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¿Un rescate ciudadano de la Constitución?

“Cuando algo es a la vez, necesario e imposible, se cambian las reglas del juego”. Jesus Ibáñez

Llegó y pasó el puente de la Constitución, único momento para hablar de la Constitución.

Se dijo en la tele que se puede reformar la Constitución siempre que haya un gran consenso como aquel que hubo en la constitución del 78. Esa palabra, consenso, no nombra un deseo real, sino el mecanismo de un bloqueo. A no haber ese consenso, no habrá reforma de la Constitución. Se expresa una voluntad y con ella, a la vez, su imposibilidad.

Cuando se habló este puente de la reforma de la Constitución se hablo, tan solo, de la cuestión territorial. ¿Por qué se habla tanto de la cuestión territorial? Porque Artur Mas y sus socios de Esquerra han puesto en jaque al Estado de derecho, al parecer.

El deseo de independencia de Cataluña se hizo real y amenazante cuando fue asumido por un político (o varios) en el poder o con posibilidad de él. Antes, esos deseos, según la realidad mediáticamente construida, no existía. Pero... ¿existía?

Flashback.

Entre 2009 y 2011 hubo varias consultas ciudadanas en Cataluña en torno a la independencia. No pusieron en riesgo a la Constitución. ¿Razón? Eran consultas ciudadanas. Las consultas ciudadanas no ponen en riesgo la Constitución. ¿Por qué? Porque la Constitución no tiene ninguna necesidad de hacerles caso. Sorpresón.

En los últimos dos años se han sucedido consultas de diverso tipo sobre cuestiones sumamente importantes. Voy a destacar dos de ellas, aunque hay más.

Consulta por la Sanidad Pública en Madrid: realizada en el mes de mayo de 2013 consiguió casi un millón de personas participando y mostrándose abrumadoramente a favor de la sanidad pública. ¿Constitución amenazada? No.

Iniciativa Legislativa Popular de la PAH: más de un millón y medio de votos recogidos a favor de la ILP. ¿Resultado? Discusión en el congreso (repito, solo discusión) y tumbada por la mayoría absoluta del Partido Popular.

¿Constitución en peligro? No, niet, cero. Nada.

Es decir, la Constitución tan solo peligra cuando un partido político hace suya y con posibilidad de poder alguna reivindicación en clave de ruptura institucional.

¿Por qué es así?

¿Por qué es así?La respuesta está en la propia Constitución y en la cultura política que la diseñó. Los guardianes de la Constitución, los representantes de la misma, sus articuladores, son los partidos políticos. Probablemente tenga sentido si vienes de una dictadura con partidos prohibidos. La pregunta es si tiene sentido ahora.

Durante el aniversario de la Constitución se produjo otro interesante fenómeno. Se podían leer en redes sociales a mucha gente, colectivos, organizaciones, etc. que reivindicaban una nueva Constitución porque la nueva no se cumplía. El problema, entonces, no se sitúa exactamente en el contenido de la Constitución, que reconoce por ejemplo el derecho a la vivienda, la educación o el acceso a la cultura. El problema es que no existen mecanismos para hacer cumplir la Constitución si los partidos políticos no quieren cumplirla. No hay mecanismo constitucional desde la ciudadanía para abordar ese problema.

Por este motivo el PSOE, con el apoyo del PP pudieron reformarla sin consenso para modificar el artículo 135 y poner los presupuestos al servicio del pago de una deuda jamás auditada. Ni siquiera hubo que convocar una consulta para refrendar el cambio. Se hizo y punto.

De alguna forma, ahí no parecía la Constitución estar en peligro y sin embargo, sí parece dibujar un peligro muy real, que es que no se tiene defensa contra una economía financiarizada y especulativa y unos partidos políticos endeudados y entrelazados con el poder bancario.

La Constitución no llega a controlar a los partidos políticos y tampoco llega a controlar la economía financiera. Es en ese cruce de caminos dónde se explica la paradoja entre decir que la Constitución del 78 no se está cumpliendo y decir que necesitamos una nueva.

La pregunta que se abre, entonces, es ¿cómo conquistar esa necesaria democratización de la democracia, controlar el poder financiero para que revierta en la ciudadanía? Quizás haya que rescatar la Constitución y la única forma para hacerlo sea dotarnos de una nueva.

MAS INFORMACIÓN:

Hipótesis Democracia, de Emmanuel Rodriguez

Entrevista a Jazmín Beirak sobre la Constitución del 78 en DisoPress

La Democracia que viene” texto de Madrilonia

No os indignéis tanto” Libro de Manel Fontdevilla

“Cuando algo es a la vez, necesario e imposible, se cambian las reglas del juego”. Jesus Ibáñez

Llegó y pasó el puente de la Constitución, único momento para hablar de la Constitución.