La ronda la abrió Maria do Socorro Gomes Coelho, presidenta del Consejo Mundial por la Paz, una mujer que no tiene pelos en la lengua. Según ella, vivimos en un periodo capitalista en el que “el imperialismo, a raíz de la crisis, se ha vuelto aún más peligroso. Es como una fiera herida”. Con palabras muy claras abrió un debate que no fue tal, pues los ponentes tenían todos la misma opinión salvo en una cuestión que explicaremos más abajo: “El imperialismo capitalista es un escorpión que destruye a los pueblos, se aprovecha de sus recursos y nuestra obligación es denunciarlo y luchar por la paz”. La OTAN no salió mejor parada en su intervención: “Es una máquina de guerra fenomenal”. Y aseguró que allá donde la OTAN tiene una base militar, se encuentran los recursos naturales más importantes del planeta.
Estos comentarios sobre la OTAN no pusieron en apuros al jefe del partido de la izquierda (Die Linke), Bernd Riexinger, ya que formalmente es el único partido que en el parlamento muestra una actitud antimilitarista, al haber votado en contra de todas las intervenciones militares en las que ha participado Alemania desde que tienen representación parlamentaria. En su programa contemplan una salida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte de llegar al poder. Sin embargo, la semana pasada, uno de los dirigentes más destacados del partido, Gregor Gysi, se mostraba muy crítico con una acción de este tipo y se preguntaba “si tendría sentido que únicamente Alemania saliese de la OTAN”. Ello despertó las críticas entre las filas de su formación. Por eso, en este delicado tema, Bernd Riexinger, ante el público de izquierdas de la Conferencia Rosa Luxemburgo quiso dejar claro que “Die Linke es un partido antimilitarista y estamos en contra de la OTAN”, a lo que los presentes aplaudieron. “Las guerras no son una prolongación adecuada de la política y por ello hay que rechazarlas todas”, sentenciaba.
Lo cierto es que esta postura antimilitarista del partido Die Linke es una de las cuestiones que ha llevado al partido socialdemócrata a rechazar una coalición con ellos hasta ahora. En el último congreso del SPD, sin embargo, se firmaron unas nuevas líneas del partido que sí permitirían una coalición con Die Linke en las próximas elecciones de 2017. La pregunta que muchos se plantean es si entonces Die Linke abandonará sus posturas más radicales a cambio de gobernar. “Yo no puedo decir lo que pasará en el futuro porque serían todo especulaciones”, explicaba el jefe de Die Linke.
A continuación, el secretario general de la federación internacional de la resistencia (FIR) Ulrich Schneider explicó que la crisis ha llevado no solo a un aumento de los grupos neonazis en Europa, sino a “una disponibilidad para la guerra que se transmite a través de imágenes del enemigo”. Este contrario, según él, es en ocasiones la comunidad roma, en otras la musulmana, en Alemania la comunidad turca y en Grecia, “en este momento, todo el que no sea griego”. Schneider cree que la violencia en Europa “no solamente está siendo aceptada, sino lo que es mucho peor, se está convirtiendo en realidad”.
Los países donde la situación es más alarmante para Schneider son Grecia, pero también Hungría y Letonia. En este último país se realizan actos en honor de dirigentes nazis de forma oficial. En Hungría el gobierno no solo muestra una actitud racista y antisemita, sino que “está pidiendo oficialmente que el Tratado de Trianon no tenga vigor”. Con ello reclama territorios de Austria, Rumanía y Polonia, un afán nacionalista y expansivo muy peligroso.
Por último habló Monty Schädel, el director de la sociedad alemana por la paz, que le echó en cara a Bernd Riexinger que el partido Die Linke invitase al ejército en Baja Sajonia al acto que hacen cada enero para celebrar la llegada del nuevo año. “Yo me llamo Monty Schädel, soy antimilitarista, estoy en contra de las armas, de las guerras, del ejército alemán y en contra de la OTAN.” El jefe de la izquierda le respondió que desconocía los hechos en Baja Sajonia y que “Die Linke es un partido que practica una política antimilitarista”. Sin embargo, no hablo nada de acabar con el ejército alemán, ni es éste uno de los objetivos de su partido. Sí lo es parar la fabricación de armas y sobre todo la exportación.