La mañana del pasado 29 de julio, el teléfono de la Asociación Hotelera de Menorca (ASHOME) sonó sin parar. Desde la comisaría de la Policía Nacional de Maó dieron aviso a dicha federación de que una mujer de 59 años y su hijo de 38 habían sido detenidos por intentar irse sin pagar de un conocido hotel del municipio. A partir de entonces, varios establecimientos hoteleros de la ciudad denunciaron haber sido víctimas de estafa por estas dos personas.
Fuentes policiales aseguran a elDiario.es que el 14 de julio contactó con ellos un hotel de Menorca, donde se alojaba una mujer con una reserva de un gerente de una supuesta empresa de limpieza para la que decía trabajar. El “jefe” de la compañía no era otro que su hijo, que tenía preparada una factura falsificada que envió al hotel cuando la mujer se disponía a marcharse. “Al cabo de unos días, la gerencia del establecimiento verificó que la transferencia no existía, pero para entonces no quedaba rastro de la mujer ni del supuesto jefe”, explican estas fuentes.
Tras la apertura de una investigación, los agentes verificaron que no se trataba de un hecho aislado, sino de un método estudiado de estafa que variaba en función del lugar. En ocasiones el alojado era él, que no entregaba su identificación con el argumento de haberla extraviado, haciendo imposible su posterior rastreo. La mujer, por su parte, argumentaba motivos de salud, e incluso llegó a solicitar una ambulancia para salir del hotel sin pagar.
Poco después de recibir la primera alerta, se presentó en un conocido hotel de la Calle del Carmen en Maó una patrulla de la Policía Nacional que procedió a detener a la mujer, que pretendía abandonar el establecimiento sin abonar una factura de 1.300 euros. El hombre fue detenido días después. “Ambos pasaron a disposición judicial, aunque ella fue puesta en libertad, debido a una serie de prescripciones médicas”, aseguran fuentes judiciales. El importe estafado al hotel donde fueron detenidos ascendía a 3.500 euros.
Por su parte, tanto los portavoces de la Asociación Hotelera de Menorca como los directivos y trabajadores de los hoteles afectados se niegan a dar declaraciones a elDiario.es “para evitar entorpecer la investigación judicial”. Todavía se desconoce el número exacto de los establecimientos que se han visto afectados por estos presuntos estafadores. La investigación está en curso en el Juzgado de Primera Instancia, que deberá determinar en los próximos días si se aprueba una orden de alejamiento de todos los establecimientos hoteleros de la isla contra los acusados.
Según ha podido averiguar elDiario.es, ambos acusados permanecerán en libertad hasta la celebración del juicio, aunque existen posibilidades de que el hombre de 38 años ingrese en prisión, ya que cuenta con antecedentes por estafa continuada desde el año 2011 en Maó y Ciutadella. Tras ser detenidos, los acusados argumentaron que “se encuentran sin domicilio” y por eso se alojaban en hoteles.
Los hoteleros menorquines, inquietos
El caso de las estafas ha conmocionado al sector turístico de Menorca, que desde la emisión de alerta de la Asociación Hotelera se mantiene vigilante y esta semana ha extremado las precauciones. A pesar de que en la isla no es frecuente este tipo de delitos, sí hubo un antecedente en agosto de 2019, cuando un hombre estafó 10.050 euros a un hotel de Cala'n Bosch, en Ciutadella.
En esta ocasión, el hombre utilizó un método similar al de la estafa en Maó: remitió al hotel una orden de transferencia con el valor de la deuda y luego procedió a anularla, tras lo cual se retiró del establecimiento sin haber pagado. El caso se encuentra en manos de la sección segunda de la Audiencia de Palma, que fijó una vista previa al juicio para enero de 2023. La Fiscalía pide un año de prisión y el pago de la deuda presuntamente estafada.
Estos casos aislados encienden las alarmas en una isla conocida por su tranquilidad y seguridad. En este sentido, según el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior publicado en 2021, Menorca contabiliza 36 delitos por cada 1.000 habitantes, mientras que, por ejemplo, Mallorca registró, en el mismo período, 53 infracciones penales cada 1.000 habitantes. Si bien la mayor densidad poblacional de Mallorca podría ser un factor determinante en esta diferencia, Eivissa y Formentera, con una población similar a la de Menorca, registraron 58 y 44 delitos por cada 1.000 habitantes respectivamente en el mismo período.
Aunque los índices de criminalidad son muy bajos en Menorca y se encuentran por debajo de la media estatal, que ronda los 40 delitos por cada 1.000 habitantes, la tendencia al aumento de la criminalidad se mantiene y se incrementa durante los meses de verano. Según el citado informe del Ministerio del Interior, el delito más común es el hurto, seguido del robo con violencia. Este tipo de delitos o faltas registraron 59 denuncias el año pasado, mientras que en lo que va de 2022 ya hay 66.