Los demócratas ya han presentado su escrito de acusación y todo está listo para que Donald Trump sea el primer presidente de la historia de Estados Unidos en pasar por un segundo impeachment. Quieren procesarlo en un juicio político por “incitación a la insurrección” en el violento asalto de sus partidarios al Capitolio que acabó con cinco muertos y más de 50 policías heridos. Tienen los votos necesarios para arrancar el proceso, tienen pruebas sólidas y abrumador apoyo popular. Es casi seguro que lo harán este miércoles, pero ¿deberían hacerlo?
A favor: una cuestión de justicia
La razón más evidente y poderosa para hacerle un impeachment a Trump es que es culpable. La Constitución de EEUU reserva este proceso para una categoría particularmente grave de delitos, pero ¿qué hay más grave que un presidente que trata de invalidar unas elecciones para perpetuarse en el poder? ¿Y si además lo hace usando la violencia y desacreditando con engaños a las instituciones democráticas que ha jurado defender?
El escrito de acusación de los demócratas tiene solo cuatro folios y es inapelable. Pocos pueden dudar de que Donald Trump incitó a la violencia contra el Gobierno de EEUU el pasado seis de enero. Que habló a sus partidarios unos minutos antes del ataque y les invitó a “caminar hasta el Capitolio” para intimidar a los miembros del Congreso que se disponían a certificar la victoria de su rival. Más explícitamente, les recordó que “si no luchaban como en el infierno, no tendrían país”. Su pequeña charla motivacional acabó con cinco muertos, congresistas tirados bajo sus escaños y la vandalización de un parlamento democrático. Si el objetivo de un impeachment es hacer justicia, aquí hace mucha falta.
En contra: un gesto para la galería
Al valorar si hacerle o no un impeachment, es difícil no tener en cuenta que a Trump le queda una semana para dejar el cargo. Al final, el objetivo último del proceso es destituir al presidente y eso ya lo han hecho los votantes en las urnas. ¿Es realmente necesario hacer un impeachment para ahorrarnos unos pocos días después de cuatro años de abusos? Y luego está el tema de los plazos: ¿hay siquiera tiempo material para hacer un impeachment?
Los demócratas saben que no. Uno de sus líderes ya ha explicado que la Cámara de Representantes podría aprobar la acusación a Trump esta misma semana y luego detener el proceso para que el juicio en el Senado no se produzca hasta bien entrado el mandato de Joe Biden. Todo ello con un resultado más que incierto. La cámara alta sólo puede condenar a Trump por mayoría de dos tercios, es decir, un veredicto de culpabilidad requeriría los votos de al menos 17 senadores de su propio partido. Hoy por hoy, suena casi imposible. Y si el objetivo final está tan difícil, ¿no será mejor no intentarlo?
A favor: la posibilidad de acabar con Trump para siempre
Uno de los grandes atractivos de hacerle un impeachment a Trump es que es el único procedimiento que de verdad puede suponer el final de su carrera política. La Constitución establece que a la destitución se puede sumar otra posible pena que los demócratas ya han incluido en su resolución: la prohibición de volver a ocupar un cargo público durante toda su vida. Esto impediría a Trump volver a presentarse a presidente, lo que es una buena noticia para los demócratas que le odian, pero también para muchos líderes republicanos a los que les gustaría probar suerte en 2024 y no quieren competir con él en primarias.
Ese castigo es exclusivo del impeachment. Incluso si el vicepresidente y la mayoría del gobierno de Trump decidieran incapacitar al presidente usando la 25ª enmienda, nada le impediría volver a intentar llegar a la Casa Blanca.
En contra: puede resucitarlo y unir a los republicanos
Trump cae en las encuestas desde el asalto al Capitolio y muchos de los que han sido sus aliados en el Congreso lo han abandonado después de que pusiera en peligro su seguridad. Un puñado de políticos republicanos ha dicho incluso que Trump debería marcharse antes del final de su mandato el 20 de enero. Sin embargo, no conviene engañarse: un 70% de los votantes republicanos no cree siquiera que Trump tenga la culpa de lo sucedido y solo un 15% de ellos está a favor del impeachment. Esa es la gente que vota en las primarias republicanas y a quien más escuchan los senadores que tendrían que juzgar a Trump.
Incluso algunos republicanos que se plantearían votar por el impeachment advierten de que el procedimiento podría unir en vez de dividir a su partido. Un juicio político cuando le queda una semana para salir de la Casa Blanca podría reforzar ante algunos votantes republicanos la imagen de “mártir” de Trump y su narrativa de víctima de una caza de brujas.
A favor: un poderoso precedente
Un buen motivo para hacerle un impeachment a Trump es pensar en el futuro. En los futuros presidentes y su tentación de llevar a EEUU hacia el autoritarismo. ¿Qué mensaje están enviando los demócratas si no toman las medidas más serias cuando un presidente ataca frontalmente la democracia? Si no lo hacen, ¿no están invitando a que la situación se repita?
Los demócratas le hicieron su primer impeachment a Trump por chantajear a un líder extranjero para que investigara a sus rivales políticos. Esto, siendo muy grave, ni siquiera se acerca al nivel de enviar una turba violenta a tu propio parlamento para evitar que certifiquen tu derrota en las urnas. Incluso la acusación secundaria, la de haber presionado a una autoridad electoral para que le diera la vuelta a los resultados de su estado, es bastante peor. Sólo por establecer un precedente, los demócratas tienen que pensarlo.
En contra: impide al país pasar página
Este es el argumento más usado por los republicanos estos días, pero no por ello es falso. El país lleva cuatro años de división profunda, de guerra política total. La elección de Joe Biden puede suponer un nuevo comienzo de una época más sosegada, pero cerrar heridas será mucho más difícil con un juicio por impeachment en marcha. Por primera vez en una década, los demócratas tienen la Casa Blanca y la mayoría en ambas cámara del Congreso, una oportunidad histórica de hacer cambios sustanciales. ¿Cuánto tiempo quieren perder en procesar a un presidente que se va o que ya se ha ido?