La noticia del ataque ruso a Ucrania ha pillado por sorpresa a la comunidad y medios internacionales, que no esperaban que fuera inminente a pesar de la escalada de tensión que desde hace meses se vivía en la región. La cobertura de los medios controlados por Vladímir Putin no sorprende sin embargo a nadie. Es difícil encontrar voces críticas en diarios y televisiones, ya que son inmediatamente censuradas, y los medios estatales culpan a Ucrania y Occidente de la situación mientras aplauden la invasión.
La operación fue confirmada por el propio Putin en un duro discurso retransmitido por la televisión nacional a las 6.00 am de la madrugada. En él, aseguraba que el objetivo era “desnazificar Ucrania” y “ proteger a las personas que han sido objeto de intimidación y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años”. En su discurso a la nación, el presidente ruso no mostró ninguna prueba de tal genocidio, que ha sido desmentido por Ucrania, la UE, la OTAN y EEUU.
Pero no era la primera vez que la palabra “genocidio” resonaba en las televisiones rusas. El discurso en los medios de comunicación pro Putin viene endureciéndose desde la semana pasada. La acusación de genocidio lanzada por el presidente ruso fue recogida por los informativos del país que comenzaron a repetir sin cuestionamiento este término, y lo siguen utilizando a día de hoy para justificar la invasión.
Según recoge la agencia AP, el presentador Dmitry Kiselev llegó a comparar en la cadena estatal Russia 1 lo que estaba sucediendo en Donbás con las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial cometidas por la Alemania nazi, mientras criticaba al canciller alemán Olaf Scholz por cuestionar el uso de la palabra “genocidio”.
Además, las autoridades rusas han promovido en los días previos al ataque el discurso mediático de que Ucrania tenía planes de guerra en el Donbás y de que Occidente estaba nutriendo a los ucranianos de armamento.
Los canales de televisión estatales han emitido informaciones alertando de la capacidad de Kiev para desarrollar sus propias armas nucleares. Este lunes, las televisiones rusas llegaron a informar de que las fuerzas ucranianas habían realizado incursiones en territorio ruso como paso previo a justificar la invasión, una noticia desmentida por Kiev pero que se difundió en los informativos. “La invasión ha comenzado”, afirmó el presentador de televisión Russia 1 Yevgeny Popov. “No fue Putin quien invadió Ucrania; Ucrania entró en guerra con Rusia y Donbás”, añadió
Varias horas después, Putin anunciaba el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas prorrusas del este de Ucrania.
Reino Unido pide vigilar las emisiones de Russia Today
Mientras que la comunidad internacional advertía de sanciones a Rusia tras el reconocimiento de los territorios separatistas, los medios rusos aplaudían la decisión. De hecho, Margarita Simonyan, editora jefe de Russia Today está en la lista de sancionados por la UE por “promover una actitud positiva hacia las acciones de los separatistas en Donbás” y ser “una figura central de la propaganda del Gobierno”. También se encuentran entre los sancionados el periodista Vladímir Solovyov, presentador del canal Russia-1, que la UE califica de “propagandista” y señala como “conocido por su actitud extremadamente hostil hacia Ucrania y sus elogios al Gobierno ruso”.
Russia Today, cadena respaldada por el Kremlin que emite en más de 100 países, defiende en sus informativos que Moscú actúa como “garante de la seguridad de las repúblicas separatistas de Donbás”. Hace unos días, la cadena RT acusaba a los países occidentales de “hacer sonar la alarma durante meses sobre una inminente invasión rusa de Ucrania” y criticaba con dureza los informes de inteligencia británicos y estadounidenses que apuntaban en esta dirección.
Ante esta situación y preocupado por el enfoque que la cadena Russia Today da en sus informaciones, el Gobierno británico ha llegado a pedir a Ofcom, el organismo regulador de medios audiovisuales en Reino Unido, que revise sus retransmisiones en el país.
Según recoge la BBC, la secretaria de Cultura, Nadine Dorries, ha denunciado ante Ofcom que RT “es parte de la campaña de desinformación global de Rusia” que está teniendo lugar en la crisis de Ucrania.
“Es esencial que el Reino Unido trate de limitar la capacidad de Rusia para difundir su propaganda en nuestro país”, añadió.
El organismo regulador, que ya multó en 2019 al canal, financiado por Rusia, con 200.000 libras por “violar la imparcialidad” con sus informaciones sobre el conflicto en Siria, ha asegurado que no “dudarán en tomar medidas urgentes cuando sea necesario”.
Como respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha asegurado que habrá represalias contra los periodistas británicos si el Reino Unido restringe las informaciones de los medios rusos.
Mientras, en Rusia los medios estatales informan de manera alineada a favor de las acciones de Putin. Según recoge la agencia AP, el discurso también se repite en las radios del país. El periodista Vladímir Solovyev aseguraba en un programa matinal en la radio estatal Vesti. FM. que Rusia “garantizaría la seguridad” de los ciudadanos en la región.
El aplauso a las decisiones de Putin llegó a la celebración en Channel One, otro canal de televisión financiado por el estado. Su corresponsal en Donetsk llegó a afirmar que los ciudadanos en la región aseguraban que “es la mejor noticia de los últimos años de guerra”. “Ahora tienen confianza en el futuro y en que la guerra finalmente llegará a su fin”, añadió.
Rusia apaga las voces críticas
Las voces críticas con el Kremlin lo tienen más que difícil a la hora de tratar de informar en el país. Alexei Navalny, líder de la oposición que se encuentra en la cárcel, se manifestó a través de las redes sociales, asegurando que “Rusia arrastrará a Ucrania al pantano” y que “Rusia también pagará el mismo precio”.
La oposición a las operaciones de Putin en Ucrania también llega vía Facebook. Holod, medio de comunicación independiente, ha lanzado una campaña con el hashtag “No me quedo en silencio” que invita a la ciudadanía a expresar “en voz alta su opinión sobre la guerra”.
De momento las redes sociales parecen ser el único terreno donde ejercer la oposición al discurso oficial, aunque están en el punto de mira del gobierno ruso. Según informa Reporteros sin Fronteras, además de imponer multas a Google y Facebook por mostrar informaciones prohibidas, el Kremlin ha llegado a plantear su bloqueo en el país. En la guerra por la información, la agencia federal de comunicaciones Rosomnadzor ha bloqueado también el acceso a aquellos medios digitales críticos con el gobierno.
Según la clasificación anual de Reporteros sin Fronteras (RSF), Rusia ocupa la posición 150 de 180 países en cuanto a libertad de prensa.