Enrique Flores es ilustrador. Trabaja para diferentes medios (El País, etc.) y publica todo su material en el blog 4ojos.com/blog. 4ojos.com/blog
Desde hace dos años y medio, persigue con sus rotuladores y sus cuadernos los movimientos de la crisis y es mucha la gente que ha elegido sus dibujos como “crónica oficiosa” de lo que pasa en la calle. De hecho, si alguien quiere regalar un objeto que explique y comunique la experiencia vivida en la Puerta del Sol en mayo-junio de 2011, es muy habitual que opte por sus Cuadernos de Sol.
Mi amigo Álvaro conoce a Enrique desde la acampada del 15-M y es un gran seguidor de su trabajo. Álvaro es colaborador del blog “Al final de la asamblea” que hace un trabajo de acompañamiento narrativo muy parecido al de Enrique, pero con palabras. “Al final de la asamblea”
Los reúno a los dos en el bar Zoilo de Lavapiés para pensar el trabajo de Enrique, en qué consiste contar lo que pasa en la calle con dibujos, de qué materiales está hecha una representación creíble y confiable de la realidad, si ha surgido un nuevo arte de las plazas y cómo se ve la evolución del 15-M desde sus rotuladores y cuadernos. Lo que sigue es la conversación que se desarrolló entre ambos.
Álvaro. ¿Cómo empezaste los dibujos sobre el 15-M, qué decisión te llevo ahí?
Enrique: Yo llevo siempre en mi vida un diario, desde hace ya muchísimos años. Igual que otros llevan diarios escritos, yo llevo un diario dibujado (aunque escribo también en los dibujos). Iba regularmente a la acampada en Sol, por las noches porque en esa época tenía insomnio, y empecé a hacer dibujos. No hubo ninguna decisión, fue simplemente el fluir de las cosas. Si miras el cuaderno donde aparecen los primeros dibujos del 15-M, justo antes hay dibujado un concierto, un partido de baloncesto, etc. Dibujo a diario, a veces hay contenido político y a veces no, depende de lo que esté haciendo.
Álvaro. ¿Pero no hay más intensidad en el seguimiento de algunas cosas en esta época?
Enrique. Tenía amigos que me preguntaban qué pasaba en Sol. Me acuerdo de ponerme a responder a un amigo que trabaja en Brasil, llevaba ya un rato escribiendo y me dije: “qué tontería, le escaneo los dibujos, se los mando y que lea las notas que he tomado”. Y fue entonces cuando decidí empezar a publicarlos en el blog, me pareció que podía ser una buena difusión para lo que estaba pasando. Así que ahora tengo un “tema” que antes quizá no tenía. Una unidad. Pero no ha sido una decisión, sino algo ajeno a mí, ¡como iba yo a saber que dos años y medio más tarde iba a seguir haciendo dibujos que etiqueto 15-M!
Álvaro. ¿Cómo trabajas esos dibujos que etiquetas como 15-M?
Enrique. Los hago con rotuladores que llevo cargados de acuarelas, para mí es algo muy cómodo, a lo que estoy muy acostumbrado. Nunca utilizo lápiz previo. Es decir, hago dibujos a la primera, sin bocetos. En mi caso, el boceto es el dibujo final. Creo que eso transmite muy bien la velocidad y el vértigo que tienen la calle y las acciones. Uso colores brillantes, casi sin mezclar. Pienso que eso le viene bien a las escenas. No son dibujos terrosos, muy elaborados, con muchos matices. En general utilizo cualquier cosa que me permita dibujar en condiciones muy precarias, de noche, de pie, en manifestaciones donde la gente empuja...
Álvaro. ¿Entonces hay una relación entre lo que dibujas y las formas, los materiales, etc.?
Enrique. Si me siento en casa y dibujo algo que quiero que quede bien, primero boceto, luego lo paso a tinta, etc. Y me queda más “académico”, digamos. Pero en una mani, asamblea o acción prefiero hacer muchos dibujos desde varios ángulos a uno solo muy “trabajado”. Son instantáneas, cercanas en algún sentido a la fotografía.
Dar dos pasos atrás para contar
Dar dos pasos atrás para contar
Álvaro. Dibujas escenas de las cuales hay también un registro fotográfico, ¿qué sientes cuando las ves? ¿Sientes que se te escapan cosas? ¿Qué sensaciones tienes en cuanto a la velocidad y los tiempos?
Enrique. Esto no es una competencia con la fotografía, sino otra manera de contar. Yo necesito una distancia que el fotógrafo no requiere, mi ojo es distinto. Nunca estoy en primera fila. Sería absurdo ponerme a dibujar ahí. Soy rápido pero no tanto. Puedo dibujar mientras camino, pero me queda como me queda. Siempre tengo que estar un par de pasos más atrás. Por eso no hago dibujos de cargas o detenciones.
Álvaro. ¿Sueles estar al margen y en la periferia?
Enrique. Sí, porque es la manera de poder dibujar, yo necesito ese espacio. Por un lado es una faena, porque te pierdes los momentos “dramáticos”, los que atraen habitualmente a los fotógrafos. Pero yo no voy buscando esas situaciones, ahí no tengo nada que hacer, nada que dibujar.
Álvaro. Porque el centro está sobresaturado, no se ve ni se escucha nada.
Enrique. Hay ya muchos vídeos y muchas fotos. Cuando voy al baloncesto, no hago dibujos de un mate. Eso pasa en una fracción de segundo y yo no dibujo a esa velocidad. Para eso ya están los fotógrafos, yo hago otras cosas. No es que lo mío sea un gran angular, pero es otra visión. Necesito otra distancia y otro tiempo.
Álvaro. Pero has dibujado momentos enormes, momentos muy significativos, de los que hay registro fotográfico paralelo. Insisto, ¿qué sientes con respecto a esas fotos?
Enrique. Es un temazo: la diferencia entre periodismo fotográfico y periodismo dibujado. La foto te dice que se trata de algo objetivo, por eso el objetivo de la cámara se llama así. Mis dibujos, por definición, son subjetivos. No hay engaño posible. Yo en una mani puedo pintar a Groucho Marx y, desgraciadamente, no estaba ahí. Desde el momento en que está hecho a mano, no vale de prueba en un juicio. Por una parte es documental, pero por otra parte no es fiable del todo. Es un relato personal. Eso por un lado.
Álvaro. ¿Algo más?
Enrique. Yo también escribo en mis dibujos. Combinar dibujo y palabra te da una información que no te da la foto. A la foto le falta banda sonora. Poder recibir al mismo tiempo la banda sonora y las imágenes es muy importante. Y eso te lo da la historieta, la combinación de dibujo y palabras. Con respecto al vídeo, el dibujo permite una lectura rápida. A veces no tienes los quince minutos que el autor del vídeo ha decidido que va a durar. Pero con algunos dibujos con frases puedes hacerte rápidamente una idea de lo que ha pasado.
Álvaro. ¿En qué te fijas? En tus dibujos siempre hay personajes, personajes resaltados a los que miras activamente, no simplemente que ves. ¿Qué crees que acaba siendo objeto de tu mirada?
Enrique. Antes de la acampada de Sol, dibujaba muchísima arquitectura. Pero ahora me fijo más en las personas. Ya no le veo el punto a dibujar ladrillitos, que era algo que me encantaba hacer antes. Si os enseño mis cuadernos anteriores al 15-M, hay mucha postal (en el sentido peyorativo). Ahora hago dibujos formalmente más desmadejados, menos académicos, pero más vivos. Y no me importa que la gente quede “bien” o “mal” dibujada.
Álvaro. ¿Y sobre los frases, por qué te llaman la atención esas en concreto?
Enrique. Por un lado, son capturas de lo que habla la gente. Por otro, son reflexiones mías. “Nos estamos aburriendo como una ostra”, yo eso lo pongo. Por ahí me han llegado críticas, pero yo no hago esto en principio para ser enseñado. Que luego lo escanee y lo publique es algo colateral. En primer lugar es mi diario y apunto mis cosas. Si alguien me cae mal, lo apunto.
Álvaro. ¿Nunca editas nada?
Enrique. A veces hay una mínima edición. En casos muy excepcionales. Pero es muy habitual, eso sí, que la gente me pida cosas. En general los chicos me piden que les ponga más pelo y las chicas, menos nariz (risas).
La confianza de lo vivido
La confianza de lo vivido Álvaro. Tu uso de los colores es muy particular, todo está iluminado de una forma muy especial. Dices que tus colores son muy luminosos, muy puros, ¿qué palabra has usado exactamente?
Enrique. Brillantes. Son acuarelas líquidas que son muy brillantes. Preparo yo en casa los colores, un amarillo mezclado con un poco de rojo, etc. No son los colores puros de los botes, pero mantienen una luz y una limpieza. Rompo un poco con la tradición de la película en blanco y negro con grano para reflejar las protestas callejeras.
Álvaro. Explica mejor eso.
Enrique. Si te vas al blanco puro, al negro puro, a la película con grano, añades dramatismo a lo que cuentas. Hay una semántica muy establecida sobre eso. Mis dibujos sin embargo reflejan momentos de tensión con trazos casi infantiles. Mis personajes tienen ojitos que son puntos, sonríen, son un poco desmitificadores. Los personajes son muñecajos, eso le quita peso, solemnidad y gravedad a las frases. No se trata tanto de desdramatizar la realidad, como de contarla de una manera que no sea evidente.
Álvaro. No sé si todo el mundo estará de acuerdo con esa operación.
Enrique. Claro, seguro que hay a quien esto le parece frívolo, naíf, una chorrada...
Álvaro. Frívolo, chorrada, naíf... son los mismos calificativos que se aplican al 15-M.
Enrique. En ese sentido, estos dibujos son muy 15-M, son “primaveras” (risas).
Álvaro. He hablado con otras personas que son muy fans tuyas y nos preguntábamos qué transmitían en particular tus dibujos y salían palabras como “optimismo”, “ternura” y “confianza”.
Enrique. No sé... Tal vez por el uso de los colores... Excepto en el caso de la policía, que sale siempre en negro y gris o negro y azul. Son dibujos muy parecidos a los que hacía antes del 15-M. Entonces ya usaba el mismo rotulador, hacía los mismos monigotes... No hay picados y contrapicados, todo es a nivel de los ojos. Todo eso le quita dramatismo. Tampoco hay edición, doy el material en bruto. Si salió mal pues no pasa nada. No lo retoco en el ordenador ni nada parecido. La viveza y la falta de edición genera confianza.
Álvaro. Yo creo que es la confianza de que tú estabas ahí y lo has vivido, es la confianza en alguien que ha estado ahí y ha puesto el cuerpo, eso se puede oler en tus dibujos.
Enrique. Mi amigo Pepe Cerdá, pintor, dice que un buen dibujo no puede fingirse. Yo no podría hacer falsos dibujos del 15-M. No copio fotos, no podría hacerlo.
Álvaro. Estás en todo, Enrique, sigues todo lo que pasa, todo lo que se hace...
Enrique: Ojalá, ojalá...
Álvaro. El hecho de que sigas todo lo que se hace me parece parte de un optimismo. Pero sin embargo cuando hablas de política eres muy escéptico, me parece que hay un abismo entre lo que dices y lo que haces.
Enrique. El sentido político de lo que hago es la difusión. Y la difusión tiene sentido si es motivadora. Lo muestro todo (o casi todo) bajo una óptica de simpatía. Y la verdad es que la gente que anda metida en estos líos me genera mucha simpatía. La gente, luego estoy de acuerdo con algunas iniciativas más que con otras. Por ejemplo, soy escéptico sobre la necesidad de montar nuevos partidos políticos, pero si voy a la presentación de Podemos o del Partido X saco a la gente sonriendo. No veo la contradicción.
¿Un arte de las plazas o una nueva expresividad?
¿Un arte de las plazas o una nueva expresividad? Álvaro. ¿Crees que ha surgido una nueva expresividad a partir del 15-M?
Enrique. No, no veo nada nuevo en el ámbito del arte. No veo que haya nuevas canciones, nuevo teatro, nueva novela ni nada por el estilo.
Álvaro. Arte es una palabra demasiado seria. Me refería a un nuevo tipo de expresividad: cómo se viste la gente, qué palabras se usan, el humor...
Enrique. Los códigos son los mismos que antes del 15-M. El humor es más un rollo generacional. No veo que hayamos sido rompedores, vamos vestidos de buenos chicos, clase media, generación Zara, sin imperdibles y con pocos colorines. ¿Tu sí lo ves?
Álvaro. Yo creo que hay una expresividad nueva, sí, que tiene que ver con las voces pequeñas, los yoes pequeño, las palabras pequeñas... En la política de otros tiempos había que tener un discurso bien armado para tomar la palabra. Durante la Movida había que disfrazarse de maceta, convertirse en un yo bestial, un poco histérico. Ahora tiene más valor lo anónimo, lo blando, no destacar, por eso la generación Zara... [este tema salió también en la entrevista con el blog “Al final de la asamblea”]
Enrique. Quizá por eso no estamos generando un cuerpo de arte importante. Una expresividad tal vez sí, pero ¿dónde están las canciones o las películas que produce esa generación blanda?
Álvaro. Mi preocupación no es hacer un arte para la posteridad, sino buscar qué tiene de particular la expresión, qué dice la expresión de nosotros.
Enrique. Pero en el futuro, cuando se quiera explicar el 15-M y lo demás, se tendrá que recurrir a algo. Como nosotros recurrimos a las canciones y las películas de los años 70 para entender ese momento histórico. ¿Quién nos va a contar y con qué material? Ese material se tiene que estar generando ahora y yo no lo veo.
Álvaro. El interés de contarnos no es por la posteridad, sino por entender algo de lo que somos hoy. Por ejemplo, se presentan partidos que aspiran a representar a la gente del 15-M y dicen: “somos de izquierdas”. Pero tenemos el recuerdo de que en las plazas el enunciado era “no somos de izquierdas ni de derechas”. Por eso la importancia de contarnos, porque si no viene alguien y nos cuenta. A mi no me interesa dejar un resto para el futuro, sino estar en el lío ahora.
Enrique. Por eso hablabas de expresividad, para huir de términos envenenados como arte o arte político, ¿no?
Álvaro. No estoy nada seguro de que lo que representaban la pintura o la música antes, en el tiempo de la revolución rusa y para el tiempo de la revolución rusa por ejemplo, tenga algo que ver con lo que representan para nosotros ahora. No creo que hablemos de lo mismo. Tampoco la idea de revolución tiene mucho que ver. La idea de la revolución rusa consiste en la toma del poder y el posterior advenimiento de un mundo nuevo, un tiempo nuevo, un hombre nuevo y, por tanto, un arte nuevo. No me parece que nosotros estemos en esa idea de revolución.
Enrique. Como hablamos de dibujos, se nos viene a la cabeza la palabra arte. Pero podemos pensar que se trata más bien de una experiencia periodística.
Álvaro. En la discusión sobre los nuevos periodismos, hay consenso en un punto: puesto que hay subjetividad y un yo que cuenta, el nuevo periodismo pasa de alguna forma por la literatura y la ficción. Tú te acercas muchísimo a esto.
Enrique. De hecho, yo me encuentro más cómodo ahí. ¿Es esto nuevo periodismo? Sí, periodismo ciudadano. Mis dibujos están más cerca del streaming que de la obra de arte.
Mirarnos a la cara
Mirarnos a la cara Álvaro. Pero es bien curioso que, en la época de Internet, lo que tú propongas son acuarelas, cuadernos y dibujitos.
Enrique. Me gusta ser tan analógico, hacer a mano. Alguna vez me han dicho: “¿por qué no te compras un Ipad que tiene programas para dibujar de puta madre? Podrías subir a la red inmediatamente los dibujos”, etc. Pero a mí me encanta que mi trabajo sea low tech. No necesito una gran inversión. Ahora bien, escaneo mis dibujos, los subo al blog y tienen una vida en Internet. Eso me parece muy importante.
Álvaro. ¿Cómo has visto cambiar el 15-M a través de tus dibujos?
Enrique. Yo dibujo igual, si ha cambiado algo es el movimiento. Sobre esto podría decir dos cosas. La primera es que antes no conocía a nadie y ahora conozco a mucha gente, aparecen los nombres y hay personajes que se van repitiendo. Se pierde un poco la sorpresa y todo se vuelve más previsible. La segunda es que hace tiempo que no dibujo a gente reunida en círculo, como las aglomeraciones de cabecitas de las asambleas en Sol. Dibujo pescuezos, es decir, personas unas detrás de otras en manifestaciones. Y auditorios, con una escena que divide entre actores y espectadores. Pero ya no dibujo personas en círculo.
Álvaro. Toma ya, esto es algo para pensar bien a fondo... Una última pregunta, Enrique, ¿por qué mentiste cuando hiciste aquel dibujo mío [el dibujo que está justo arriba]? (risas)
Enrique. Ya dije antes que los dibujos mienten mucho. Las chicas salen con más nariz, los chicos salen con menos pelo y tú sales diciendo cosas que no dijiste (risas).
Álvaro. ¡Yo no dije eso de Google! (risas)
Enrique. Te quedas con lo de Google, pero vamos a leer todo lo que pone [Enrique busca el dibujo en los Cuadernos de Sol]: “4.22 de la mañana, asamblea en la calle Preciados”. “Estamos en un momento cojonudo de la raza humana”. “Flipo porque curro para gente con mucha pasta y voy por calles que alucinas y no hay gente como nosotros”. “Estamos aquí mirándonos a la cara y opinando y eso es algo que no hemos hecho nunca”. “En esta ciudad duermen en la calle cinco mil personas”. “En mi vida me he sentido tan vivo como estos días”. Y la flecha del bocadillo indica que todo esto lo dijiste tú. Para mí eras un anónimo, ahora hubiera anotado Álvaro.
Álvaro. La primera vez que cogí un megáfono en mi vida... No sabes la ilusión que me hizo encontrarme luego con este dibujo. Gracias por estar ahí.
Sobre el trabajo de Enrique Flores, más información:
Entrevistas, artículos en prensa, reportajes...
Conversación con Enrique Flores en el proyecto 15M.cc (vídeo)
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