Bruselas y Londres han llegado a un acuerdo de 585 páginas, respaldado este miércoles en una intensa reunión del Gabinete británico y tras año y medio de negociaciones. Pero el Brexit aún no está cerrado del todo.
¿Qué pasa ahora?
Theresa May tendrá que afrontar duras intervenciones de los comunes este jueves. Mientras tanto, Bruselas ha afirmado que se han hecho “progresos decisivos” y este jueves por la mañana decidirá la fecha de la cumbre de jefes de Gobierno para sancionar el acuerdo, a finales de mes.
Después de esto, el Gobierno se someterá, seguramente en diciembre, a una votación crucial en el Parlamento donde los diputados tendrán que decidir si apoyan o no el acuerdo. El Reino Unido está previsto que abandone la UE el 29 de marzo, momento en el cual entrará en vigor el llamado periodo de transición.
Si Westminster tumba el cuerdo, lo más previsible es que tumbe el Gobierno y se convoquen elecciones generales. Y, a continuación, que haya un nuevo referéndum sobre el Brexit o que haya un Brexit sin acuerdo o que se posponga la fecha del Brexit.
Por parte de la UE, el proceso es más sencillo: basta con una mayoría simple en el Parlamento Europeo y que 20 países que representen el 65% de la población europea lo aprueben en el Consejo de la UE.
El presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk, ha convocado para el domingo 25 de noviembre a las 9.30 a los jefes de Gobierno de los Estados miembros a una cumbre en Bruselas para ratificar el acuerdo.
Las primeras reacciones
El líder laborista, Jeremy Corbyn, quien confiaba en que el Brexit se llevara al Gobierno de May por delante, ha afirmado que el acuerdo no respondía al interés nacional porque “no satisface las necesidades de todas las partes de Gran Bretaña”. No obstante, hasta este jueves no se anunciará el sentido del voto definitivo de los laboristas en el Parlamento.
Algunos diputados tories están molestos, porque entienden que el Reino Unido seguirá atado a normas comunitarias en el futuro.
A pesar del respaldo del Gabinete, May afronta una batalla para superar el trámite parlamentario. Los unionistas que le sostienen, el DUP, se ha sumado a las críticas al acuerdo. Críticas, por el lado contrario, que también ha expresado la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon: “Es malo para Escocia, porque nos saca de un mercado único ocho veces mayor que Reino Unido y amenaza puestos de trabajo, inversiones y el nivel de vida”.
¿De qué estamos hablando?
585 páginas, 185 artículos y tres protocolos tras año y medio de negociaciones. El acuerdo de retirada es una suerte de divorcio detallado. Incluye un compromiso para proteger los derechos de los ciudadanos comunitarios en el Reino Unido y de los británicos en la UE, para poder seguir viviendo, trabajando y estudiando donde lo estén haciendo. También se ha planeado un periodo de transición de 21 meses –que puede ser prorrogable, según el acuerdo–después de que Reino Unido deje la UE el 29 de marzo de 2019, y un compromiso financiero del Reino Unido, de entre 35.000 y 39.000 millones de libras.
El asunto que más ha costado desbloquear es el backstop, la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, que no será física.
Ambas partes se han comprometido en asegurar que hay soluciones alternativas a la frontera. El negociador de la UE, Michel Barnier, ha dicho en la rueda de prensa que si no está claro el acuerdo de la relación futura tras el Brexit entre las dos partes para julio de 2020, el periodo de transición podría prorrogarse.
Todo esto podría terminar evolucionando en un territorio de mercado común entre la UE y el Reino Unido, sin aduanas en las fronteras para que no se parta el Reino Unido por el mar de Irlanda, porque Irlanda del Norte estará asimilada al mercado único de la UE porque es “esencial para evitar una frontera dura”, ha afirmado Barnier.
Y queda negociar la relación entre Reino Unido y la UE tras el Brexit, que es lo que debería concretarse en el periodo de transición, un marco regulatorio, económico y comercial.
Desbloqueo de la frontera irlandesa
El acuerdo desbloquea el punto más complicado: el backstop irlandés, para evitar una nueva frontera física en la isla de Irlanda si las partes no logran un acuerdo de libre comercio después de un período de transición de 21 meses –que se puede prorrogar–.
En un intento por despejar las preocupaciones británicas de que Irlanda del Norte se dividiría del resto de Gran Bretaña, las dos partes acordaron un territorio aduanero único entre la UE y el Reino Unido. Irlanda del Norte seguiría las normas del mercado único de la UE sobre el movimiento de todos los productos, incluidos los agrícolas.
Con el Reino Unido aplicando el Código de Aduanas de la UE en Irlanda del Norte, las empresas de Irlanda del Norte llevarán las mercancías al mercado único sin restricciones.
El borrador también estipula que la economía de Irlanda del Norte conserva el acceso sin restricciones al resto del Reino Unido. A solicitud de Londres, Irlanda del Norte aplicará todas las reglas del mercado único para la electricidad.
En el territorio aduanero único de la UE y el Reino Unido, las mercancías del Reino Unido disfrutarán de acceso libre de aranceles. Para garantizar que la competencia sea justa para los productos manufacturados, existen disposiciones sobre ayudas estatales, competencia, impuestos, normas sociales y medioambientales.
Fuentes diplomáticas de la UE habían expresado sus temores de que las empresas británicas pudieran fabricar productos a precios más bajos si no cumplían con los estándares de la UE. Ambas partes se han dado hasta el 1 de julio de 2020 para perfilar un acuerdo para reemplazar el backstop. Si no se consigue para entonces, podrían extender el período de transición.
Periodo de transición prorrogable
Durante un periodo de transición, que finaliza el 31 de diciembre de 2020 si no se acuerda prolongarlo, la legislación de la UE se aplicará para que las administraciones nacionales y las empresas tengan tiempo para prepararse para la relación futura entre Reino Unido y la UE.
Esto significa que el Reino Unido seguirá participando en la Unión Aduanera de la UE y en el Mercado Único. Permite a Gran Bretaña el acceso continuo al mercado de los 27 países restantes de la UE, pero debe respetar las normas sobre libre circulación de bienes, capitales, servicios y trabajo.
El Gobierno británico, eso sí, perderá el derecho de voto sobre cualquier decisión tomada por los otros 27 Estados miembros, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.
¿Y los ciudadanos?
El borrador del acuerdo preserva los derechos de los más de tres millones de ciudadanos de la UE que viven en Gran Bretaña y del millón de ciudadanos británicos que viven en la UE.
Los ciudadanos de la UE y el Reino Unido, así como los miembros de su familia, pueden seguir viviendo, trabajando o estudiando disfrutando de un trato igual al de los nacionales anfitriones en virtud de las leyes respectivas.
Se aplicará a los ciudadanos que hayan llegado antes de que finalice el período de transición. Mantendrán su derecho a la atención médica, pensiones y otros beneficios de la seguridad social.
Lo que cuesta
El Gobierno unido cree que las obligaciones financieras pendientes de Gran Bretaña con la Unión son de unos 39.000 millones de libras (44.000 millones de euros).
Las disputas entre empresas u otras entidades se consultarán en un comité conjunto y, si no se puede encontrar una solución mutuamente acordada, se resolverá por un panel de arbitraje independiente.
Gibraltar
El acuerdo prevé la cooperación hispano-británica en materia de derechos de los ciudadanos, tabaco y otros productos, medio ambiente, policía y aduanas.
Establece las bases para la cooperación administrativa para lograr una total transparencia en asuntos fiscales, combatir el fraude, el contrabando y el lavado de dinero.
Vino de Jerez
El acuerdo diseña la retirada del Reino Unido de Euratom, el tratado de la UE sobre energía nuclear, protege la propiedad intelectual, incluidas las marcas comerciales, así como más de 3.000 denominaciones de origen de la UE. Estas últimas cubren marcas regionales como cordero galés, jamón de Parma, champán, Bayerisches bier, queso Feta, vino Tokaj, Pastel de Tentúgal, Vinagre de Jerez.
El acuerdo apunta a garantizar que no haya perturbaciones o pérdidas de derechos para los 11.000 civiles chipriotas que viven y trabajan en las áreas de las bases militares soberanas británicas. Su objetivo es garantizar que la legislación de la UE continuará aplicándose en las áreas de base, incluidos los impuestos, las mercancías, la agricultura, la pesca y las normas veterinarias y fitosanitarias.
Relación futura
Al margen del acuerdo de divorcio, las dos partes aún tienen que negociar su futura relación, particularmente en materia de comercio.