Prometía ser una final de infarto, y lo ha sido. El Partido Socialdemócrata (SPD) ha ganado la mayor parte de los votos en unas elecciones generales ajustadas que ponen fin a la era Angela Merkel, según los resultados provisionales. El margen estrecho respecto al bloque conservador CDU/CSU (Unión Cristianodemócrata y Unión Socialcristiana), de 1,6 puntos de diferencia, hace vaticinar negociaciones difíciles para formar un nuevo Gobierno, en el que, previsiblemente, Verdes y liberales tendrán la llave.
De acuerdo con los resultados preliminares publicados por la Oficina electoral federal, los socialdemócratas, con el actual vicecanciller y ministro de Hacienda como candidato a canciller, Olaf Scholz, han obtenido el 25,7% de los votos, mientras el bloque conservador, liderado por Armin Laschet, ha cosechado el 24,1%.
La Unión, que ha gobernado desde 2005, se enfrenta a un colapso histórico. Se trata del peor resultado de la CDU/CSU en unas elecciones federales de la posguerra –hasta ahora, su mínimo era el 31% que ganó en 1949–. Si se compara con los resultados de las elecciones de 2017, la Unión (CDU/CSU) pierde 8,9 puntos, mientras que el SPD sube 5,2.
Ambos partidos han afirmado que quieren gobernar. En un debate televisado entre los principales candidatos tras conocerse los resultados provisionales, llamado tradicionalmente la “ronda de los elefantes”, Scholz ha dicho que ha recibido un “mandato muy claro” de los votantes para liderar el próximo Gobierno. Sin embargo, Laschet ha insistido en que puede construir una coalición a pesar de terminar segundo. “No siempre el partido ganador ha puesto al canciller”, ha dicho.
Los Verdes, los que más suben
Los resultados también confirman la esperada subida de los Verdes respecto a las elecciones de 2017, con el 14,8%, 5,8 puntos más, que los coloca terceros. La formación ha calificado sus resultados de históricos. Se trata de la mayor subida experimentada respecto a los comicios de hace cuatro años.
Los liberales del FDP han obtenido el 11,5%, 0,7 puntos más. Mientras, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), sometida a un estricto cordón sanitario, se ha hecho con el 10,3% de los votos, y pierde 2,3 puntos respecto a los anteriores comicios, cuando entró por primera vez como tercera fuerza en el Parlamento. Die Linke, La Izquierda, ha cosechado el 4,9% de los votos, 4,3 puntos menos que hace cuatro años.
El SPD tiene una asignación de 206 escaños de 735 en el Bundestag. La Unión recibe 196, seguida por los Verdes, con 118 asientos. Los liberales del FDP se hacen con 92 escaños, AfD, 83, y Die Linke, 39.
En una de las elecciones más inciertas e impredecibles de la historia reciente del país, los alemanes han acudido este domingo a las urnas para elegir a los diputados que conformarán la cámara baja del Parlamento federal, el Bundestag, encargados de elegir al nuevo canciller que sucederá a Merkel. Para entrar en el Bundestag, los partidos tienen que obtener, como mínimo, el 5% de los votos o al menos tres escaños de los 299 distritos electos directamente. Gracias a que ha obtenido estos tres escaños por mandato directo, La Izquierda podrá ingresar en el Parlamento.
Scholz: “Quiero ser el próximo canciller”
La noche electoral se avecinaba larga. Los primeros sondeos a pie de urna mostraban un empate técnico entre el SPD y la CDU/ CSU, pero no incluían los votos por correo, que, según los expertos, podrían suponer más del 40% del total de los votos emitidos. En las proyecciones, el SPD fue ganando terreno. Finalmente, los resultados provisionales han confirmado una ajustada victoria.
Preguntado por sus socios de coalición preferidos en el debate televisivo, Scholz ha dicho que cree que hay “una gran sintonía” con los Verdes, pero las conversaciones de coalición tendrán que incluir también a un tercer partido, lo que complica las cosas. En campaña, Scholz, que se ha presentado como el candidato del continuismo, se ha inclinado por una alianza con Verdes y liberales, la llamada coalición “semáforo”, por los colores tradicionales de los partidos.
“Yo lo que quiero es ser el próximo canciller de la República, y mi tarea es darlo todo para conformar un Gobierno para responder al deseo de la ciudadanía”, ha concluido Scholz antes de finalizar el debate.
Por su parte, el candidato de la CDU/CSU, Laschet, ha dejado claro que piensa que una coalición entre CDU/CSU, Verdes y los liberales, llamada “Jamaica”, encajaría mejor que entre el SPD, los Verdes y los liberales.
Se considera que los Verdes van a ser una pieza clave en la formación del próximo Ejecutivo. Preguntada por las posibles opciones de coalición y si se inclinarían más hacia el SPD o la CDU, la candidata a la cancillería de la formación, Annalena Baerbock, no ha dado una respuesta concreta y ha insistido en que la responsabilidad de su partido es garantizar que las cuestiones climáticas estén adecuadamente representadas en el próximo Gobierno.
Los liberales también pueden tener la llave del próximo Ejecutivo. Christian Lindner, líder del partido proempresarial, ha sugerido reunirse primero con los líderes de los Verdes antes de entrar en conversaciones de coalición. “La mayor coincidencia política es entre el bloque conservador y el FDP. Para nosotros, las ideas de subidas de impuestos, de suavizar el freno de la deuda no son aceptables”, ha dicho.
El nuevo Gobierno necesitará, casi con toda seguridad, tres partidos. Según las estimaciones, sumarían en escaños en el Bundestag tanto la coalición gubernamental “semáforo” como la “Jamaica”. El rojo-verde-rojo, tripartito de izquierdas, por ahora no tiene mayoría. Teóricamente aún sería posible reeditar una “gran coalición” entre socialdemócratas y conservadores, que contaría con una mayoría suficiente, pero muchos analistas la consideran poco viable en términos políticos. La ultraderecha no entra en las coaliciones debido al cordón sanitario.
Meses de negociaciones
Los tres principales partidos han tomado la delantera en las encuestas de intención de voto en distintas etapas, pero el SPD las venía liderando desde finales de agosto tras protagonizar una sorprendente remontada, pero los últimos sondeos habían mostrado una carrera mucho más reñida, cercana al empate técnico, con la CDU acortando distancias en la recta final.
La subida de los socialdemócratas se ha atribuido en gran medida a Scholz. Se trata de un político del ala centrista del partido, percibido como experimentado y competente, y una figura conocida en el país. También ha tenido la capacidad de presentarse ante la opinión pública como el heredero de Merkel y ha entrado en la lucha por capitalizar su legado. Muchos analistas, de hecho, lo consideran el más merkeliano de los tres candidatos en liza, y creen que se ha visto favorecido por los errores no forzados de sus contrincantes.
Sin embargo, muchos analistas han dejado claro que la batalla por el poder no termina este domingo. Más bien, recuerdan, no ha hecho más que empezar. También han alertado de que el hecho de que un candidato quede primero no significa necesariamente que pueda gobernar.
Con resultados tan ajustados, se espera que las conversaciones y negociaciones para llegar a un acuerdo de coalición para formar gobierno se extiendan durante semanas e incluso meses. Tras las elecciones de septiembre de 2017, no hubo un nuevo gobierno hasta marzo.
Scholz ha dicho que quiere concluir las negociaciones de la coalición antes de Navidad. Hará, ha recalcado, “todo” para conseguirlo. El rival de la CDU, Laschet, ha dicho casi lo mismo.
Mientras tanto, el actual Ejecutivo permanecerá en funciones, por lo que se espera que Merkel aún tenga que quedarse en el cargo durante un tiempo. Si siguiera siendo canciller el 17 de diciembre, podría superar el récord de permanencia en el cargo del exlíder de su partido, Helmut Kohl.