Anabel Montes, jefa de misión de Proactiva Open Arms: “No vamos a dejar que ganen otra vez los mismos, ahora no, porque lo estamos haciendo bien”
El Open Arms mira ya de frente a la costa libia en mitad de un Mediterráneo Central desierto de barcos de salvamento. Mientras, a kilómetros de allí, en tierra firme, miembros de la ONG llegan a Estrasburgo para encararse a otro gigante. Las instituciones europeas. El miércoles protestarán contra la criminalización de los barcos de ayuda humanitaria y por el arresto Carola Rackete, que fue detenida en Italia por desembarcar a cuarenta migrantes tras más de dos semanas de bloqueo.
Proactiva Open Arms, la organización detrás del buque con el mismo nombre, se hartó de esperar burocracias y el jueves levó anclas hacia la zona donde un año de políticas de puertos cerrados se ha cobrado la vida de 1.151 personas. Ya han tenido que monitorizar el rescate de una embarcación de madera en el que, de nuevo, Malta e Italia se pasaban la pelota para que fuera el otro país quien socorriese a los migrantes, cuenta Anabel Montes, capitana de misión en el barco ahora en Estrasburgo.
¿Quién es responsable de los rescates en el Mediterráneo?
Debería hacerse cargo la autoridad competente de acuerdo a la zona geográfica en la que se encuentren. Cada país tiene una zona de búsqueda y rescate (SAR, por sus siglas en inglés), los rescates que se encuentren dentro de la zona maltesa tiene que hacerse cargo Malta, los botes que se encuentren dentro de la zona italiana, Italia. Donde entra el conflicto ahora mismo es en los botes que se encuentran dentro de la zona Libia, que es un estado en guerra.
Esto significa que no puede ser factible la posibilidad de que haya una zona de búsqueda y rescate porque no se puede devolver personas a un país en guerra. Esta supuesta área SAR libia queda anulada, no existe, y ahí es donde nosotros estamos haciendo ese trabajo que no se hace por otro lado.
Rescatar entonces es decisión de cada país.
No, porque todos estos países de los que estamos hablando han firmado convenios y acuerdos internacionales. Si bien es cierto que Malta no ha firmado firmado todos, Italia sí se ha comprometido al Convenio SOLAS y a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, donde están escritas estas actuaciones legales bajo las que nosotros nos amparamos.
Lo que estamos pidiendo es, a nivel legal, que se respeten toda esta serie de acuerdos legales firmados que les obligan por zona de competencia a hacerse responsables. Y en segundo lugar, a nivel humano y moral, que se respeten los Derechos Humanos. Más allá de cualquier tipo de política está la decencia moral de no dejar que la gente se muera en el agua independientemente de la frontera.
Ahora mismo, junto al Aylan Kurdi que ha salido hace poco, sois los únicos en el Mediterráneo Central. ¿Qué implica que no haya barcos?
La mayor consecuencia de que no haya ningún barco es que no hay ningún testigo. Que no haya barcos de rescate no implica que no haya migrantes, sino que llegan menos vivos. El año pasado hubo mil muertos, que es lo que ya llevamos en lo que va de 2019. Además partimos de que no se sabe cuántas muertes reales hay, se habla de estimaciones, pero no hay testigos de lo que sucede, ni del número de muertes, ni deportaciones, ni violaciones de las leyes internacionales en contra de la no devolución en caliente...
Por lo tanto, estar en el Mediterráneo implica monitorizar, comprobar que la ley se cumpla, denunciar cualquier mala actuación que podamos ver con nuestros ojos y, por supuesto, en última instancia rescatar. Nuestra intención es que no haga falta rescatar, pero siempre que haga falta, vamos a hacerlo sin dudar.
¿Qué puede pasar en el caso de que haya algún rescate?
Ahora mismo no hay ni apoyo de España ni de Italia. De España tenemos una amenaza directa en la que si navegamos en la supuesta zona de rescate y hacemos un rescate de náufragos tendremos multas. Se está poniendo precio a la vida humana.
Salvini ha dicho hoy mismo “que España les haga volver o si no lo haremos lo haremos nosotros”.
Nos da igual. Nos es indiferente esta amenaza sabiendo que estamos haciendo las cosas como se deben hacer. Tanto por la parte legal que nos respalda, como por la parte humana y moral que una persona tiene que tener: ayudar a otros.
¿Barajáis un cambio de bandera?
No descartamos nada, ahora mismo tenemos la bandera que tenemos y el barco que tenemos. De acuerdo a cómo se vayan produciendo las circunstancias tendremos que tomar las decisiones que hagan falta para poder seguir trabajando, claro.
No con acusaciones tan graves como Carola, pero tú también tienes una investigación abierta por supuesto tráfico de personas. ¿Cómo va ese proceso y cómo lo estás llevando?
Ahora mismo la investigación se acabó y se ha hecho una acusación formal por favorecer la inmigración clandestina y por violencia privada en contra del Ministerio del Interior italiano. Cuando me lo dijeron no sabía qué había hecho, viene a ser algo así como que las decisiones que se tomaron en ese momento para desembarcar a la gente que habíamos rescatado forzaron la situación, la entrada y les obligamos a acogerles de forma violenta... dicen que ejercimos acciones violentas para obligar a Italia a acoger a esa gente. Es como el paso previo de todo lo que ha terminado ocurriendo ahora en el caso de Carola con Sea Watch. Cada vez está yendo peor, en su momento fue esto, después violencia privada... y por eso Carola ha hecho lo que ha hecho, porque cada vez está poniendo más difícil.
No es agradable tener esa situación, por supuesto, pero tengo mucha tranquilidad. Estoy orgullosa de las decisiones que se tomaron en su momento y sé que las volvería a tomar otra vez. Estoy bastante tranquila porque soy consciente de que es una estrategia política. Son estrategias del miedo para frenar a las organizaciones para que no sigan haciendo esto y, por supuesto, es una estrategia de difamación pública. Somos organizaciones que seguimos porque la gente nos apoya, si estas difamaciones hacen que el apoyo de la gente cambie, dejen de apoyarnos, haya una mala publicidad y las tornas cambien para otro lado...
¿Seguirás entonces haciendo esto?
He tenido momentos de cansancio extremo, cuando estás en el barco todo se magnifica, tanto lo bueno como lo malo. El cansancio hace mella. He tenido momentos de frustración de decir “es que esto no está sirviendo para nada, las cosas no van a cambiar”... pero al mismo tiempo que ese pensamiento me pasa por la cabeza me vuelve otro diciendo que claro que vale, vale por las personas a las que se haya podido ayudar —a mí lo de rescatar me sigue pareciendo muy heroico—.
Me da mucha fuerza pensar que siendo cuatro gatos en un barco haya gente preocupándose tanto por pararnos, por difamarnos en altos niveles de la política. Quiere decir que estamos dando en el punto en el que tenemos que dar y me hace pensar “vale, ahora lo estamos haciendo bien, ahora hay que seguir”. Ahora no vamos a dejar que ganen otra vez los mismos, ahora no, porque lo estamos haciendo bien.