El ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, ha usado su potestad para revocar el visado del tenista Novak Djokovic tras analizar la declaración de viaje que el deportista envió con una exención médica por no haberse vacunado, lo que daría paso a su deportación de Australia. Hawke ha justificado la cancelación del visado “por razones de salud y de orden” y “sobre la base de que era de interés público hacerlo”.
La decisión, que puede ser recurrida por Djokovic, conlleva que el número uno del mundo tendrá prohibida la entrada en el país durante los próximos tres años. El ministro de Inmigración ha explicado que para tomar esa medida ha considerado “cuidadosamente” la información dada por Djokovic, su propio departamento y las autoridades fronterizas.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha asegurado que la decisión es para proteger “los sacrificios” realizados por los australianos durante la pandemia. “La pandemia ha sido muy difícil para los habitantes de Australia pero hemos permanecido juntos y hemos salvado vidas. Juntos hemos conseguido tener una de las tasas de mortalidad más bajas, una de las economías más fuertes y una de las tasas de vacunación más altas en el mundo. Los australianos han hecho muchos sacrificios durante la pandemia y tienen derecho a esperar que el resultado de esos sacrificios sea protegido”, ha expresado en un comunicado en el que defiende también que sus duras políticas fronterizas por la pandemia han mantenido Australia a “salvo antes de la pandemia y durante ella”.
Djokovic logró el pasado lunes el permiso de un tribunal australiano para permanecer en el territorio tras recurrir la revocación de su visado, pero el Gobierno del país mantenía la potestad para revocar el visado y empezar el proceso para expulsarlo, como así ha sido. Las autoridades investigaron también una mentira del número uno del mundo en un documento de entrada a Australia, donde aseguró que no había visitado ningún tercer país las dos semanas previas. En concreto, marcó la casilla “no” dentro de la declaración de viaje en la cuestión de si había realizado algún viaje durante los 14 días anteriores a la llegada al país y luego reconoció que había habido “errores humanos” en esos documentos por parte de su agente. El tenista pasó la Navidad en Belgrado y luego se trasladó a España, donde entrenó y desde donde abordó un avión el 4 de enero con tránsito en Dubái y destino final Melbourne.
En un comunicado, el tenista reconoció también haber acudido a una entrevista cuando estaba contagiado de COVID-19 porque se sintió “obligado” para “no dejar tirado al periodista”. “Al regresar a casa me aislé y reflexioné. Cometí un error de juicio y admito que tuve que posponer la cita”, dijo el deportista.
El torneo comienza el próximo lunes 17 de enero y el serbio iba a enfrentarse en primera ronda, en caso de no ser deportado, a su compatriota Miomir Kecmanovic.
Retenido a su llegada a Australia
A su llegada a Australia, las autoridades de inmigración retuvieron al tenista de 34 años, anularon su visado y le enviaron a un hotel donde permaneció aislado hasta el lunes, al considerar insuficientes las pruebas aportadas para lograr una exención médica de vacunación tras asegurar que había contraído y superado el virus en diciembre.
Los abogados del tenista apelaron la decisión ante un tribunal de Melbourne que dio la razón al deportista serbio, quien pudo entrenarse para preparar el Abierto de Australia. El Gobierno de este país exige a los viajeros tener la pauta completa de la vacuna contra la covid-19 o una exención médica válida para entrar al país.