¿Y ahora qué?: preguntas y respuestas sobre las elecciones alemanas
Victoria por la mínima de los socialdemócratas alemanes en unas reñidas elecciones federales. Alemania se dirige, casi con toda seguridad, a formar una coalición de tres partidos para gobernar. Hay varias alianzas sobre la mesa y tanto el Partido Socialdemócrata (SPD) como el bloque conservador CDU/CSU (la Unión Cristianodemócrata y su hermano en Baviera, la Unión Socialcristiana) han dicho que quieren gobernar.
Se avecinan arduas negociaciones para decidir quién ocupará la cancillería. Si hay algo seguro es que el país se encuentra en un punto de inflexión: la era Angela Merkel termina después de 16 años, y comienza algo nuevo.
¿Quién ha ganado?
En un emocionante cara a cara, el SPD ha ganado las elecciones por un margen estrecho, de 1,6 puntos, al bloque conservador CDU/CSU, según los resultados preliminares. Los socialdemócratas, con el actual vicecanciller y ministro de Hacienda como candidato a canciller, Olaf Scholz, han obtenido el 25,7% de los votos, mientras el bloque conservador, liderado por Armin Laschet, ha cosechado el 24,1%.
El porcentaje supone una mejora de 5,2 puntos respecto a las elecciones de 2017, cuando el SPD obtuvo su peor resultado hasta la fecha con un 20,5%.
El SPD venía liderando las encuestas tras protagonizar una sorprendente remontada, pero los últimos sondeos habían mostrado una carrera mucho más reñida, cercana al empate técnico, con la CDU acortando distancias en la recta final. La subida de los socialdemócratas se ha atribuido en gran medida a Scholz, un político del ala centrista del partido, percibido como experimentado y competente, y una figura conocida. También ha tenido la capacidad de presentarse ante la opinión pública como el heredero de Merkel. Muchos analistas lo consideran el más merkeliano de los tres principales candidatos, y creen que se ha visto favorecido por los errores de sus contrincantes.
¿Qué ha pasado con el bloque conservador?
El batacazo de la CDU, el partido de la canciller saliente, Angela Merkel, y la CSU, que han gobernado desde 2005, es otra de las grandes noticias de la noche. El bloque conservador ha sufrido una derrota histórica, con su peor resultado en siete décadas, a pesar de haber remontado ligeramente en los últimos días. Caen casi nueve puntos respecto a 2017.
El candidato de la CDU y primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Laschet, se ha mostrado propenso a las meteduras de pata –por ejemplo, fue captado por las cámaras riéndose durante una visita a una zona devastada por las inundaciones de julio– y débil dentro de su propio partido. Algunos analistas consideran que ya era de por sí un candidato gris y no ha sabido rentabilizar la popularidad y la labor de Merkel.
¿Cómo han quedado los Verdes?
Los resultados han confirmado la subida de los Verdes que vaticinaban las encuestas respecto a las elecciones de 2017, con el 14,8%, 5,8 puntos más. Es el partido que más sube y se convierte en la tercera fuerza política de Alemania, con el mejor resultado de su historia. Todo apunta a que, junto a los liberales, serán piezas claves para la formación del Gobierno. Los Verdes ya estuvieron en el Ejecutivo federal antes de la llegada de Merkel, con el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder.
Paradójicamente, dadas sus altas expectativas a principios de año, la formación está entre las perdedoras de los comicios. Sin embargo, si se miran los resultados de 2017, se encuentran entre las grandes ganadoras: en ese momento eran el grupo parlamentario más pequeño con un 8,9%.
El liderazgo en las encuestas a principios de año y la prioridad a su tema central, la protección del clima, hicieron que los Verdes nombraran por primera vez a una candidata a canciller. Pero los errores de Annalena Baerbock le han pasado factura. La formación ha intentado posicionarse de manera más amplia para abrirse a otros grupos de votantes.
Cabe destacar el apoyo de los jóvenes: las encuestas apuntan a que los menores de 25 años votaron principalmente a los Verdes, así como a los liberales. Según ha explicado Max Roser, del portal especializado Our World in Data, a los Verdes les ha ido muy bien en las ciudades, pero mal en las zonas rurales del país.
¿Y los liberales?
Los liberales del FDP, un partido proempresarial que tradicionalmente ha actuado de bisagra, ha cosechado un 11,5%, y crece levemente, 0,7 puntos más que en 2017. En la campaña electoral, el FDP se ha centrado en la política económica y fiscal. Se ha opuesto claramente, por ejemplo, a las subidas de impuestos. Es probable que el FDP desempeñe un papel importante en la formación de un nuevo Gobierno. En 2017, las conversaciones exploratorias con la CDU/CSU y los Verdes fracasaron y el partido está decidido a formar parte del Ejecutivo esta vez, preferiblemente con la Unión.
¿Qué ha pasado con la ultraderecha?
La ultraderecha, Alternativa para Alemania (AfD), ha bajado respecto a las elecciones de 2017, cuando entró por primera vez como tercera fuerza en el Parlamento. AfD pierde su posición como principal partido de la oposición, pero la caída no es muy grande, de apenas 2,3 puntos, y volverán a ingresar en el Bundestag con un 10,3% de los votos. Algunos analistas creen que se han visto afectados por el cisma interno, se han movido mal en las instituciones estos años y se han centrado en temas que no movilizan voto más allá de su base electoral.
De todos modos, la ultraderecha no entra en las quinielas de coaliciones debido al estricto cordón sanitario al que está sometida. Pero ha sido el partido más fuerte de Turingia y Sajonia, al este.
¿Y La Izquierda?
El partido Die Linke, La Izquierda, ha estado a punto de quedarse fuera del Bundestag. Con el 4,9%, ha caído por debajo de la barrera del 5% para ingresar al Parlamento. Pero ha podido defender tres escaños obtenidos por mandatos directos en las elecciones, por lo que volverán a estar representados. En 2017, la formación había obtenido el 9,2% de los votos. Como a AfD, a La Izquierda le ha ido mucho mejor en el este que en el oeste del país.
¿Quién va a gobernar?
No se sabe. La alianza de partidos que gobernará Alemania y bajo qué cancillería siguen sin estar claros por el momento. El margen estrecho hace esperar unas conversaciones exploratorias y de coalición complicadas y probablemente largas.
El canciller alemán no es elegido directamente, sino que se escoge mediante una votación en el Bundestag. Merkel podría permanecer en su puesto durante semanas, si no meses, mientras los partidos intentan formar una coalición. Tras las últimas elecciones, en 2017, se necesitaron más de seis meses para alcanzar un acuerdo y formar la actual “gran coalición” de conservadores y socialdemócratas.
Tanto el SPD como la CDU han dicho que quieren intentar formar gobierno, y que quieren que haya uno nuevo antes de Navidad. En el debate televisado entre los principales candidatos la noche electoral, llamado tradicionalmente la “ronda de los elefantes”, Scholz ha dicho que ha recibido el mandato de los votantes para liderar el próximo Gobierno.
Este lunes, Scholz ha insistido en que la CDU/CSU no solo ha perdido una cantidad considerable de votos, “sino que también recibieron el mensaje de los ciudadanos de que ya no deberían estar en el gobierno, sino que deberían pasar a la oposición”. También ha ratificado su voluntad de formar coalición con los Verdes y el Partido Liberal.
Pese a su mal resultado, Laschet insistió el domingo en que puede construir una coalición aunque sea segundo. Este lunes, varios medios alemanes reflejan fuertes presiones del bloque conservador sobre Laschet tras la gran caída de votos. “El segundo puesto no puede interpretarse como un mandato para formar el próximo Gobierno. Hacemos una oferta”, ha dicho el líder de la CSU, Markus Söder, cortejando al FDP y a los Verdes, aunque ha dejado claro que su partido no buscaría esa coalición a cualquier precio. Laschet ha dado una impresión más modesta este lunes, sin ceder del todo. “Ningún partido puede extraer de este resultado un mandato claro para gobernar”, ha dicho.
¿Quiénes tendrán la llave?
Todo apunta a que liberales y Verdes tendrán la llave. Otra de las noticias de la noche fue que Christian Lindner, líder del FDP ha sugerido reunirse primero con los líderes de los Verdes antes de entrar en conversaciones de coalición. Pero puede que tengan dificultades para ponerse de acuerdo. Este lunes, Lindner ha confirmado que la ejecutiva del partido ha decidido emprender “conversaciones exploratorias preliminares” con los Verdes.
Tal acercamiento tiene “mucho sentido”, opina Jeremy Cliff, periodista de New Statesman, que recuerda que Los Verdes están más cerca del SPD y el FDP está más cerca de la CDU/CSU. “Ambos están decididos a entrar en el Gobierno y las mayores diferencias en temas como las grandes fiscales y climáticas serían los mayores escollos (...). Si (y es un gran 'si') los dos pueden encontrar compromisos en esas diferencias, los coloca en una posición fuerte para hacer subir el precio político de su apoyo al SPD o a la CDU/CSU”.
“Ese terreno común entre los dos implicaría probablemente una mezcla de mecanismos estatales y de mercado para descarbonizar la economía, mayores inversiones públicas dentro de las limitaciones del políticamente sagrado freno de la deuda de Alemania y ministerios importantes para ambos (el FDP quiere Hacienda, los Verdes Exteriores y alguna forma de megaministerio de medio ambiente y economía)”, concluye.
¿Qué coaliciones pueden formarse?
En Alemania, los pactos de coalición son la norma. Tras años de alianzas bipartidistas, el nuevo Gobierno necesitará, casi con toda seguridad, tres partidos. Los tripartitos son habituales en los parlamentos regionales, pero no se ven a nivel nacional desde la década de 1950, recoge la agencia AFP.
Los resultados dan mayoría a tres posibles coaliciones, conocidas por los colores tradicionales de los partidos. Actualmente, sumarían suficientes escaños en el Bundestag tanto una coalición “semáforo”, entre SPD, liberales y Verdes, –por la que se inclina Scholz– como la “Jamaica”, entre CDU/CSU, liberales y Verdes. Teóricamente aún sería posible reeditar la “gran coalición” entre socialdemócratas y conservadores, que contaría con una mayoría suficiente, pero muchos analistas la consideran improbable en términos políticos. El rojo-verde-rojo, tripartito de izquierdas con Die Linke, no tiene mayoría.
¿Y ahora qué?
Varios analistas han dejado claro que la batalla por el poder no termina este domingo. Más bien, recuerdan, no ha hecho más que empezar. No existen reglas formales para formar un gobierno. Por tradición, la parte más fuerte invita a hablar, recuerda el Süddeutsche Zeitung. Pero también ha habido elecciones después de las cuales la segunda fuerza ha formado una coalición. Así que nada impide que haya conversaciones exploratorias en paralelo. En esta fase inicial no hay límite de tiempo.
Ahora, los partidos intentarán conocer las líneas rojas de cada uno y saber si pueden trabajar juntos. Habrá reuniones. Según AFP, el SPD y la CDU-CSU tienen previsto reunirse el martes y los Verdes han convocado un congreso del partido para el próximo sábado en el que podrían decidir con quién entablarán conversaciones exploratorias.
A continuación, hay que definir los detalles. Si los partidos están de acuerdo en formar una alianza, deben iniciar las negociaciones formales de la coalición, con varios grupos de trabajo que se reúnen para discutir las cuestiones políticas. Al final de estas negociaciones, los partidos deciden quién estará a cargo de cada ministerio y firman un acuerdo de coalición, informa la agencia francesa. El actual Gobierno permanece mientras en funciones.
Después, los partidos designan a quien quieren que sea canciller antes de la votación oficial en el Bundestag. El jefe de Estado, Frank-Walter Steinmeier, debe proponer al Parlamento un posible canciller. El candidato necesitará la mayoría absoluta. Si no se consigue, se celebra una segunda votación dos semanas después. Si sigue sin haber mayoría absoluta, hay una tercera votación en la que basta con una mayoría relativa.
¿Qué ha pasado en Berlín y Mecklenburgo-Antepomerania?
Además de las elecciones federales, este domingo se celebraron también comicios en la ciudad-estado de Berlín, así como en el “Land” de Mecklenburgo-Antepomerania, en el noreste. En ambos ha ganado el SPD. En la capital, ha vencido además en una consulta específica la opción de expropiar a grandes propietarios inmobiliarios.
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