Al menos 30 personas han muerto y más de 80 han sido heridas en un ataque con misiles rusos contra un convoy humanitario en Zaporiyia, en el sur de Ucrania, según informó este viernes la policía de la región.
El gobernador de Zaporiyia, Oleksandr Starukh, explicó que las fuerzas rusas atacaron un convoy humanitario que se dirigía a territorio ocupado por Rusia y publicó imágenes de vehículos quemados y cadáveres tirados en la carretera. Según Starukh, los integrantes del convoy se dirigían a recoger a sus familiares y ponerlos a salvo.
“El enemigo lanzó un ataque contra un convoy de civiles y las afueras de la ciudad. La gente estaba haciendo cola para salir hacia el territorio ocupado para recoger a sus familiares y entregar ayuda. Hay muertos y heridos. Los servicios de emergencia están en el lugar”, dijo Starukh en su canal de Telegram.
Kyrylo Tymoshenko, asesor de la presidencia ucraniana, dijo que las fuerzas rusas lanzaron 16 misiles, según informa The Guardian. Tymoshenko dijo que cuatro misiles impactaron cerca de un mercado de piezas de automóviles donde se había reunido este viernes el convoy.
En las imágenes publicadas por autoridades ucranianas y en redes sociales se observa al menos un gran cráter cerca de los vehículos.
El portavoz de la oficina del gobernador, Volodymyr Marchuk, dijo a The Guardian que el lugar del ataque era un centro logístico para permitir que la gente entre en los territorios ocupados por Rusia.
“Los rusos solo aceptan 150 coches al día, así que por eso creamos un programa, en el que la gente podía venir a registrarse y obtener su número en la fila”, dijo Marchuk. “Así que a las 7:15 de la mañana [hora local] había un gran número de coches esperando el turno para cruzar, en su mayoría personas que querían ir a dejar ayuda a sus familiares y tal vez recoger a personas que querían salir a la vuelta”.
El portavoz dijo que atacaron esa cola de coches con un misil S-300 y calificó lo sucedido como un “crimen de guerra deliberado” y un “acto terrorista”. “No hay duda de que es un crimen de guerra deliberado. Siempre dicen que apuntan a un objeto militar y le dan a otra cosa. Pero no hay objetos militares cerca de ese sitio. Por eso no hay duda de que es un acto terrorista”, dijo.
Un testigo de la agencia Reuters dijo haber visto cuerpos tirados en el suelo o todavía en los vehículos en el extenso mercado de automóviles en las afueras de la ciudad. La policía y el personal de emergencia se han apresurado a llegar al lugar del impacto del misil, que lanzó trozos de tierra al aire y roció los vehículos con metralla, según informa la agencia. Las ventanillas de la mayoría de los vehículos saltaron por los aires.
Los coches estaban llenos de las pertenencias de sus ocupantes, mantas y maletas. Una mujer que habló con Reuters dijo que ella y su marido habían estado visitando a sus hijos en Zaporiyia. “Volvíamos con mi madre, que tiene 90 años. Nos hemos salvado. Es un milagro”, dijo de pie con su marido al lado de su coche.
Según los habitantes de la zona con los que habló The Guardian, unos 60 coches se habían reunido en una carretera en dos filas después de registrarse para un convoy que debía llevar a la gente de vuelta a los territorios ocupados por Rusia en el sur de Ucrania. Algunos planeaban volver a sus hogares en lugares como Mariúpol, otros querían buscar a sus familiares y llevarlos a los territorios controlados por Ucrania. Temen que Rusia impida salir a la gente después de que este viernes Putin firme la anexión de territorios ucranianos ocupados.
De pie en la carretera, Dalina Yakushava, de 48 años, contó a The Guardian que había llegado después de la explosión para ver si podía inscribirse en un convoy.
“Aquí es donde las autoridades le dicen a la gente que venga a registrarse para unirse a un convoy. Te registras por Internet, pero yo vine para asegurarme de que me habían dado el permiso. Vivo en Mariúpol. Acabamos de llevar a nuestra hija a Polonia, pero tenemos que volver porque mis padres están allí. Es terrible, pero es nuestro hogar”, dijo Yakushava. “Había muchos coches esperando para salir esta mañana porque nadie ha podido entrar en las zonas ocupadas durante la última semana”.
Este ataque ha sucedido el mismo día en el que Putin ha declarado la anexión de territorios ucranianos ocupados tras los pseudorreferéndums celebrados en los territorios ocupados de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. El paso, condenado como ilegal por Occidente y la ONU, marca una escalada en la guerra desencadenada tras la invasión rusa del 24 de febrero y aleja aún más las posibilidades de lograr la paz.
Según las autoridades que representan a Rusia en los territorios ocupados, entre el 87,05% y el 99,23% de los votantes -obligados a participar por los militares rusos con urnas de casa en casa en un proceso no reconocido- en los territorios controlados parcialmente por las fuerzas rusas en el este y sur de Ucrania apoyaron la anexión a Rusia. La votación ha sido ampliamente criticada por todas las organizaciones internacionales, incluida por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), uno de los organismos internacionales de referencia en la observación de elecciones. La OSCE ha calificado las votaciones de “ilegales”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, denunció este jueves “los llamados referendos” y dijo que suponen un obstáculo más para cualquier acuerdo de paz.