Los dos últimos Gobiernos de Ecuador espiaron cada movimiento de Assange en su embajada en Londres
El Gobierno de Ecuador espió cada movimiento de Julian Assange en su embajada en Londres a través de una empresa de seguridad de Jerez de la Frontera contratada supuestamente para garantizar su seguridad. Los partes de vigilancia de la firma UC Global Security Consulting recogen una lista detallada de las visitas y llamadas de teléfono que recibió el fundador de Wikileaks, de sus paseos por las distintas estancias del edificio oficial e incluso alerta sobre supuestas maniobras de Assange para grabar conversaciones con el embajador ecuatoriano.
eldiario.es revela hoy nuevos documentos secretos de la Operación Hotel, desvelada por The Guardian a mediados de mayo, en la que los últimos dos gobiernos ecuatorianos, el que presidía Rafael Correa y el de su sucesor, Lenín Moreno, invirtieron varios millones de euros. Cada uno de los pasos que dio Assange entre abril de 2017 y finales de febrero de 2018 dentro de su refugio londinense figuran en los informes de inteligencia del gobierno de Ecuador que no tienen firma pero sí un sello de “confidencial” al comienzo de cada uno de ellos.
Los partes de la empresa de seguridad no se limitan a detallar los incidentes que se registraron durante esas fechas en el exterior de la embajada, donde se produjeron concentraciones y alguna manifestación no demasiado numerosas, también detallan y fotografían lo que ocurre dentro del edificio gubernamental, donde una red de cámaras de seguridad registró toda la actividad de Assange. Esas imágenes llegaban a unas pantallas ubicadas en un apartamento ubicado a 100 metros de la embajada en uno de los barrios más caros de Londres. Las cámaras permitieron que el Gobierno ecuatoriano documentase una reunión que se produjo el 4 de abril de 2017. “El Huésped -como se refieren a Assange- recibe las visitas de Praxis Film”, comienza el informe extraordinario dedicado a esa cita.
Los partes de seguridad de ese día no se fijan en la visita de los dos miembros de esa productora, sino en los movimientos que hace Assange antes y después de la reunión. Antes “se coloca dos aparatos electrónicos atados con cinta aislante en sus muslos y otro en la capucha de su sudadera”. Después “se saca del interior de la capucha de su sudadera uno de los aparatos y de viva voz le dice a su grupo de trabajo que lleva en los muslos otro dos, indicándolo con un movimiento de mano”.
Uno de los vigilantes de esta empresa de seguridad presencia esos movimientos en directo. El informe que envió al Gobierno ecuatoriano revela que uno de los dispositivos es una grabadora y el otro un inhibidor, aunque el propio vigilante afirma que esto último no se ha podido confirmar. El documento va acompañado de capturas de las cámaras se seguridad en las que se ve a Assange quitándose los dispositivos. La compañía contratada supuestamente para garantizar la seguridad del fundador de Wikileaks en situación de asilo en la embajada da por hecho en sus informes que Assange usaba aparatos electrónicos para grabar todas sus reuniones, incluidas las que mantenía con el embajador.
“Se entiende que el Huésped puede actuar de la misma forma con cualquier reunión de carácter privado que pudiera tener con el Sr. Embajador así como el resto de los diplomáticos y de esa forma vulnerar la confidencialidad de la reunión celebrada en ese momento”, señala el informe, que, como el resto, lleva el sello “confidencial”.
Vínculos con el “independentismo radical”
Los documentos de inteligencia reservan un apartado a los vínculos de Assange con personajes vinculados al movimiento independentista catalán. El 9 de noviembre de 2017, las cámaras de seguridad registran la visita a Assange de dos personas. Tras analizar quiénes son, la empresa realiza un extenso informe con el título “Cataluña”. En él se relata el encuentro del fundador de Wikileaks con los empresarios Oriol Soler y Aranau Grinyo, una reunión de la que dieron cuenta varios medios de comunicación españoles poco después de que se produjera.
El informe, que detalla los vínculos de Soler y Grinyo con el movimiento independentista, señala que el encuentro se inició a las 15.53 horas y se prolongó casi hasta la 17.00. “Estuvo acompañado de Stela Morris -su abogada-, y una vez finalizada todos marchan de buen humor, por lo que entendemos que la misma tuvo un resultado satisfactorio”, recoge el documento. Añade también que ese mismo día Assange publica un tuit denunciando ataques contra Catalunya.
Los expedientes confidenciales incluyen capturas de las cámaras de seguridad y fotocopias de los pasaportes de Soler y Grinyo. La conclusión de la empresa de seguridad es que Assange mantiene encuentros con “enlaces y organizaciones relacionadas con el independentismo radical catalán” lo que ha provocado el acercamiento del fundador de Wikileaks “a las posturas y apoyos a la causa independentista catalana”.
Los analistas de UC Global Security Consulting advierten de que las posturas independentistas son “consideradas antisistema por la mayoría de lideres y gobiernos europeos” lo que puede “desencadenar críticas por parte del Gobierno de España ante la interferencia de J.A -Julian Assange y su organización en asuntos de vital interés para la soberanía española”. Creen que eso podría afectar a las relaciones de España y Ecuador.
“Si bien no creemos que pudieran ser grabes (sic), si serían una excusa más que pudiera servir de argumento a la hora de criticar las actuaciones de la embajada con respecto al huésped”, concluye el informe. Unos meses mas tarde, en marzo de 2018, Ecuador suspendió las comunicaciones de Assange por incumplir el compromiso de no opinar sobre la política de otros países.
Los partes de inteligencia, a los que ha tenido acceso eldiario.es, están plagados de errores e incorrecciones. Algunos nombres de las visitas que recibe Assange no están bien escritos, hay faltas ortográficas y en algunos documentos se llama Embajada de Colombia a la Embajada de Ecuador. También cometen fallos al identificar a las personas con las que el fundador de Wikileaks tiene contactos, como cuando se habla de Renata Ávila, a quien se define como una de sus abogadas españolas pertenecientes al despacho de Baltasar Garzón. Ávila no es española y no figura como abogada en el despacho de Garzón.