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La oposición conservadora en Bolivia toma posiciones en el vacío de poder tras la maniobra del Ejército contra Morales

Evo Morales no participa en un debate presidencial desde hace 17 años

Icíar Gutiérrez

EFE —

La incertidumbre es total en Bolivia tras el vacío de poder generado por la renuncia de Evo Morales este domingo, presionado por policías y militares que pidieron su dimisión a pesar de que el mandatario había anunciado horas antes una repetición electoral. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el comandante de las Fuerzas Armadas. Pocas horas después, Morales anunciaba que se echaba a un lado para lograr la “pacificación” del país, sumido en una crisis política y social desde las elecciones del pasado 20 de octubre entre acusaciones de fraude electoral.

Pero Morales no fue el único en abandonar su cargo. Las autoridades llamadas a sucederle en el poder según lo estipulado por la Constitución también han anunciado su renuncia. La pregunta ahora es la misma: ¿quién debe tomar las riendas del país?

La Constitución boliviana, promulgada por el propio Morales en 2009, establece la línea de sucesión en caso de la renuncia del presidente recae en, por este orden, el vicepresidente del Gobierno, el presidente del Senado y el de la Cámara baja. “En caso de impedimento o ausencia definitiva de la presidenta o del presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la vicepresidenta o el vicepresidente y, a falta de esta o este, por la presidenta o el presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la presidente o el presidente de la Cámara de Diputados”, reza el artículo 169 de la Carta Magna.

La respuesta está, por tanto, en las cámaras legislativas del país. No obstante, el vicepresidente, Álvaro García Linera, anunció su renuncia este domingo junto a Evo Morales. Asimismo, lo han hecho los siguientes en la cadena de sucesión constitucional: la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y el jefe de la Cámara de Diputados, Víctor Borda. De acuerdo con los medios locales, también ha dicho que abandona su cargo el vicepresidente del Senado, Rubén Medinacell.

Un antecedente en 2005

Muchas miradas en Bolivia se están remontando a un antecedente de una situación similar que se produjo en 2005, cuando el entonces presidente Carlos Mesa y ahora principal candidato opositor -uno de los protagonistas de la crisis actual que atraviesa el país- renunció asediado por conflictos sociales. Mesa había asumido la presidencia en 2003 tras la dimisión de Gonzalo Sánchez de Lozada después de semanas de protestas y una represión que acabó con la muerte de más de 60 personas.

En medio de la crisis de 2005, también renunciaron a su derecho constitucional a suceder a Mesa los entonces presidentes del Senado, Hormando Vaca Díez, y de la Cámara de Diputados, Mario Cossío.

En este vacío de poder, quien asumió la presidencia fue el titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé, en junio de ese año. Rodríguez convocó en diciembre a las primeras elecciones generales que ganó Evo Morales. Sin embargo, esa figura, la que abría la puerta a que el titular de la Corte Suprema pudiera suceder al presidente, estaba permitida en la Constitución vigente hasta antes de 2009, pero el nuevo texto constitucional promulgado por Morales no la contempla.

¿Qué puede pasar ahora?

En medio de la confusión tras la salida de Morales, un nombre ha sonado con fuerza: el de la segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Áñez. En declaraciones a los medios, ha asegurado estar en condiciones de asumir la Presidencia del país para establecer un Gobierno de transición que convoque a nuevas elecciones. “Ocupo la segunda vicepresidencia y en el orden constitucional me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones”, ha dicho la representante de la bancada de la Unidad Demócrata, partido de corte conservador.

Según informa Efe, la senadora ha pedido “que quede bien claro que esto es simplemente una transición” y que de encontrarse otra vía de designación presidencial que prescinda de ella, la va a “aceptar”. Por su parte, Mesa ha reclamado al partido de Morales, MAS, que facilite la sucesión.

La Organización de Estados Americanos ha solicitado que la Asamblea legislativa que se reúna de forma urgente para “asegurar el funcionamiento institucional” . Según informan los medios locales, la asamblea, en las que el MAS tiene mayoría de dos tercios, tiene que aceptar formalmente las cartas de dimisión. En su misiva, que ha sido recibida este lunes por las cámaras, Morales oficializa “su renuncia obligada” y explica que su decisión obedece a “evitar” la violencia y su deseo de que retorne la “paz social” al país. García Linera también ha oficializado su marcha ya.

No está claro cuándo van a reunirse los legisladores y hay varias interpretaciones de cuál debería ser el camino a partir de ahora, ya que la Constitución solo prevé la cadena constitucional hasta un cargo que ya ha dimitido -así como la convocatoria de nuevas elecciones en un plazo máximo de 90 días-. Consultado por Efe, el abogado constitucionalista Gonzalo Hidalgo considera que, ante la ausencia de los titulares del Senado y de Diputados, la Comisión Mixta de Constitución de ambas cámaras debe llamar a una reunión de emergencia y “conseguir cómo van a señalar ahora una estructura de dirección de la Asamblea Legislativa”, en ausencia incluso del vicepresidente.

Hay quien aboga por nombrar a nuevos presidentes de las cámaras. En este escenario, defienden, el electo en el Senado asumiría la presidencia. Es el caso del experto constitucionalista Williams Bascopé, quien cree que la solución debe pasar por que el Congreso elija primero a los nuevos jefes de ambas cámaras. Lo mismo ha defendido al ser preguntada sobre quién la sucederá en el cargo y por tanto podría presidir el país, la expresidenta del Senado. Salvatierra ha dicho que le corresponderá a la Asamblea Legislativa establecer “una directiva, tomando en cuenta que la renuncia de la presidencia no necesariamente implica una sucesión en línea directa a la vicepresidencia, sino que se tiene que realizar una sesión y partir de eso tener una nueva presidencia de la Cámara de Senadores”.

Otros como el constitucionalista José Antonio Rivera consideran que la cadena de sucesión pasa del presidente del Senado a sus vicepresidentes sucesivamente, lo que abriría la puerta a que Áñez asuma el cargo, explica a El deber. Según el medio Los Tiempos, la senadora opositora está habilitada por el reglamento del Senado para “reemplazar a la presidenta o presidente y a la primera vicepresidenta o primer vicepresidente, cuando ambos se hallen ausentes por cualquier impedimento”. Para Rivera, en última instancia, si ninguno de los vicepresidentes del Senado y Diputados aceptan el cargo de presidente del Estado, “puede asumir el decano de los senadores o diputados”, es decir el que más tiempo lleve como legislador.

Por su parte, la OEA ha pedido “nombrar nuevas autoridades electorales que garanticen un nuevo proceso electoral”. Antes de su renuncia había aceptado la repetición de las elecciones y la renovación total del organismo electoral boliviano. Lo hizo tras un informe prelimitar de la organización regional, que estaba auditando los resultados. En él, advierte de serias irregularidades en el cómputo que dio como vencedor a Morales para un cuarto mandato consecutivo en primera vuelta. Lo que estaba en discusión no era su victoria, sino si el mandatario alcanzaba o no el 10% de los votos que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral. En su renuncia, el mandatario considera que la OEA tomó una decisión “política” y no técnica.

A partir del día después de las elecciones, las protestas y los enfrentamientos entre contrarios y afines al mandatario boliviano se han recrudecido en todo el país. Al menos tres personas han fallecido y 421 han resultado heridas. Tras la dimisión del presidente, los disturbios se han extendido por varias localidades, con incendios, saqueos y ataques a casas.

Morales denuncia un “golpe” en Bolivia

Durante su anuncio este domingo, Morales aseguró que renuncia para lograr la “pacificación” de Bolivia, al igual que insistió en que se había producido un “golpe cívico, político y policial”, una denuncia que plasma en su carta de renuncia y han repetido varios líderes latinoamericanos, desde Lula da Silva a Alberto Fernández, para mostrar su apoyo a Morales.

Unas horas antes, el comandante en jefe de la institución castrense, Williams Kaliman, y el comandante de la Policía Boliviana, Yuri Calderón, habían leído comunicados pidiendo la renuncia de Morales. Este lunes, Calderón ha renunciado a su cargo.

“Creo que tenemos que mirar de cerca lo que hace el Ejército en las próximas horas. ¿Se están extralimitando en su labor?”, ha dicho Jennifer Cyr, profesora asociada de ciencias políticas y estudios latinoamericanos en la Universidad de Arizona, a Associated Press sobre la posibilidad de que las fuerzas armadas para tomar el poder. “El vacío de poder deja un espacio abierto en el que podría entrar el Ejército”, concluye la experta.

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