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El personal de ambulancias de Eivissa y Formentera se niega desde este fin de semana a realizar las horas extras que tienen que asumir para dar cobertura al servicio en las Pitiüses. “No se van a hacer”, aseveran, a pesar de las conversaciones llevadas a cabo con la empresa y el Servicio Balear de Salud (IB-Salut) el pasado jueves, en las que no se llegó a ningún acuerdo. La Conselleria de Salud, por su parte, asegura que a partir de este lunes se declararán los puestos de trabajo de difícil cobertura, tal y como solicitan las plantillas desde hace años y se comprometía este departamento en un acuerdo firmado entre ambas partes el pasado mes de marzo.
No dan más. Las plantillas de personal de ambulancias en ambas islas, representadas por la Unión Sindical de Técnicos Sanitarios (USAE), han dicho basta a una situación que viene de lejos y que ninguna administración ha conseguido resolver. La falta crónica de personal en este servicio, que obliga a las personas trabajadoras a cubrir turnos vacantes y a realizar turnos extra, les ha llevado a tomar una decisión drástica: no hacer más horas que las que estipula su contrato. Aproximadamente un 30% de las horas trabajadas por el personal del 061 son extras. Asimismo, la avería hace unos días de dos vehículos ha complicado más las cosas ya que, según los trabajadores, los recursos materiales de los que disponen tampoco son suficientes, siendo habitual esta situación.
Reunión de urgencia
El anuncio de la decisión llevó a convocar el pasado jueves una reunión de urgencia del comité de empresa con la gerencia de Gestión Sanitaria y Asistencial de las Illes Balears (GSAIB) y del IB-Salut. “Tras una mañana larga de comunicación no se ha podido llegar a un acuerdo que convenza a los profesionales fuera de un compromiso escrito, algo que ya teníamos desde el mes de marzo”, explica a elDiario.es José Manuel Maroto, presidente del comité de empresa. “Por lo tanto, la situación durante este fin de semana será que los profesionales no van a realizar jornadas extraordinarias, realizando únicamente la jornada ordinaria”, explica.
“Esta situación va a crear una serie de descubiertos que en estos momentos desconocemos porque la operativa del servicio corresponde a GSAIB”, advierte Maroto. “Desconocemos cómo van a responder a esta falta de personal para cubrir los puestos de trabajo en las ambulancias. Sabemos que va a ser imposible la cobertura total y, según la vayamos detectando, se comunicará”, añade.
La situación durante este fin de semana será que los profesionales no van a realizar jornadas extraordinarias, realizando únicamente la jornada ordinaria (...). Esta situación va a crear una serie de descubiertos que en estos momentos desconocemos porque la operativa del servicio corresponde a GSAIB. Desconocemos cómo van a responder a esta falta de personal para cubrir los puestos de trabajo en las ambulancias
El acuerdo firmado el pasado mes de marzo aseguraba a las plantillas cobrar según lo estipulado en los casos de plazas de difícil cobertura con carácter retroactivo desde enero de 2024. El compromiso adoptado aseguraba el abono en abril del exceso de jornada del año 2023. “La empresa se comprometió también a que se realizarían las gestiones de las 35 horas semanales de todos los trabajadores públicos y se crearía un programa para la gestión y contabilización de las jornadas realizadas”, especifican desde el comité. “Nos hemos emplazado a una reunión para este lunes con intención de buscar un punto de acercamiento y trasladarlo a los profesionales, que son los últimos en decidir si se acepta las propuestas realizadas”, concreta Maroto. Asimismo, la próxima semana está prevista una reunión de la plantilla de Eivissa y Formentera con el director general del IB-Salut, Javier Ureña, “para intentar acercar posturas”.
Un trabajo de alto riesgo
Y es que si en invierno tanto personal como medios son insuficientes, en verano, cuando la población de las Pitiüses se multiplica, siendo gran parte de ella turismo de fiesta, la presión que se ejerce sobre los técnicos y técnicas de ambulancias y las situaciones de riesgo que comporta el servicio diario son muchas. Y esta idiosincrasia del trabajo en las Pitiüses “repercute en nuestra salud mental y física y en la de nuestras familias”, explica a elDiario.es una de las trabajadoras. Por ello, las plantillas han decidido trasladar la responsabilidad del servicio a quien le corresponde. “No podemos seguir siendo los responsables de que el servicio se dé y se cubra”, explican desde el comité de empresa. “Es el GSAIB el que tiene que garantizar el servicio al ciudadano. Esto no nos corresponde a nosotros”, advierten.
Si en invierno tanto personal como medios son insuficientes, en verano, cuando la población de las Pitiüses se multiplica, siendo gran parte de ella turismo de fiesta, la presión que se ejerce sobre los técnicos y técnicas de ambulancias y las situaciones de riesgo que comporta el servicio diario son muchas. Y esta idiosincrasia del trabajo "repercute" en la salud mental y física y en la de sus familias, explica una de las trabajadoras
Tal y como contaba elDiario.es en septiembre de 2023, la plantilla de técnicos sanitarios del SAMU061 tuvo que atender en agosto 130 servicios extra por la falta de personal, como aseguraba en aquel momento Maroto. “Ni de lejos se cubren los servicios necesarios durante todo el año y mucho menos en verano”, especificaba.
“Alto nivel de estrés”
Los trabajadores denuncian que operan “con un alto nivel de estrés, dada la presión tanto del volumen de trabajo como psicológica, ya que es la franja horaria en la que más urgencias surgen debido a que gran parte del turismo que acude a Eivissa lo hace por su ocio de noche”, afirma a este diario, por su parte, Joan Roig, integrante del Comité de Salud Laboral. El resultado: servicios a los que no se llega porque se está atendiendo otra urgencia, aglomeración de gente que hace muy difícil el acceso al lugar, situaciones violentas y de peligro, carreras, exposición a las cámaras de los móviles invadiendo la intimidad y la operativa del personal técnico, insultos. Y todo ello, en una escena de total desprotección, lamenta Roig.
“Toda patología grave que te puedas encontrar en la isla es asumida por Soporte Vital Avanzado. Y si la gravedad del paciente es importante, siempre, siempre, siempre pedimos el apoyo de los compañeros de Soporte Vital Básico”, afirma Maroto. La patología más recurrente que se encuentran los profesionales son las intoxicaciones graves, “mucho paciente psiquiátrico agresivo, que es difícil de controlar y contener, politraumatismos, precipitados y accidentes de tráfico”, dice Roig.
El presidente del comité de empresa lleva 30 años en las ambulancias y 20 en la UVI móvil. “A mí, a título personal, lo que más me estresa son los pacientes psiquiátricos, porque son totalmente impredecibles. Tú puedes ver una persona completamente tranquila y a los diez segundos tienes que estar corriendo. O intentando quitártela de encima. Por eso, ya se creó un protocolo por el cual íbamos siempre acompañados por la policía para atender a este tipo de pacientes”. Pero el protocolo no funciona siempre. “Tú llamas a la policía para cualquier cosa y te dicen: ‘¿Se está muriendo?’, y si les decimos que no, no mandan a nadie, porque están en la misma situación que nosotros. No hay personal”. “Lo que no podemos hacer es tener a compañeros de las unidades de Soporte Vital Básico que desde la central te digan que tienen seis servicios en cola”, lamenta Maroto.
A mí, a título personal, lo que más me estresa son los pacientes psiquiátricos, porque son totalmente impredecibles. Tú puedes ver una persona completamente tranquila y a los diez segundos tienes que estar corriendo. O intentando quitártela de encima. Por eso, ya se creó un protocolo por el cual íbamos siempre acompañados por la policía para atender a este tipo de pacientes
Un trabajador, “brutalmente agredido”
Las situaciones complicadas y extremas las sufren estas personas a diario y durante todo el año, como relata la técnica consultada: “En una ocasión un compañero fue brutalmente agredido por una familia en el domicilio de un paciente psiquiátrico, al que no acudió la policía en un primer momento. Sufrió una fractura de tabique nasal, entre otras lesiones físicas. A día de hoy sigue de baja con estrés psicológico. Ve una ambulancia y se echa a temblar. Lleva trabajando con nosotros unos 27 años. Y solo tiene atención psicológica telefónica. Esto es con lo que nos encontramos día a día”.
En verano, la situación se complica hasta límites inhumanos en zonas como el West End, en Sant Antoni, una de las zonas demarcadas dentro de la ley de turismo de excesos, o Platja d´en Bossa, donde se sitúa gran parte de la oferta de ocio nocturno. A partir de la hora de cierre de los grandes clubs de Eivissa, tanto Soporte Avanzado como Básico tiemblan ante lo que se van a encontrar. Así lo cuenta la técnica: “Hay momentos en los que tenemos que utilizar técnicas de control verbal, y otros físicas, o tenemos que encerrarnos dentro de la ambulancia y salir por patas, literalmente. Otras veces que ni nos podemos bajar del vehículo y tenemos que hacer caso omiso porque tememos por nuestra integridad. Imagínate una situación con un paciente agresivo, uno conduciendo y otra persona detrás sola y sin policía. U otra en la que la situación es complicada y no es seguro atender a la persona. Escucha, hasta que no lo vea azul no me bajo. Si no veo un entorno seguro, no me bajo. Pero claro, también es muy duro llegar a un sitio, ver a una persona tirada y no poder bajar”.
Ante estas situaciones critican también la actitud de la empresa, “y no digamos de la mutua”, apostilla Maroto. “Se denuncia, pero no siempre la respuesta por parte de la empresa y de las autoridades es la deseada. En la mayoría de los casos son herramientas que se ponen a posteriori de la agresión. Lo que nos hace falta es prevenirla”, declara el presidente del Comité. La plantilla cuenta con un sistema de comunicaciones ante agresiones “muy bueno”, pero que no funciona, según Maroto: “Tenemos unas emisoras portátiles con una especie de botón de pánico. Aprietas el botón durante tres segundos y salta una alarma general solicitando ayuda por un tema de agresión. No funciona”. Tampoco están operativos los sistemas de localización de los vehículos. “Así es que vamos con un teléfono móvil. Si un día hay una catástrofe, lo primero que se cae es la red telefónica; nos encontraríamos completamente tirados. Algunos días hasta hemos trabajado con nuestros teléfonos personales”, puntualiza indignado el sindicalista.
En verano, la situación se complica hasta límites inhumanos en zonas como el West End, en Sant Antoni, una de las zonas demarcadas dentro de la ley de turismo de excesos, o Platja d´en Bossa, donde se sitúa gran parte de la oferta de ocio nocturno. A partir de la hora de cierre de los grandes clubs de Eivissa, tanto Soporte Avanzado como Básico tiemblan ante lo que se van a encontrar. “Hay momentos en los que tenemos que utilizar técnicas de control verbal, y otros físicas, o tenemos que encerrarnos dentro de la ambulancia y salir por patas, literalmente", denuncia una técnica
Escasos recursos materiales
Según la información que a final de temporada de 2023 aportaba el comité de empresa a elDiario.es y que corroboran fuentes de la Conselleria de Salud en estos momentos, para hacer frente a la demanda de urgencias en Eivissa por parte del SAMU061, se dispone de tres ambulancias de Soporte Vital Avanzado, que son las UVI móviles, que van con un médico, un enfermero y un técnico en emergencias sanitarias. Además, el servicio ordinario programado, dependiente del GSAIB, es realizado por cuatro ambulancias de Soporte Vital Básico, “que son las que tienen entre el 75 y el 80% de la gran carga de trabajo y que están operativas las 24 horas”, especifican. Asimismo, se cuenta para este servicio con otro vehículo en Sant Agustí todo el año y otro en Sant Joan, solo para el verano, los dos en horario diurno. Todas asumen “una carga laboral altamente brutal”, comentaba José Manuel Maroto. Los servicios nocturnos y el invierno en la zona de Sant Joan son asumidos por los recursos del resto de la isla.
En cuanto a Formentera, la situación también es límite y los medios muy escasos. Tras la avería el pasado martes de una ambulancia del 061 en la pequeña de las Pitiüses, la isla solo cuenta con un vehículo operativo. Aunque, según concreta la Conselleria, hay a disposición también un vehículo de reserva. “En Formentera hay una unidad de soporte vital básico (USVB), con dos técnicos, una unidad de soporte vital avanzado (USVA) con un técnico de emergencias, un enfermero y un médico y una unidad de transporte sanitario no urgente (UTSNU) con un técnico de emergencias”, especifican.
La realidad es que en la isla hay operativa una UVI móvil y una ambulancia de soporte vital básico, operativas las 24 horas. “Para que puedan funcionar, dependen de que el personal de Eivissa doble turnos, sin lo cual no podrían tener ni los descansos mínimos. En cuanto al trabajo nocturno, no hay ningún refuerzo en temporada”, aseguran los técnicos.
Así las cosas, asegurado el caos para este fin de semana, el próximo lunes está prevista la firma de la denominación de plazas como de difícil cobertura y que se haga efectivo en la nómina de septiembre el pago de la deuda horaria de 2023, que en toda Balears asciende a más de medio millón de euros, concretan desde el departamento de Sanidad. La cuestión es ver si esta vez el IB-Salut y el GSAIB cumplen lo firmado y se refleja en el cobro del próximo mes, algo que no ocurrió después de la firma del acuerdo del pasado marzo.