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Pekín persigue y amenaza a los activistas que apoyan en China las protestas de Hong Kong

Un manifestante rompe una cristalera del Consejo Legislativo en Hong Kong (China).

Lily Kuo

Pekín —

Chen Siming, un activista chino de 58 años, ha seguido las protestas en Hong Kong desde China continental. Las manifestaciones han sido una fuente de inspiración para él, pero también se ha sentido impotente.

Chen vive en la provincia de Hunan, situada en el sur de China, y desde allí hace todo lo que está en sus manos para apoyar a los miles de manifestantes que desde Hong Hong reclaman una mayor democracia para esta región administrativa. A finales de agosto, él y más de 20 personas se hicieron selfies en los que se cubrían el ojo derecho, en una muestra de solidaridad hacia una joven de Hong Kong que asegura que fue gravemente herida durante un enfrentamiento entre la policía y los manifestantes.

La semana pasada, la policía citó a Chen “para charlar”. Es la sexta vez que la policía lo interroga. Otras personas que también han publicado por las redes sociales un selfie parecido han sido igualmente interrogadas por la policía.

Los agentes amenazaron a Chen con encarcelarlo [si vuelve a apoyar públicamente a los manifestantes de Hong Kong] e insinuaron que otro gesto público de apoyo podría perjudicar gravemente al hijo del activista. La policía lo llama todos los días para comprobar su paradero. “Juegan al poli bueno y al poli malo. A veces son agradables y otras te amenazan. Intentan disuadirte de muchas maneras”, indica Chen.

Lo cierto es que a él no lo han disuadido. Suele burlar la censura de las autoridades chinas en Internet para acceder a páginas web extranjeras que proporcionan información sobre las protestas y cuelga los enlaces de estas noticias en un grupo de Wechat que tiene más de 200 miembros. Cada pocos días los censores consiguen cerrar el grupo, pero Chen y sus amigos lo vuelven a abrir. El grupo se encuentra ahora en su vigésima iteración. “Nuestra pasividad me avergüenza profundamente. Desde un punto de vista moral, si no se condena un delito, se es cómplice de él”, lamenta.

Decenas de intelectuales, activistas, como Chen, y gente común en China continental apoyan las protestas en Hong Kong pero las autoridades chinas han silenciado sus voces. En Pekín, los funcionarios se han apresurado a censurar las noticias relacionadas con las protestas en Hong Kong que contradicen la versión oficial y a detener a los pocos activistas que han viajado a esta región administrativa, que tiene un régimen jurídico especial.

En vísperas del Día Nacional de China, que se celebra el 1 de octubre y que conmemorará el 70 aniversario de la fundación de la República Popular China, las autoridades se están comportando con más cautela de lo habitual. En este sentido, tanto Chen como otros activistas chinos han recibido la orden de no viajar a Hong Kong hasta después del 10 de octubre.

La organización Chinese Human Rights Defenders ha documentado una veintena de casos de activistas chinos en el continente que han sido amenazados o detenidos por publicar mensajes de apoyo, viajar a Hong Kong o simplemente retuitear noticias sobre las protestas.

“La batalla del Gobierno por Hong Kong también se está librando en ciudades de la China continental”, escribe Frances Eve, subdirectora del departamento de investigación. “Preocupadas por la reacción que pueden generar las noticias sobre las protestas en Hong Kong, las autoridades chinas hacen horas extra y amenazan y detienen a los chinos del continente que comparten o comentan este tipo de noticias en la red”.

A Chen Quishi, un abogado que vive en Pekín y que viajó a Hong Kong a mediados de agosto, le cerraron su cuenta de Weibo unos días después de publicar tres vídeos de las protestas contra el Gobierno y que luego fueron publicados por otros en Youtube. Le ordenaron que regresara a Pekín y el martes dijo que tenía que informar a los “líderes” de lo que estaba haciendo en Hong Kong y cómo se publicaban sus vídeos. “Puedo entenderlo. Se acerca el Día Nacional de China así que es una cuestión delicada”, indica Chen Qiushi.

Wei Xiaobing, un activista de la provincia de Zhejiang, estuvo detenido durante 15 días en junio después de compartir un post en Facebook y un tuit que decía: “¡No pares, Hong Kong!”

Durante los últimos dos meses, la maquinaria propagandística de China ha estado en pleno funcionamiento y ha presentado a los manifestantes como alborotadores que buscan derrocar al Gobierno. Sin embargo, los activistas creen que muchas personas consiguen entender lo que está pasando a pesar de los esfuerzos de las autoridades por presentar otra versión de los hechos.

“En realidad, muchos jóvenes de China continental apoyan a Hong Kong, pero debido a la represión y a la vigilancia constante, no se atreven a hablar en voz alta”, afirma Lu, de 25 años, residente de Shenzhen, una ciudad situada al otro lado de la frontera con Hong Kong. En junio, el joven comenzó a asistir a las protestas, movido por la curiosidad.

Lu afirma que estaba conmocionado por el alcance y el tamaño de las protestas y el 7 de julio, cuando los manifestantes se manifestaron en una estación de ferrocarril de Kowloon que une China y Hong Kong, decidió unirse a la protesta.

Después de cruzar la frontera con Hong Kong esa mañana, con nerviosismo y algo de ropa para cambiarse, un bolígrafo y papel, se encerró en un baño de un establecimiento de la cadena KFC. Tembloroso, escribió un mensaje en un cartel que llevó a la manifestación: “Soy de China continental, ¡estoy agradecido con la gente de Hong Kong! ”¡No os rindáis, luchad por la libertad!

Poco más de un mes después de que Lu asistiera a varias protestas más, fue detenido durante 10 días en Shenzhen. Ahora ha huido a Tailandia y sopesa qué hacer a partir de ahora.

“Siento mucha vergüenza y culpabilidad. [Los chinos del continente] también deberíamos haber cargado con el peso de esta lucha. Ahora los ciudadanos de Hong Kong luchan por una causa que está provocando un derramamiento de sangre e incluso muertes”, escribió en Medium. Nuestra indiferencia e indulgencia ha alimentado la arrogancia de esta dictadura y nos ha puesto en peligro a todos“, afirma Lu.

La policía también ordenó a Chen que eliminara su cuenta o sus mensajes en Twitter, donde también está activo, pero este se negó. Chen cree que más ciudadanos chinos de a pie apoyarían las protestas si tuvieran la información correcta. “Mucha gente no sabe lo que está pasando”, señala.

“Como nuestros compatriotas de Hong Kong, no podemos retroceder. Debemos mantenernos firmes. Si apoyamos al pueblo de Hong Kong estamos apoyando una causa que nos concierne a todos”, afirma.

Traducido por Emma Reverter

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