven otra explicación posible a lo sucedido. Desde un primer momento trataron la desaparición como “inquietante”, y todo apunta a que haya acabado en una muerte accidental.

Una desaparición voluntaria, ha zanjado el inspector, no concordaría con la conducta habitual de Agostina, y tampoco han encontrado rastro de su presencia en los registros de hospitales, vuelos o barcos.

Tanto Ruiz como el jefe regional de operaciones, el comisario Fernando Reboyras, han tenido un recuerdo para la familia de la desaparecida, a la que han agradecido su colaboración en la investigación y con cuyo visto bueno han facilitado detalles de las pesquisas “para evitar la psicosis” que generan sucesos de este tipo. Agradecimiento que han extendido a los trabajadores de Emaya y de la planta de Son Reus, que han también han cooperado en la búsqueda de los restos de la joven.

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