Machupichu es el mote de Oswaldo Wenceslao, un personaje de ficción de la serie de televisión “Aída”. Machupichu es un camarero que trabaja ilegalmente para Mauricio Colmenero, un empresario hostelero que representa a las españa cañí, conservadora y post.franquista.
A pesar de que parece claro que el objetivo claro de los guionistas de “Aída” es retratar de forma crítica ese estereotipo español y representar con humor la situación este personaje, la verdad es que hay cierto tipo de “racismo simpático” tras de la idea de encerrar a cualquier latinoamericano bajo el título de Machupichu, como hacen muchos seguidores de la serie. No es exagerado decir que Machupichu es un mote que degrada, ridiculiza y generaliza. Detrás de eso podemos imaginar muchos de los prejuicios que se le asignan a los migrantes: vienen a robarnos el trabajo, nos invaden, nos asaltan, no respetan las tradiciones, se aprovechan de nuestros sistemas de seguridad social, crean ciudades más inseguras, no se les entiende hablando, etc.
Para cualquier persona con sentido crítico debería ser prioritario combatir estos estereotipos negativos. Pero el problema es que solemos combatir los “estereotipos negativos” con “estereotipos positivos” que podrían caer en falsas generalizaciones, ser demasiado vacúos y no ser efectivos desde el punto de vista comunicativo. “Los migrantes se encargan de los trabajos que nadie quiere, por salarios indignos y sin seguridad social”. Esto es una generalización demostrable, pero, ¿sirve realmente para combatir dichos estereotipos?
Lo cierto es que tal y como ocurre cada vez más en nuestros ecosistemas mediáticos, ficción y realidad dialogan entrelazados hasta generar artefactos complejos y en algunos casos, muy peligrosos. Desde hace un tiempo, un joven residente en Valencia tomó el personaje de ficción de Mauricio Colmenero para comenzar a usar el perfil @Colmenero en Twitter. En dicha cuenta, esta persona (que no suele prodigarse con su identidad personal) mezcla cuestiones del imaginario del personaje con cuestiones de su propio imaginario. Este es un tipo de tuit en el que no somos capaces de distinguir si se trata de emular al personaje (ampliando el universo de ficción de la serie) o de su opinión. Tampoco importa mucho.
Aquí no tenemos racismo simpático. Tenemos racismo puro y duro. De una cuenta que siguen 500.000 personas. Muchos medios de comunicación se pelearían por tener su audiencia. ¿Cómo combatir pues los estereotipos negativos asociados a los migrantes latinoamericanos en casos como este? Quizás una estrategia posible sea infiltrar las historias personales.
Y una historia posible es la de Óscar Reyes, el actor que interpreta al personaje de Machupichu. Óscar ha declarado en alguna ocasión que “el problema es muy grave. Hay muchísimos empresarios que están explotando a todo tipo de personas”. También ha dicho que “la situación en que Mauricio tiene a Machupichu es muy dura, ojalá no existiera en la realidad”. Por email me comentaba que “Si analizamos un poco el personaje, todo lo que Oswaldo es capaz de aguantar por parte de su jefe, lo hace con el único fin de poder llevar comida a su casa para sus hijos. Eso, tristemente, le pasa a muchísimas personas, extranjeras o españolas. (…) Para mi esas personas son héroes”.
Óscar, además de un sensible y talentoso actor, no es ni peruano, ni colombiano, ni mexicano. Nació en Tokyo y se ha criado en el barrio de Tetuán (Madrid). Esto por si alguien le queda alguna duda de que todos somos un amasijo de códigos genéticos remezclados que tienen mucho más en común de lo que cualquier racista sea capaz de demostrar cada vez que se refiera a alguien como Machupichu. Porque, si Óscar es español nacido en Tokyo y criado en Madrid pero hay quién usa el nombre de su personaje, Machupichu, como adjetivo paternalista y despectivo con respecto a los migrantes latinoamericanos, ¿Qué es lo que falla? Quizás que somos un país donde abunda el racismo simpático. Racismo, al fin y al cabo.
Machupichu es el mote de Oswaldo Wenceslao, un personaje de ficción de la serie de televisión “Aída”. Machupichu es un camarero que trabaja ilegalmente para Mauricio Colmenero, un empresario hostelero que representa a las españa cañí, conservadora y post.franquista.
A pesar de que parece claro que el objetivo claro de los guionistas de “Aída” es retratar de forma crítica ese estereotipo español y representar con humor la situación este personaje, la verdad es que hay cierto tipo de “racismo simpático” tras de la idea de encerrar a cualquier latinoamericano bajo el título de Machupichu, como hacen muchos seguidores de la serie. No es exagerado decir que Machupichu es un mote que degrada, ridiculiza y generaliza. Detrás de eso podemos imaginar muchos de los prejuicios que se le asignan a los migrantes: vienen a robarnos el trabajo, nos invaden, nos asaltan, no respetan las tradiciones, se aprovechan de nuestros sistemas de seguridad social, crean ciudades más inseguras, no se les entiende hablando, etc.