Viaje al país de Rafa Nadal: sombras y luces en la Mallorca del deportista más poderoso

18 de mayo de 2023. Rafa Nadal confirma las especulaciones de la prensa especializada: no jugará el torneo que ha marcado su vida para la historia del deporte. Sus zapatillas no se mancharán en la final –este domingo– de la tierra roja de la pista Philippe-Chatrier. “No voy a poder estar en Roland Garros después de muchos años sin faltar a la cita, con todo lo que es este torneo para mí os podéis imaginar lo difícil que es tomar esta decisión”, lamenta desde su academia de tenis en Manacor. Las alertas saltan en los móviles de medio mundo. Nadal, que ha levantado 14 veces ese título –la última vez, en 2022– no estará este año. Los periódicos más importantes –desde The New York Times a The Guardian– lanzan aviso de última hora en las que informan que el deportista no se ha recuperado a tiempo de una lesión.

Para muchos Rafa Nadal Parera (Manacor, 1986) es el mejor tenista de nuestro tiempo. No les faltan razones para pensarlo; ¿pero quién es realmente Nadal? Para conocer mejor todo lo que envuelve a uno de los deportistas más influyentes del mundo hay que viajar a su ciudad natal: Manacor, la patria chica de Nadal. Este municipio situado al este de Mallorca se ha hecho mundialmente famoso por la figura del tenista. Ahora tendrá literalmente una figura de él, pues el gobierno municipal quiere erigirle una estatua. Si es a tamaño real –lo será porque Nadal ha pedido que se le parezca–, se quedará corta para expresar todo el peso que el tenista tiene en Manacor.

Ir al municipio y hablar con los lugareños sobre Nadal (o sus parientes) no es sencillo. Las vetas de su figura son insondables, especialmente allí, su lugar natal, donde preguntar por el tenista genera silencios incómodos y peticiones de mantenerse en el anonimato. Nadie (o casi nadie) quiere aparecer en la prensa hablando sobre cualquier familia poderosa, y menos del 'clan Nadal', cuyos tentáculos van mucho más allá del tenis y se extienden al ámbito social, político –sobre todo de la mano del Partido Popular– y empresarial.

De su vida privada no se sabe casi nada. Hay fotos y noticias publicadas por la prensa local, siempre pendiente del día a día del deportista: Rafa Nadal tiene un chalet con vistas al mar Mediterráneo, un yate impresionante, se casó hace unos años con su novia de toda la vida... Y poco más se sabe del manacorí, que ha alcanzado el olimpo de los deportistas con 92 títulos individuales, gracias a los cuales ha cosechado unos ingresos de 125 millones de dólares, según las estimaciones de Forbes.

Según la información consultada por elDiario.es en los repositorios empresariales InsideView y Empresia, el tenista como tal no aparece en el registro mercantil en calidad de propietario, administrador o gestor de nada, ni siquiera de las empresas que llevan su nombre. Aunque invierta en muchas de ellas, como apuntan varias revistas económicas especializadas. No sucede lo mismo con el patriarca de la familia, Sebastià Nadal Homar. Su nombre figura en unas 90 empresas, de las que en 25 es o fue administrador único, según las citadas bases de datos. Actualmente, destaca su presencia en el sector de las renovables, aunque en ese volumen de empresas hay de todo: promoción inmobiliaria, venta de terrenos o turismo y restauración, por decir algunos sectores.

La familia Nadal: orígenes y patriarcas

A menudo se ha descrito al tenista como una persona muy familiar. Lo es en muchos sentidos. Rafael Nadal Parera, el tenista de élite de Manacor, se llama así por su abuelo paterno, Rafael Nadal Nadal (1929–2015). Su abuelo fue pianista, formado en los Conservatorios de Palma y València. Era una persona importante en Manacor. No necesariamente por su poder adquisitivo, o no inicialmente, sino por algo difícil de explicar, pero incuestionable para los que lo conocieron.

Cuestión de actitud, de porte, de alguien que debe ser respetado. Hay figuras así en todos los pueblos, en todos los barrios. Se le recuerda, al menos en las necrológicas, por ser el director de la Escuela y Banda Municipal de Música de Manacor durante más de 40 años. Sin embargo, los que le conocieron, más que de un apasionado de la música, hablan de un hombre “duro”.

La familia Nadal comenzaría a cosechar más dinero con la irrupción de Miquel Àngel Nadal, el hijo pequeño de Rafael Nadal Nadal, en el deporte profesional. Miquel Àngel Nadal, futbolista que pasó por el RCD Mallorca y el Futbol Club Barcelona, fue el primero de la familia en mostrar aptitudes deportivas. El primer recurso. Con él, la familia intuyó lo que se podía conseguir siendo alguien dentro y fuera de la isla.

Primeros negocios familiares

Sebastià Nadal Homar (el padre del tenista) se inició en el mundo empresarial con el “manipulado” y la “transformación de vidrio plano”. Según su web, la empresa Vidres Mallorca S.L. se constituyó en el 1982. Pero en el registro mercantil consta que fue en 1989, cuando su hermano futbolista estaba a punto de dar el salto al Barça. La empresa llegó a liderar varios años este mercado en la isla. Gracias a la irrupción de las ventanas con doble cristal, o con cámara de aire, y por tener un acuerdo de distribución, único en la isla, con la reconocida marca Climalit, de la que siguen haciendo gala en su web.

En Vidres Mallorca S.L., Nadal padre figura como administrador único y la empresa sigue vigente: en el ejercicio de 2021 (el último disponible) declaró 1,6 millones de beneficios, 26,91 millones de euros en activos y 25,39 millones de patrimonio neto, según los datos de InsideView. El descuadre de los años de creación podría deberse a que antes de formar la empresa, adquirió una cristalería ya existente, desde la que edificó este primer éxito empresarial. Requirió inversión. Y los años coinciden.

El negocio de las renovables

En los últimos tiempos, el campo mallorquín –ya de por sí poco accesible debido al valor inmobiliario y turístico– ha añadido una presión más al suelo agrícola: la instalación de placas solares en terrenos de cultivo. Agricultores y entidades ecologistas locales han manifestado su descontento en varias ocasiones, no por la energía solar, sino por la falta de planificación y la zonificación de esta renovable. En abril de este año, estas entidades presentaron un mapa de los proyectos previstos que estaban en fase de exposición pública y alertaron de que “la mayoría de ellos están en manos de grandes capitales y fondos de inversión”.

Entre muchas otras, la empresa Starwing S.L., con sede en Palma y que cuenta entre sus directivos con el padre del tenista –según InsideView–, Sebastià Nadal, tiene dos proyectos para la instalación de energía solar en la isla. Los dos se encuentran en fase de tramitación y uno de ellos ha sido declarado como “proyecto industrial estratégico”, según la documentación disponible en la web del Govern. Esto, según explica la portavoz de la entidad ecologista GOB Mallorca, Margalida Ramis, supone una facilidad administrativa: “La declaración de proyecto industrial estratégico usurpa las competencias de ordenación territorial al Consell de Mallorca y permite la autorización directa de sobre todo grandes instalaciones fotovoltaicas en suelo rústico. Así se evitan trámites y evaluaciones”.

El padre de Nadal es directivo de una empresa que tiene dos proyectos para la instalación de energía solar en Mallorca, uno de ellos declarado proyecto industrial estratégico

Las renovables no son un negocio nuevo para el padre del tenista. Otra empresa que está en la órbita de Sebastià Nadal, ya que comparte sede social con Starwing S.L., ha ejecutado proyectos de plantas eólicas en Costa Rica, Lugo y Soria, y fotovoltaicas, además de Mallorca, en La Rioja, Granada, Chile o Málaga, según consta en la página web de la compañía en cuestión (Gruparc renovables). Y Starwing es solo una de muchas empresas de este sector en las que participa Sebastià Nadal. En muchas de ellas, como la que ha servido de ejemplo, el padre del tenista comparte directiva con Antonio Mascaró Gomila –según InsideView–, directivo en los noventa de Banca March, que se vio envuelto en un affaire judicial (Caso Royaltur) del que salió absuelto. Al directivo se le acusaba de presunta estafa, junto a otros implicados, por la compra venta de la cadena hotelera homónima usando su salida a bolsa para bajar el valor de esta.

¿Dónde entrenan los deportistas de élite?

Para cualquier comunidad, que uno de sus miembros destaque internacionalmente es motivo de orgullo. Su imagen, pues, vale su peso en oro. Es algo a explotar. En 2006 la veta estaba recién abierta y un joven Rafa Nadal conseguía su segundo Roland Garros. Vendrían 20 títulos más. Pero el potencial, sin la confirmación de los años, se puede quedar en nada. En ese segundo torneo, en el último punto, y apenas la pelota cae donde tiene que caer, Nadal se pliega. Cuerpo a tierra. Con las manos se tapa los ojos. Parece confirmar algo contundente: que el primer Roland Garros no fue solo suerte. 

A pesar de que para entonces ya podría haberse ido a vivir o a entrenar a cualquier lugar del mundo, Rafa ha permanecido siempre en Mallorca. Entrenaba en el Club Tenis Manacor, donde compartía las pistas con los vecinos. En varias entrevistas, cuenta cómo sus entrenamientos finalizaban al llegar los siguientes que habían reservado la pista. Por eso, antes del hacerse con el segundo Roland Garros, el alcalde de Manacor, Antoni Pastor, del PP y amigo entonces de la familia, ya había empezado a pensar en algo mejor.

A pesar de que Nadal podría haberse ido a vivir o a entrenar a cualquier lugar del mundo, ha permanecido siempre en Mallorca. Después de ganar su primer Roland Garros entrenaba en el Club Tenis Manacor, donde compartía las pistas con los vecinos

En diciembre de 2005, el alcalde Pastor, el expresident Jaume Matas y el mismo tenista firmaron un protocolo de colaboración para construir un centro de tecnificación deportiva en su ciudad natal. El Ayuntamiento ponía los terrenos, el Govern el dinero y el tenista el diseño y su nombre al complejo. Además, Nadal asesoraría al Consistorio en materia deportiva y participaría en acontecimientos deportivos y de promoción. Se ejecutó una primera parte del proyecto en las afueras de la ciudad, pero en 2008 los gastos ya habían duplicado el presupuesto inicial de 8,4 millones de euros, según explicó el conseller de Deportes y Juventud, Mateu Cañellas. 

Finalmente, el tenista se desvincularía del proyecto, debido a la polémica que había suscitado y porque lamentaba que se hubiera “politizado”. “Ha sido de todo menos un proyecto deportivo”, lamentó Nadal. La tienda de deportes o la piscina olímpica que no se construyeron en la segunda fase también debieron pesar. No era suficiente. Aun así, la pista de tenis cubierta que se construyó pasó a ser su zona fija de entreno. Y esa zona de Manacor acabaría siendo su territorio.

Una oportunidad de negocio: Torreflorida

Este primer centro deportivo se construyó en lo que se conoce como el anillo urbano de Manacor. En su día fueron terrenos agrícolas en los que, poco a poco, se fueron ubicando los servicios de la ciudad. Visualicen una gran zona agrícola con una ligera pendiente que asciende desde los límites de la ciudad hasta ese centro deportivo. Cuatro familias importantes de Manacor compran, en la misma época en la que se plantea el centro deportivo, toda la zona que quedará entre este y el núcleo urbano. Más de 15 hectáreas de las cuales cuatro están previstas como zona verde. Son la familia Nadal, Lliteras, Mascaró y Suasi a través de varias empresas.

La idea inicial era urbanizar esta zona y presentaron un proyecto al Consistorio que incluía unas ciertas compensaciones en cesión de terrenos, algo que es habitual. En los años ochenta, la ciudad de Manacor estableció su techo de población. A partir de este, se cuantificó la superficie de zonas verdes que debían tener para el disfrute de los locales y se eligió su ubicación. Si a un propietario le declaraban su parcela como zona verde, unos años después podía pedir su expropiación y cobrar la compensación pertinente.

Poco después de la compra, estos nuevos propietarios pidieron la expropiación de una parte de los terrenos: en concreto de 10.000 metros cuadrados, como informó la prensa local. El motivo que alegaron era que, según el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, sin aprobar entonces, allí estaba prevista una zona verde y ellos no iban a poder construir en ella. Ya lo sabían antes, claro, pero no sólo ellos, sino todo aquel que accediera a las Normas Subsidiarias del año 1980. Los propietarios pidieron 17 millones al Ayuntamiento por los terrenos, una cifra bastante elevada.

Según consta en la sentencia del Tribunal Supremo y en la prensa local, el Consistorio lo recurrió al Jurado Provincial de Expropiación, que le dio la razón, tasando la compensación en 82.000 euros. La cosa se estancó varios años e interpusieron un recurso, hasta que en 2013 el mismo Jurado Provisional, bajo el mismo reglamento, falla que ahora la compensación debería ser de 14.700.000 de euros; la mitad del presupuesto anual del Ayuntamiento. Sale a unos 1.500 euros el metro cuadrado. De unos descampados. Finalmente, el Supremo acabó tasando el valor de esta parte de los terrenos en 500.000 euros, una cifra bastante alejada de los 17 millones que pedían los propietarios.

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se aprobó en la última legislatura, en el año 2021, con un gobierno de izquierdas en el Ayuntamiento de Manacor. La sorpresa vino cuando la zona verde fue trasladada a otro terreno de menor superficie al otro lado de la carretera. Con este nuevo plan, estas familias podrán edificar, cuando lo consideren oportuno, en aún más superficie (ya que no pierden los 10.000 metros cuadrados de zona verde), según ha consultado elDiario.es en el PGOU. Además, no tendrían que ceder otras superficies de esta zona para uso público, como proponían los propietarios en un inicio al Consistorio mediante un convenio urbanístico al que ha tenido acceso este diario.

Una isla dentro de la isla: la meca del tenis

Entre el centro deportivo de la época de Jaume Matas que acabó siendo equipación municipal y los terrenos urbanizables, la familia Nadal decidió proyectar, ahora de verdad, un nuevo centro de tecnificación con el nombre del tenista para convertirlo en la meca del tenis en la isla. El regidor Sebastià Gaià (PSM) estuvo en la oposición del Ayuntamiento entre 2006 y 2015 y lo describe así: “En febrero de 2011 el alcalde nos reunió a los portavoces para enseñarnos un borrador de un nuevo proyecto de un centro de tecnificación, esta vez promovido exclusivamente por los Nadal. La familia, eso sí, pedía ayuda para agilizar la tramitación. En esa reunión de portavoces acudió también Sebastià Nadal; el padre. Varios portavoces, al examinar el proyecto, hicimos constar que en él no aparecían las cesiones que debe hacer cualquier proyecto urbanístico. Nadal expresó, con convicción, que eso seguiría siendo así”.

Lo que sigue lo recordarán, especialmente los mallorquines. Se le llamó, mediáticamente, la “Ley Nadal”. Salió publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 21 de julio de 2012. Hubo revuelo. Una ley que en su título aparece el nombre de una persona física. Una ley que declaró de “interés autonómico la inversión para la puesta en marcha del Centro Internacional de Tenis Rafael Nadal”. Una ley que eximió al proyecto de realizar una “evaluación de impacto ambiental”. Una ley que permitió construir en suelo rústico con libertad y beneficios fiscales evidentes. Por ejemplo, reduciendo la donación de parte de los terrenos al Ayuntamiento, habitualmente un 15%, dejándolo en un 5% que podían compensar económicamente (sin decir quién tasaría el precio de ese suelo).

La ley declaró de "interés autonómico" la inversión para la puesta en marcha del centro de tenis de Nadal, eximió al proyecto de realizar una “evaluación de impacto ambiental” y permitió construir en suelo rústico con libertad y beneficios fiscales

Para cualquier empresario se trataba de una ley de ensueño. La norma justifica la declaración de interés autonómico del proyecto con varios argumentos, como la “indiscutible y especial relevancia para el desarrollo económico de la comarca de Manacor y por extensión de la isla” o la “contribución al turismo de calidad y a la desestacionalización turística”. Lo que supuestamente iba a ser un centro de alta tecnificación acabó siendo un complejo comercial alrededor de la figura del tenista. Se puso en marcha la Rafel Nadal Academy (una escuela privada inglesa con el tenis como prioridad), pero también se habilitó un museo, dos restaurantes, un spa, una piscina cubierta, gimnasios abiertos a clientes y una tienda de deportes. Y, desde la inauguración, contaban con un hotel, pero sin las licencias correspondientes, según publicaron algunos medios como El Confidencial.

Una visita al museo y a la academia

Para visitar el museo hay que dejar el coche en un parking municipal, aunque hay otros dos descampados donde aparcan los vehículos. Curiosamente, en el diseño del proyecto, la familia Nadal no pensó en ampliar la zona de estacionamiento. Por fuera, las instalaciones son imponentes, muy modernas. Los colores: grises, negros y azul oscuro le acaban de dar empaque. En las plantas superiores se ven algunos balcones con mobiliario de terraza. Desde ese mismo parking se ve una piscina cubierta.

Una vez comprada la entrada para el museo, la cosa empieza fuerte. Hay un túnel, hará unos cuatro metros. “Primero un vídeo de presentación”, avisan. Se cierran las puertas. Todo negro. Rugen unos altavoces y hay destellos de luces. En la puerta automática de salida proyectan imágenes de muchos deportes. Cambian rápidamente a ritmo de una música muy fuerte. “Música épica sin derechos” es lo más parecido que se puede encontrar en YouTube. Va in crescendo hasta que se ve un zoom a una pelota de tenis y ahí, ya sí, silencio. La presentación era el logo: RAFA NADAL MUSEUM XPERIENCE.

El museo consta de dos zonas. La primera es, seguramente, la de la “Xperience”. El metaverso mal, si eso no es redundante. En una zona no muy grande hay, primero, una pared con luces que se encienden aleatoriamente y hay que tocar rápido. “Constancia”, reza la pared. Luego hay tres monitores (uno roto) con los que se puede jugar un trivial donde todas las preguntas son de deporte. “Habilidad”, pone en la pared. A continuación, simuladores de Fórmula 1: “Templanza”. Esta zona tiene un aire a salón recreativo, porque lo que falta por describir son: una hilera de bicicletas de montaña que mirando a una pantalla gigante –que simula un descenso de vértigo– se menean bruscamente, cuatro plataformas con gafas de realidad virtual (una fuera de servicio) para jugar a juegos con poca relación aparente con el deporte y, en un lateral, una portería de “VirtualFootball”, que también está out. Estas últimas Experiencias ya sin el hilo argumental de valores deportivos rotulados en las paredes. 

Se accede a otra sala contigua donde aún hay retazos del metaverso, una carrera de obstáculos frente una pantalla, un fotomatón y un simulador de arbitraje de ojo de halcón, funcionando correctamente. Superada esta zona ya hay algo más de tenis. Una nutrida exposición de raquetas históricas junto a una pared con infografías del palmarés y trayectoria del deportista. Justo antes de bajar unas escaleras donde debería estar el plato fuerte del museo, hay una pantalla con un monigote inspirado en Rafa que pone: “Ask Rafa”. Mediante la voz se le pueden preguntar un par de cosas ya preestablecidas. Con voz robótica cuenta que le gustan los videojuegos porque en los tiempos muertos de las competiciones a veces juega. 

— ¿Te gusta viajar?

— Ahora mismo no me acuerdo, ¿puedes preguntarle a algún compañero de recepción?

Si se decide abandonar el monigote sin más, y bajar directamente a la segunda zona del museo, este sigue hablando un buen rato y se le escucha a lo lejos: “No te he entendido, si habláis muchos a la vez no consigo entenderte”.

Ahora ya sí, abajo, la iluminación es tenue. Lo primero que se ve es una muestra de la equipación original que llevó el tenista en diversas competiciones. Hay también muchos trofeos expuestos. Para los fans será lo mejor del museo: son dos paredes. Porque en el resto de la sala magna también hay cosas de otros deportistas. Hay un coche de fórmula 1 de Fernando Alonso, un zapato y una especie de holograma de Pau Gasol que repite frases cada poco, ropa de Roger Federer o, por ejemplo, un mallot de Contador. También hay una zona de “La Liga” con unos sillones de banquillo y camisetas firmadas. En general los acabados del museo son aceptables, pero hay cosas que chirrían: muchos proyectores que no funcionan, manchas como de humedad en las vitrinas, apaños de masilla en el suelo que tapan agujeros y pocos carteles explicativos. No hay demasiado texto. El precio de la Xprerience es de 18 euros.

En el museo de Rafa Nadal hay un coche de fórmula 1 de Fernando Alonso, un zapato y una especie de holograma de Pau Gasol que repite frases cada poco, ropa de Roger Federer o, por ejemplo, un mallot de Contador

Se acaba, como en todos los museos, en una tienda de recuerdos. Y de allí se puede acceder a una cafetería que da a las instalaciones de la academia. El espacio es espectacular y da mucha sensación de amplitud, está impoluto y parece sacado de un videojuego. En el centro del complejo, al aire libre, hay un club (una cafetería), y justo detrás una pantalla enorme que va proyectando cosas, allí, finalmente, se ve la cara del tenista. Hay bastante gente practicando tenis, pequeños, jóvenes y mayores. Los jardines parecen cortados con tijeras para las uñas y la gente que está allí denota cierto poder adquisitivo. Al centro del complejo también dan algunas habitaciones, o al menos hay también balcones con mobiliario de terraza; las vistas que tienen son a una cantera de piedra a cielo abierto.

En general los acabados del museo son aceptables, pero hay cosas que chirrían: muchos proyectores que no funcionan, manchas como de humedad en las vitrinas, apaños de masilla en el suelo que tapan agujeros y pocos carteles explicativos

La academia pertenece a la empresa RN Tenis Academy SL, su administrador único es el padre del tenista Sebastià Nadal Homar, como también lo es de la R. Nadal International School SL. Ni rastro del tenista en los cargos directivos, según InsideView.

¿Urbanismo a la carta?

En las instalaciones de la Rafa Nadal Academy o el Rafa Nadal Sports Centre (si es que realmente hay tal división física) existe la posibilidad de alojarse. Es decir, hay un hotel. Desde su inauguración se podía reservar habitaciones mediante plataformas como Booking, según Público. Pero, de acuerdo con Público y El Confidencial, el hotel no disponía de licencia hotelera ni había pagado por las plazas turísticas, un extremo que no ha confirmado ni desmentido el Govern a elDiario.es. Estos mismos medios publicaron que una persona lo denunció, que se les hizo una inspección que confirmó la irregularidad y que se les amonestó con una cantidad hasta ahora desconocida. Entonces las reservas se volvieron más discretas, centralizándolas en su web.

Era evidente que había un problema a solucionar. Y con el precedente de la denominada “Ley Nadal”, el mismo Sebastià Nadal y sus asesores (según informaron entonces medios locales como Diario de Mallorca) iniciaron una ruta por diversas administraciones. Querían algo que les volviera a dar facilidad y agilidad en los trámites, según estas publicaciones. Tras varias negativas encontraron el encaje: una enmienda en una ley de vivienda presentada por el PSOE que pretendía servir de escudo social para familias desfavorecidas ante el reto del acceso a una vivienda digna en Balears.

Un martes de mayo de 2018 se aprobó, no sin la crítica de varias entidades locales, esa ley y esa enmienda presentada por el PP. Con ella habrían conseguido legalizar el hotel en el caso de que no tuviera licencia previa, ya que en la 'Ley Nadal' no se hacía referencia al uso turístico del centro, pero en la nueva enmienda, sí. Pero no solo eso: el Ayuntamiento debía adecuar y mantener (de su bolsillo) la llegada al centro y se volvían a evitar tener que hacer el tedioso informe de impacto ambiental. Lo que les ahorraba, sobre todo, eran varios meses, si no años de papeleo y tasas. La superficie inicial, 47.444 m² en suelo rústico, pasaban a 73.507 m², según se puede leer en la enmienda de la ley. ¿Pero el hotel no estaba hecho ya? Sí, pero así se pudo ampliar todo el centro. Ahora solo quedan por construir los terrenos urbanizables que separan el centro de las instalaciones.

Una empresa con los Matutes y vínculos con el PP

El tejido empresarial mallorquín ha llegado a ser de los más punteros, en buena parte gracias a las alianzas. Sebastià Nadal no es ajeno a estas colaboraciones y buen ejemplo de ello es su participación como consejero en Mabel Capital Global SL, donde comparte consejo –según InsideView– con el empresario Abel Matutes, otra familia poderosa considerada como “los dueños de Ibiza”. Esta empresa representa la expansión total fuera de las Illes Balears. Es una compañía de inversión privada fundada en Madrid en 2013, con presencia y activos en España, Portugal, Estados Unidos, Oriente Medio y México, desde la que hacen negocio con, entre otras cosas, promociones de viviendas y complejos inmobiliarios de lujo. Mabel Capital cuenta con unos activos de 22,59 millones de euros, siempre según InsideView.

Esta misma plataforma asegura que otra de las empresas exitosas de la familia es Aspemir SL. En este caso la administradora única es la madre de Rafa Nadal, Ana María Parera Femenias, el padre aquí figura como apoderado. Aspemir cuenta con el 33% de las acciones Mabel Capital Global SL, el 100% de Centre Esportiu Manacor SL, grandes participaciones en empresas de energías renovables y del resto de lo que conforma el imperio Nadal. Aspemir destaca por sus cifras: en 2021, último ejercicio disponible, declaró beneficios, después de impuestos, por valor de 11,36 millones de euros.

Hay que tener en cuenta también la presencia de la familia Nadal en la política. El caso más reciente es el de 'El Tío Toni'. Toni Nadal, el entrenador y mentor de la estrella, ha pasado a formar parte de la fundación del PP a nivel nacional. Pero hay otros miembros de la familia históricamente vinculados a este partido. Rafa Nadal Homar (tío del tenista, hermano de sangre del padre y gestor de los negocios familiares) fue concejal en el Ayuntamiento de Manacor y figuró en las listas y el Gobierno autonómico de José Ramón Bauzá. Ahora, su hijo Rafael Nadal Barceló (en Mallorca las familias tradicionales son muy dadas a la repetición generacional de nombres), primo del tenista, ha concurrido en las elecciones autonómicas en el n.º 14 de las listas 'populares' del Parlament.

elDiario.es ha intentado ponerse en contacto con la familia Nadal a través de cuatro empresas (Starwing SL, Vidres Mallorca SL, RN Tennis Academy SL y R. Nadal International School SL) días antes de la publicación de este reportaje, sin recibir respuesta alguna. Tampoco se ha pronunciado el Ajuntament de Manacor.

Recientemente, se anunció que el Consistorio quería erigir una estatua del tenista en la ciudad, a la familia le pareció bien, Rafa solo pidió que se le parezca, aunque aún está todo en el aire. En la ciudad de Manacor, en el centro, no hay nada que le identifique. Los vecinos saben dónde viven varios miembros de la familia y podrían señalar algunos edificios que tienen en propiedad, pero que están abandonados. Ningún lugareño ha querido hacer declaraciones para este reportaje. En esta isla imperan muchos silencios, especialmente sobre las consideradas “buenas familias”.

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