El agónico bloqueo de la ayuda para Ucrania e Israel podría tener los días contados. El presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Mike Johnson, anunció este lunes que durante los próximos días presentará ante el Congreso los proyectos de ley para asistir a Kiev y Tel Aviv. La decisión de Johnson llega justo después del ataque de Irán del pasado sábado sobre Jerusalén, que ha despertado otra vez el miedo de una posible guerra regional. “Están observando si los Estados Unidos defenderá a sus aliados y nuestros intereses en el mundo, y lo haremos”, ha afirmado Johnson, según Reuters.
El plan de Johnson para superar con éxito el filibusterismo del sector republicano que se niega a enviar ni un centavo a Ucrania se basa en emular y dividir el proyecto de ley inicial en tres partes. El paquete de ayudas que presentará intentará reflejar al máximo el proyecto de ley que se aprobó en el Senado el pasado mes de febrero. Este plan estaba dotado en 95.000 millones de dólares, 60.000 millones para Ucrania y 14.000 millones para Israel, más otra parte para los aliados del Pacífico. Este proyecto de ley nunca llegó a pisar el Congreso, ya que Johnson lo ha mantenido en un cajón desde que salió de la cámara alta.
La propuesta de Johnson consiste en que los congresistas voten por separado un proyecto de ley para Israel, uno para asignar fondos a Ucrania y un tercero para Taiwán y sus aliados. Aparte, también habrá un cuarto paquete con medidas adicionales para reforzar la seguridad nacional.
La estrategia de trocear el proyecto de ley en pequeñas partes para que sea más masticable en la cámara no es garantía de que salga adelante. Johnson no solo tendrá que lidiar con los seguidores de Trump que rehúsan enviar más ayuda a Ucrania, sino que también tendrá que vérselas con los congresistas demócratas que han empezado a mostrarse críticos con la idea de enviar más armas a Israel ante la brutalidad desplegada sobre Gaza. El fin de semana después de que Tel Aviv asesinara a los cooperantes de la ONG World Central Kitchen un grupo de congresistas enviaron una carta abierta al presidente Joe Biden pidiendo que el país dejara de enviar armas al estado hebreo. Entre los firmantes estaba la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
La jugada de Johnson también es arriesgada a nivel personal. El speaker, que también es republicano, corre el riesgo de desatar la ira entre el ala más conservadora de su partido. De hecho, puede acabar teniendo el mismo destino que su predecesor Kevin McCarthy, quien fue destituido del cargo por el boicot del sector republicano más radical.
El lunes Biden ya había vuelto a pedir que el Congreso aprobara el paquete de 95.000 millones de dólares. La propuesta de Johnson responde a medias a esa llamada, ya que no deja de ser otro paquete distinto al que ya se aprobó en el Congreso, aunque el speaker asegure reflejarlo al máximo. El domingo por la noche, Johnson ya se reunió con el presidente y la resta de líderes políticos del Congreso, con los cuales llegó a un “acuerdo” sobre la urgencia de aprobar la ayuda para Israel y Ucrania.
La situación de Kiev es crítica y depende en gran parte de la ayuda que pueda brindarle Estados Unidos. El último paquete que se envió fue el pasado mes de marzo. Se trataba de un paquete extraordinario de 300 millones de dólares y que procedía de los “ahorros” del Pentágono, tal como explicó la Casa Blanca. Este envío, que incluía misiles antiaéreos, municiones y proyectiles de artillería, no dejaba de ser un parche para darle algo más de oxígeno a Ucrania mientras se esperaba conseguir desbloquear el paquete principal de 60.000 millones de dólares. De hecho, el anuncio fue una sorpresa, ya que el mes de diciembre del año pasado el Pentágono avisó de que ya no había más dinero hasta que se aprobara el proyecto de ley.