54 millas dan para mucho. En los 87 kilómetros que van de Gaithersburg (población: 60.000) a Williamsport (población: 1.800) se pasa de la socialdemocracia al trumpismo y más allá. No es por caer en tópicos, pero caigamos: esta mañana en Gaithersburg había unas 60 personas haciendo cola bajo la lluvia para votar y todas estaban mirando el móvil, nadie hablaba con nadie. Ahora mismo en Williamsport los vocales de la mesa electoral casi ni tienen que preguntarle a nadie el nombre porque todos se conocen. En el condado donde está Williamsport, Trump ganó las últimas elecciones con una ventaja de 30 puntos. En el de Gaithersburg, Clinton le sacó 50.
Los pueblos son lugares fantásticos para hacer periodismo. En Gaithersburg se me paraba a hablar uno de cada diez, en Williamsport todos a los que pregunto. Hasta ahora, no he encontrado ni un demócrata, pero tienen poco que ver con los exaltados que conocí ayer en el mitin de Trump. Votan al partido del presidente y, por tanto, legitiman sus barbaridades aunque no quieran. Pero lo hacen con la boca pequeña: “No me gustan muchas de las cosas que dice, pero...”, “no me parece presidencial, pero...”. Pero votan. Dicen que están contentos con la marcha de la economía, que ciertamente va muy bien.
La economía tiene mucho que ver. En el bastión demócrata, la familia típica gana un 23% más que la media nacional y un 42% más que en Williamsport. Gaithersburg está a las afueras de la capital del país, Washington, y es una ciudad llena de funcionarios bien pagados: los impuestos son altos, pero los servicios son excelentes. Poca gente quería allí confesar por quién habían votado, pero sus respuestas daban pistas más que evidentes: “Hay que alzar la voz”, “necesitamos un cambio”, “aquí nos importan los valores”. Los argumentos en Williamsport eran más del bolsillo. De nuevo, tiene lógica: en el pueblo trumpista el 18% vive en la pobreza. En el demócrata, la mitad, un 9%.
A pesar de las broncas, de las salidas de tono, de los anuncios electorales enfurecidos, tiene bastante pinta de que todo seguirá igual. Si nuestra encuesta nada científica acierta, hoy Williamsport será de nuevo rojo (republicano) y Gaithersburg se mantendrá azul (demócrata) igual que hace dos años. A 54 millas por autovía, menos de una hora, sobreviven dos maneras muy diferentes de ver a Donald Trump: para unos es un monstruo, para otros “al menos dice lo que piensa”.
Alta participación
La falta de interés suele acompañar de la mano a este tipo de comicios, pero se espera que las elecciones de esta martes sean diferentes. La democracia estadounidense y su presidente se juegan mucho: Trump podría perder la mayoría republicana en el Congreso.
Que Trump pueda (o no) sacar adelante sus políticas dependerá de que los votantes cumplan con su cita con las urnas. Se espera que voten en masa. Y lo están haciendo. Según la CNN, más de 33 millones de personas han votado por anticipado. Han sido 13 millones de personas más que en las elecciones legislativas de 2014. Hasta primera hora de la mañana en España no se conocerán los resultados.