Un día después del comienzo de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, Olha murió debido al impacto de un misil a escasos metros de su piso en Járkov, al noreste del país. Su amiga se la encontró muerta en la calle. Un mes después, en abril, la nieta de seis años de Serhii perdió una pierna en un ataque de artillería que alcanzó su casa en un pueblo cercano a Jersón, al sur.
Las de Olha y Serhii son algunas de las historias que han conocido los investigadores de Naciones Unidas que tratan de documentar el coste humano de la guerra en Ucrania. Hasta el 5 de marzo, han confirmado que al menos 8.173 civiles han muerto y 13.620 han resultado heridos desde el inicio de la invasión lanzada por Vladímir Putin el 24 de febrero de 2022. Son 21.793 víctimas en total, 21.793 vidas, 21.793 nombres como los de Olha y Serhii.
En cada balance semanal que ha publicado en todo este tiempo, el personal de la ONU ha escrito la misma frase: cree que las cifras reales de víctimas civiles son mucho más elevadas. El suyo es, por tanto, de un recuento conservador debido, entre otras cosas, a las dificultades para recopilar información dadas las hostilidades.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también ha informado de que la mayoría de las bajas civiles son, aparentemente, atribuibles a las fuerzas armadas rusas.
Según sus datos, si se observa dónde se concentran en términos geográficos las víctimas civiles confirmadas, la enorme mayoría de muertos y heridos, al menos 6.322 y 11.159 respectivamente, se contabilizaron en territorio controlado por el Gobierno ucraniano cuando se produjeron las bajas. En territorio ocupado por Rusia se recopilaron 1.851 fallecidos y 2.461 heridos.
Por regiones, Donetsk, una de las dos que componen el Donbás al este del país y uno de los principales objetivos del Kremlin durante su invasión, es la más mortífera de los registros: suma al menos 3.876 víctimas civiles fallecidas, el grueso de ellas en territorio que estaba aún bajo control de Ucrania cuando se produjeron. También está a la cabeza en número de heridos.
Le siguen las regiones de Kiev y Járkov, al noreste, donde al menos 955 y 940 civiles han perdido la vida, respectivamente, según la ONU. A continuación están la sureña Jersón y Lugansk, la otra región situada en el Donbás. El recuento en la capital, Kiev, se eleva a 62 muertos.
La diferencia en el balance recopilado por Naciones Unidas es notable entre las zonas donde Rusia ha intentado avanzar durante su ofensiva –este, sureste y norte– y las áreas del centro y el oeste del país más alejadas del frente. Entre las regiones que menos fallecidos registran desde el 24 de febrero están Ternópil, Volinia e Ivano-Frankivsk, en la parte occidental de Ucrania.
Si se coloca la lupa en la evolución mensual desde el estallido de la guerra, marzo de 2022, inmediatamente posterior al inicio de la invasión, es, con diferencia, el mes con más víctimas contabilizadas por la ONU, tanto fallecidas como heridas.
Otro dato a destacar es que el 90,3% de las víctimas y el 82% de las muertes fueron causadas por armas explosivas. Hasta el 5 de marzo, este armamento con efectos de área amplia, incluidos proyectiles de artillería, misiles de crucero y balísticos, y ataques aéreos, mató a 6.736 civiles. La mayoría ocurrió en áreas pobladas y el grueso en territorio controlado por el Gobierno, según ha explicado la ONU.
También se han registrado 233 fallecimientos por minas y restos explosivos de guerra, y 1.204 muertes debido al uso de armas pequeñas y ligeras, es decir, como resultado de fuego cruzado, disparos de francotiradores, casos en los que los militares abrieron fuego contra civiles y homicidios intencionados.
Desde el 10 de octubre de 2022, las fuerzas armadas rusas iniciaron una serie de ataques con misiles balísticos y de crucero, cohetes tierra-aire contra objetivos terrestres y municiones merodeadoras (drones) contra infraestructuras críticas, en particular objetivos energéticas, en toda Ucrania. Hasta mediados del mes pasado, estos ataques habían causado al menos 116 muertos y 393 heridos entre la población civil, según la ONU.
¿Qué otros detalles se conocen de las víctimas? Desde el Kremlin inició su ofensiva, la ONU ha podido corroborar que la guerra se ha cobrado la vida de 492 menores de edad, entre ellos 258 niños y 203 niñas, también principalmente por el uso de armas explosivas (en más de 400 casos). 968 menores han resultado heridos en todo este tiempo.
Según la misión de observación de la Oficina de Derechos Humanos, de las víctimas civiles adultas (muertas y heridas) cuyo sexo se conocía, los hombres representaban el 61,1% y las mujeres el 38,9%.
Al menos 3.624 hombres y 2.149 mujeres han perdido la vida en poco más de 12 meses de guerra.
Cuando se cumplió un año del comienzo de la guerra, la Oficina de la ONU disponía de información sobre 160 víctimas civiles –30 muertos y 130 heridos– en territorio de Rusia, pero explicó que dada la falta de información que lo corroborara hasta la fecha, estas cifras no se incluyeron en los números totales.
La ONU ya documentaba las bajas entre la población civil del conflicto que estalló en el este de Ucrania ocho años antes de la invasión a gran escala lanzada por Putin. Desde 2014 hasta 2022, la oficina registró la muerte de 3.379 civiles. Solo en 2022 contabilizó al menos 7.796 fallecidos, más del doble.
Confirmar las víctimas en una guerra
Una portavoz de la Oficina de derechos humanos de la ONU detalla a elDiario.es que solo comunican cifras basadas en su verificación independiente de los incidentes y las víctimas implicadas. Para ello el personal de la misión de observación consulta fuentes que se evalúan en función de su credibilidad y fiabilidad (por ejemplo, víctimas, testigos, información oficial, información de fuentes abiertas, especialmente imágenes fotográficas y de vídeo disponibles) y las cotejan. “En algunos casos, la corroboración puede llevar tiempo o conducir a la revisión de las víctimas civiles a medida que se dispone de más información”.
Según indica la portavoz, las cifras de muertes civiles que registraron entre 2014 y febrero de 2022 “se acercan mucho a las reales”. “Lo más probable es que el número de casos, que aún no conocemos, no supere el centenar”, dice. Después de febrero de 2022, en cambio, sus registros de casos individuales “son menos completos”. “Tras el ataque armado de Rusia a Ucrania, en medio de la cambiante y desafiante situación de seguridad, la recopilación de información se hizo más difícil”.
La oficina de Naciones Unidas da por hecho que las cifras reales de muertos y heridos en la población civil son mayores. Hay información procedente de algunas localidades en las que se han producido intensas hostilidades que tarda en llegar y muchas informaciones siguen pendientes de corroboración. Esto ocurre, por ejemplo, en lugares como Lisichansk, Popasna y Severodonetsk, bajo ocupación rusa en la región de Lugansk, donde hay denuncias de muchas víctimas civiles.
Este también es el caso de la devastada Mariúpol, que cayó en manos rusas en mayo, y las autoridades han dicho que el número de muertos se cuenta por miles. Allí se encontraron cadáveres en fosas individuales o colectivas improvisadas en patios, calles y parques, en casas y apartamentos. Hasta junio, la ONU verificó la muerte de 1.348 civiles directamente en las hostilidades pero dijo que es probable que el número real “sea de miles de personas más”. La verdadera magnitud de la pérdida de vidas aquí solo se conocerá con el tiempo.