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Alternativa por Alemania lidera un tercer grupo ultra en el Parlamento Europeo

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —

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El Parlamento Europeo tendrá un tercer grupo de ultra. Alternativa por Alemania, que quedó en segunda posición en las elecciones europeas, ha logrado armar la mayoría suficiente para tener un grupo parlamentario tras haber roto en plena campaña con Marine Le Pen y Matteo Salvini por los comentarios de su candidato justificando las SS. Integrado por grupúsculos de otros siete países, 'Europa de las Naciones Soberanas', que pasa por la derecha a Patriotas por Europa (el grupo de Viktor Orbán, Le Pen, Salvini y Vox) y a los Conservadores y Reformistas de Giorgia Meloni, echará a andar esta legislatura con 25 eurodiputados de formaciones marginales.

Con 15 escaños, Alternativa por Alemania es el principal partido que integra el grupo y lo presidirá su eurodiputado René Aust, según se ha acordado en la reunión en la que ha quedado formalmente constituido. AfD había negado estar impulsado esa alianza hace un par de semanas. Con tres eurodiputados, los búlgaros prorrusos de Revival son la siguiente delegación más grande junto con una parte de los parlamentarios electos del partido ultraderechista polaco Konfederacja -la otra mitad se han quedado en los no inscritos-. Completan el grupo delegaciones unipersonales, como el húngaro Movimiento Nuestra Patria, que está a la derecha del ultrderechista Viktor Orbán; el checo SPD, que tiene lazos neonazis; el francés Reconquête; y el lituano Unión por el Pueblo y la Justicia. 

El agitador ultra Alvise Pérez, que logró tres escaños con Se Acabó la Fiesta, ha estado negociando hasta el último momento. De hecho, varias fuentes daban por hecho su integración en el grupo, cuya reunión constitutiva empezó con retraso. Públicamente lo hizo el parlamentario húngaro Toroczkai László a través de la red social X. Los ultras de Se Acabó la Fiesta se quedan en los no inscritos. En el Parlamento Europeo se puede entrar y salir de los grupos en cualquier momento de la legislatura.

Finalmente, el arco parlamentario quedará fragmentado en ocho grupos, de los que tres representan a la extrema derecha, aunque tienen matices entre sí y, en muchas ocasiones, incompatibilidades por cuestiones de liderazgos o batallas nacionales. Uno de ellos lo lideran los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni y el polaco Ley y Justicia, y el Partido Popular Europeo no le aplica el cordón sanitario, por lo que tendrá puestos relevantes en la Eurocámara y algunas comisiones. Los integrantes de los Conservadores y Reformistas (ECR) en general son fuerzas otanistas y que defienden el apoyo a Ucrania.

De ese grupo formaba parte Vox hasta que la semana pasada decidió mudarse a Patriotas por Europa, una suerte de refundación del grupo en el que la anterior legislatura daba cabida a la ultraderecha de Le Pen o Salvini. Ahora se han sumado el Fidesz de Viktor Orbán, los austríacos FPÖ y los checos de “Alianza de Ciudadanos Descontentos” (ANO), que abandonaron recientemente a los liberales de Renew; o a los portugueses de Chega, entre otros. Se han convertido en la tercera fuerza parlamentaria desbancando a ECR, que ya había superado a los liberales. Son fuerzas de ultraderecha y algunas de ellas prorrusas, a las que ahora les ha salido un competidor, aunque más pequeño, aún más ultra y populista.

A estos dos últimos, se impone sin fisuras el cordón sanitario para evitar que tengan puestos de peso en el organigrama del Parlamento Europeo. Tener grupo parlamentario supone una serie de ventajas, como una mayor visibilidad y más fondos económicos para los integrantes.

La negociación de los puestos está ya a pleno rendimiento fundamentalmente entre las tres grandes familias que forman parte de la mayoría (populares, socialistas y liberales). Los populares, no obstante, negocian a dos bandas, ya que incluyen en sus conversaciones a ECR. Los socialistas, por el contrario, están intentando encajar algunas piezas de los verdes en el reparto. El grupo de los verdes, con medio centenar de eurodiputados, se ha abierto a votar a favor de Ursula von der Leyen como próxima presidenta de la Comisión Europea.

La alemana de la CDU ha mantenido ya encuentros, además de con su familia política, con socialistas, liberales y verdes para recopilar las exigencias de cara al programa de gobierno que presentará en Estrasburgo la próxima semana, cuando la Eurocámara votará su nominación. Von der Leyen necesita 361 votos a favor y, a pesar de que los grupos que forman parte del acuerdo suman 401, se presupone que habrá fugas de votos dado que la disciplina no es en la Eurocámara tan férrea como en los parlamentos nacionales. De hecho, Les Republicains franceses (del propio PPE) ya han anunciado que no apoyarán a la candidata de su partido.

Eso hace que Von der Leyen tenga que buscar apoyos al margen de esos grupos. La aspirante a repetir un segundo mandato abrió la puerta durante la campaña electoral a buscar el respaldo de la extrema derecha, especialmente de los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni, pero socialistas y liberales le advirtieron de que no entrarían en una ecuación con la extrema derecha. Según publica Euronews, Von der Leyen ha garantizado a los liberales en su reunión de este miércoles que no habrá una “cooperación estructurada” con ese grupo. No obstante, no les ha cerrado la puerta y se reunirá el próximo martes con ECR en Estrasburgo. Entre tanto, sigue en negociaciones con los verdes, que se han abierto a apoyarla en esta ocasión.