1. Se publica el segundo número de la revista digital de humor “Orgullo y Satisfacción”, nacida al calor de las dimisiones de una parte importante de la plantilla de El Jueves hace unos meses.
El primer número, dedicado a la monarquía, tuvo un éxito de tal calibre que hizo que sus artífices se lanzaran a la aventura de lanzar una publicación regular. Una buenísima noticia que se ve reforzada con la aparición de este número 2 dedicado a la democracia y con un nivel altísimo de humor y lucidez.
Leyendo el número se me ocurrían algunas reflexiones sobre esto del humor y la situación política y cultural que vive el país.
Por un lado, merece la pena destacar que desde la explosión del 15M en 2011 han nacido una serie de proyectos editoriales con vocación mayoritaria que se han ido construyendo como una nueva línea de combate en el cruce entre las redes y el papel. Ahí tenemos Revista Mongolia o el propio Mundo Today (con trayectoria anterior) y también, quizás con un papel aparentemente más discreto, pero crucial para entender la apuesta de Orgullo y Satisfacción, la editorial Caramba, que se ha dedicado a editar humor de mucha calidad con casi toda la escuadra que ahora compone la revista digital, así como apuestas tan interesantes como Let's Pacheco o las recopilaciones de los tumblrs de El Hematocrítico.
Por otro lado, y aunque el humor sigue siendo un campo masculinizado a más no poder, han surgido propuestas de humor de viñeta, webcomics, etc. hecho por mujeres que ha permitido una mayor visibilización de otras miradas y perspectivas que han enriquecido muchísimo el medio. Desde las propias hermanas Pachecho al plantel completo de Caniculadas o apuestas como la Asociación de Autoras de Comic.
Lo interesante es que, mientras iba surgiendo este ecosistema aparentemente pequeño frente a la fuerza cuantitativa de las revistas de gran tirada y el humor televisivo (Dios lo tenga en su maldita gloria), éstas se iban bunkerizando en sus modelos de negocio cada vez más dependientes de los grandes grupos en un proceso no muy distinto al que viven los periódicos clave de la Cultura de la Transición. El Jueves sigue distribuyendo mucho más que Orgullo y Satisfacción y también que Mongolia, pero ha dejado de servir para resistirle al poder.
La cosa es ¿sirve el humor para resistirle al poder? ¿Sirve para construir otras formas de poder?
2. Mis dos teóricos favoritos del humor en viñetas son Manel Fontdevilla y Dario Adanti. Ambos han escrito maravillosos análisis sobre el humor en dos libros fundamentales para entender esto de la guasa después del régimen del 78 y antes de lo que sea que venga ahora.
Adanti explica en las páginas de “Una Risa Nueva”, un libro coordinado por el crítico cultural Jordi Costa sobre nuevas expresiones del humor y sobre qué demonios es eso del post-humor, que el humor siempre nace del fracaso. Así, el humor costumbrista sería el fracaso de las costumbres para ordenar el mundo, el humor surrealista sería el fracaso de la razón para entender el mundo y el post-humor sería el humor que surge de la certeza del fracaso del humor para modificar aquello de lo que el humor se ríe. Si en el humor, el chiste es la última viñeta; en el post-humor es la primera. Vale, lo importante es esto del humor como fracaso.
Por ejemplo, en las páginas del segundo número de Orgullo y Satisfacción se habla de la democracia como fracaso, como imposibilidad, como trampa, como sistema de reglas amañado, como mentira de la que participamos de forma entusiasta.
Fontdevilla sacó el año pasado un librito/ensayo/diario que se llamaba “No os indignéis tanto” en el que hablaba, entre otras muchas cosas, del 15M y de los límites del humor. De lo que se puede decir y lo que no y para qué sirve saltarse esos límites. La hipótesis Fontdevilla es sencillísima: ampliar los límites de aquello de lo que uno se puede reír, amplía los límites de la democracia.
Si uno lo cruza con la hipótesis del humor como fracaso podríamos decir algo así como que el humor nos confronta a un fracaso y a la vez amplía las posibilidades de superarlo.
Y esto es importante porque estamos en un momento de cambio.
¿Sería igual éste número de Orgullo y Satisfacción de 2014 que uno de Septiembre de 2015 o de Enero de 2016 tras las elecciones municipales y las generales?
3. Orgullo y Satisfacción dedica dos viñetas de sus cien páginas a Podemos y una tira al asamblearismo. Las tres son buenas expresiones del humor como límite. En la primera Pablo Iglesias dice “casta” ante una pregunta y fuera se escucha “Meeeec”, “ha dicho casta, chupito”.
En la segunda un diputado del PP modifica la ley electoral y dice que va a conseguir la cuadratura de los “Círculos” a martillazos.
La tira cómica sobre asamblearismo muestra a un moderador que termina por ahorcarse ante la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo en una asamblea hiperburocratizada.
Otro gran teórico del humor es John Vorhaus, escritor de “Cómo orquestar una comedia” en el que expone con certeza matemática que la fórmula del humor es “Dolor + Verdad”.
La verdad como límite es que Podemos a veces usa casta como pantalla para no hablar de otros asuntos y que la ley electoral se modifica únicamente para que dicha formación no se convierta en fuerza de gobierno. La verdad como límite es que el sistema asambleario se vuelve lento e ineficaz ante el purismo ideológico.
Sin embargo, la ausencia de las nuevas expresiones políticas de democratización y conflicto que existen ya hoy es interesante porque expresa un límite del propio humor para bromear sobre lo que ya es, pero no del todo, y explica bien el momento político que vivimos.
El límite del humor es que aún no tiene un buen sistema de señales para identificar los fenómenos emergentes, por más mainstream que sean. Y eso quizás tiene que ver con que el humor tiene que recoger primero un sentido común socialmente construido para funcionar y ese sentido común (y sus límites y fallos) está aún en construcción.