El sendero que enfrentó al pueblo y a los nobles menorquines: “Una poderosa familia nos puso barreras con candado”
La mañana del domingo 16 de noviembre de 1997, trescientos menorquines se reunieron en una antigua zona rural de levante de la isla convertida ahora en una urbanización turística. Antes de echar a andar, todos ellos pensaron a la vez en aquel verso de Antonio Machado sobre el caminante sin camino y sus estelas en la mar. El historiador Josep Portella recuerda ese día en su libro Crónica de la vuelta a Menorca: “En los últimos meses algunos propietarios de fincas han puesto obstáculos de todo tipo para que la gente no pueda seguir el Camí de Cavalls. La respuesta de la gente no se ha hecho esperar. No hay derecho”. Así comenzaba un proceso histórico que, tras cientos de movilizaciones cada fin de semana, tres años de pleitos judiciales y más de una discusión elevada de tono con la vieja nobleza insular, abrió el camino para la recuperación total del sendero que rodea Menorca para uso y disfrute público.
El Camí de Cavalls es un sendero rural de 185 kilómetros en total considerado Gran Recorrido. En sus 20 etapas, rodea por completo el litoral de Menorca. Aunque su origen es incierto, se calcula que podría haber sido construido en el siglo XIII tras la conquista de la isla por parte de Alfonso III, quien ordenó a sus vasallos disponer un caballero armado cada pocas leguas del camino, para vigilar las costas de posibles ataques de piratas otomanos. Con el correr de los siglos fue cayendo en desuso y hacia el fin de la guerra de Sucesión, en el siglo XVIII, las torres de vigilancia de la Menorca británica sustituyeron del todo a los viejos caballeros medievales. El camino finalmente cayó en el olvido, algunos tramos se fueron borrando, otros fueron privatizados por los dueños de las fincas por donde pasaba.
Antoni Gómez Arbona era el alcalde del pueblo de Alaior cuando los vecinos de los municipios aledaños comenzaron a autoorganizarse para recuperar el Camí. “Fue muy importante la voluntad ciudadana de recuperar el paso por un trayecto por el que hacía siglos que se pasaba y que la gente tenía interiorizado como público”, recuerda en diálogo con elDiario.es, y añade que “aunque la mayoría de propietarios de los terrenos por donde había transcurrido tradicionalmente el sendero nunca habían negado el paso, algunos empezaron a poner vallas y obstáculos”. “Esto provocó que la sociedad empezara a movilizarse y se formó la Coordinadora en Defensa del Camí de Cavalls”, añade. Según este médico de origen valenciano radicado en Menorca desde hace muchas décadas, aquella coordinadora fue “el ariete del sentimiento popular”.
Las “excursiones reivindicativas” para exigir que el Cami fuera de libre paso fueron creciendo cada vez más. Lo que comenzó con 100 personas acabó congregando a más de 1000. Gómez Arbona recuerda que “algunos propietarios no pusieron ninguna pega, pero otros se negaron de plano a dejarnos pasar”. “En el lloc de Torre Nova, de la poderosa familia Squella, encontramos las barreras con candado y a toda la familia de los propietarios filmándonos y prohibiendo que pasáramos”, afirma. El historiador Bep Portella también recuerda en su Crónica de la vuelta a Menorca aquella escena: “Enviaron a un guarda vestido como de camuflaje con una videocámara. En ese momento me imaginé a la familia entera repasando las caras de los que salíamos en la grabación”.
En el lloc de Torre Nova, de la poderosa familia Squella, encontramos las barreras con candado y a toda la familia de los propietarios filmándonos y prohibiendo que pasáramos
En febrero de 1998 la tensión entre la Coordinadora en Defensa del Camí de Cavalls y la nobleza menorquina estalló. Dos miembros de la familia Soto Martorell junto a varios colaboradores bloquearon el paso y se dispusieron a impedir el avance de los senderistas, al grito de “Sois todos nazis”, momento que quedó inmortalizado en el programa 30 minuts de TV3. Antonio Gómez recuerda: “Yo como alcalde me adelanté a hablar con ellos para que nos dejaran pasar. Después de más de una hora de conversaciones, les comunicamos que si no nos dejaban pasar cortaríamos las cadenas. Y así lo hicimos. Al final después de tres querellas y unos años de lucha el Camí de Cavalls es de libre acceso para todos”.
La sombra del chiringuito en el camino centenario
El pasado mes de agosto, la consellera de Vivienda, Territorio y Movilidad del Govern de les Illes Balears, Marta Vidal (PP), mantuvo una reunión con el presidente del Consell Insular, Adolfo Vilafranca, donde se trataron temas diversos. Uno de ellos fue la modificación del Plan Territorial Insular que regula, entre otras cosas, lo que se puede y no se puede hacer con el Camí de Cavalls. Tras aquella reunión, Vilafranca confirmó a medios locales que “creen que se tienen que dar servicios al Camí de Cavalls”. “Es nuestra apuesta y abriremos una línea de trabajo en este sentido. Estudiaremos una posible modificación de la ley del Camí de Cavalls”, añadió. Vidal a su vez aseguró que esta iniciativa cuenta con “todo el respaldo necesario” del Govern.
Para entender mejor en qué consiste la propuesta del presidente del Consell sobre los “servicios”, elDiario.es ha hablado con el conseller insular de Medi Ambiente, Simón Gornés. “La palabra 'servicios' es muy amplia y ambigua a la vez. De lo que se habló fue de tener puntos de emergencia y rescate, con conexión wifi y/o telefónica en los puntos que sea necesario y donde haya afluencia de usuarios, respetando siempre el paisaje”, afirma. La consellera Marta Vidal, por su parte, rebajó el tono de la iniciativa y la vinculó con las intenciones de la administración menorquina. “Simplemente decir que es una iniciativa que, en todo caso, debe partir del Consell de Menorca. En la Conselleria estaremos a la espera de si el Consell envía o no una propuesta de modificación de la ley, y si presenta una propuesta, se analizará y pasará los trámites que corresponda”, subrayó.
De momento no hay novedades con respecto a la modificación de la ley, sin embargo, la alerta ya se extiende por la isla. Fuentes consultadas por elDiario.es han confirmado que “las reuniones de entidades ligadas al Camí de Cavalls se han retomado como consecuencia del anuncio de la modificación de la Ley”. Por su parte, Miquel Camps, coordinador territorial del GOB, afirma que no “comprenden” qué tipo de servicios se proponen incorporar desde el Consell de Menorca “como para tener que cambiar la Ley”. Además, plantea que “el sendero ya dispone de servicios de alojamiento o abastecimiento a partir de las urbanizaciones de costa, los agroturismos o las agroestancias que prevé el Plan Territorial Insular”. “Lo único que no permite la Ley son nuevos edificios sobre el itinerario”, añade.
Como si se anticipara a la discusión de una reforma legislativa que aún no sucedió, el conseller Simón Gornés replica a este medio: “El Plan Territorial Insular (aprobado por la izquierda a dos días de las elecciones) contempla también la posibilidad de las agroestancias para que puedan darse servicios de suministro de agua a los usuarios del Camí de Cavalls. El actual gobierno no pretende llevar a cabo ningún proyecto que tenga un impacto negativo sobre el trazado ni el paisaje entorno del Camí de Cavalls. Quien diga lo contrario, miente”.
El actual gobierno no pretende llevar a cabo ningún proyecto que tenga un impacto negativo sobre el trazado ni el paisaje entorno del Camí de Cavalls. Quien diga lo contrario, miente
El ex alcalde, Antoni Gómez, coincide en plantear la duda sobre la idea del “servicio” que se brindaría y para el cual habría que modificar la ley: “Quiero ser prudente. Antes de decir nada habría que ver cómo definen ese 'servicio' que quieren dar”. Aunque Gómez reconoce que “el Camí ha necesitado de mucho trabajo físico (desbroce, limpieza de árboles, retirada de piedras, rectificaciones de trazado, arreglo del pavimento...) para que pueda ser transitable. Todo se hizo sin afectar a su esencia”. Y razona: “La palabra 'servicio' puede tener acepciones que tergiversen el espíritu inicial. No es una guía turística, es una vía natural”.
Miquel Camps suscribe al pie la postura de Antoni Gómez: “El atractivo del Camí de Cavalls es su carácter de senda integrada en la naturaleza y el paisaje. Si se introducen actuaciones desproporcionadas se devalúa tanto el camino como la imagen de Menorca”. Por su parte, el conseller Gornés responde: “El camino está conservado y protegido y lo estará de cara al futuro. La izquierda pretende hacer ver cosas que no son ni se pretenden hacer”.
La sombra de unos servicios inciertos planea sobre el camino centenario que rodea Menorca, la única de las Balears que consigue todavía rehuir del turismo masivo y de la degradación del medioambiente. Entre la importancia de garantizar una atención razonable para los visitantes de la isla y la necesidad de cuidar el patrimonio natural y paisajístico en tiempos de turismo masivo, anida la incertidumbre del Plan Territorial Insular y, con ello, el futuro del Camí de Cavalls.
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