La operación para evacuar a la población civil de Alepo ha comenzado este jueves. El Comité Internacional de la Cruz Roja ha confirmado que ha empezado a desplazar a 200 personas heridas, según recoge la BBC. Una flota de ambulancias y autobuses ha puesto en marcha una evacuación más amplia de rebeldes y civiles.
Tras el acuerdo fallido del miércoles, esta madrugada el régimen sirio y las fuerzas insurgentes han llegado a un nuevo consenso para permitir la entrada de los autobuses destinados para la evacuación. El acuerdo ha sido posible tras nuevas conversaciones entre Turquía y Rusia, países garantes de la oposición y el régimen sirio, respectivamente. Ambos habrían pactado un nuevo alto el fuego, en vigor desde la madrugada del jueves, según han informado fuentes de la inteligencia turca y líderes rebeldes a la agencia Anadolu.
Los vehículos deberían haber comenzado a evacuar a los rebeldes y a la población civil del este de Alepo el miércoles, aunque finalmente no se respetó el alto el fuego para permitir la entrada de los mismos en la localidad.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, grupo opuesto al Gobierno de Asad, fueron las autoridades sirias las que impidieron la aplicación del primer pacto forjado entre Rusia y Turquía por no haber sido consultadas, mientras que las fuerzas opositoras acusan a Irán.
Una vez entre en vigor la tregua
Fuentes de la oposición siria habían señalado que los vehículos habilitados para facilitar la evacuación de los civiles no comenzarían con esta tarea hasta que se hiciese efectiva la tregua. Medios locales han informado de que al menos dos personas han resultado heridas en la mañana de este jueves mientras despejaban los accesos a la parte este de la ciudad.
Además, según ha informado CNN, las fuerzas leales al régimen habrían abierto fuego contra algunas ambulancias que también intentaban evacuar a la población. Con todo, se espera que los residentes de la zona asediada lleguen a la ciudad de Idlib, situada al suroeste de Alepo y controlada por las fuerzas de oposición.
Según datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, unas 15.000 personas pretenden abandonar la zona asediada de Alepo, de las que 5.000 son insurgentes y 10.000 civiles, entre los que hay familiares de combatientes.
Los combates entre fuerzas leales a Damasco y opositores se reanudaron en Alepo el miércoles apenas unas horas después del cese de hostilidades, en los que murieron al menos diez personas y resultaron heridas otra treintena, la mayoría en áreas controladas por las fuerzas armadas sirias.