Las autoridades brasileñas informan de la muerte de un voluntario en la vacuna de Oxford que solo recibió el placebo, según fuentes del ensayo
La autoridad sanitaria brasileña Anvisa ha informado este miércoles de la muerte de un voluntario que participaba en los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, según ha informado la agencia Reuters. El periódico brasileño O Globo sostiene que la persona murió por complicaciones relacionadas con la COVID-19.
Los ensayos continuarán y no se ha informado oficialmente si el fallecido recibió la vacuna o el placebo. La mitad de los voluntarios del ensayo, que cuenta con más de 20.000 personas, recibe la vacuna y la otra mitad recibe una sustancia utilizada como placebo. O Globo y Bloomberg citan fuentes que sostienen que el voluntario no recibió la vacuna contra el coronavirus. Bloomberg es el único medio que ha entrevistado extensamente a Sarah Gilbert, la científica que está dirigiendo el proyecto de vacuna. El voluntario fallecido era un médico de 28 años que trabajaba en un hospital privado en Rio de Janeiro, señala O Globo.
“Tras una cuidadosa evaluación de este caso en Brasil, no hay preocupación en materia de seguridad sobre el ensayo clínico y la revisión independiente, además del regulador brasileño, han recomendado que el ensayo continúe”, ha afirmado un portavoz de la universidad.
La Universidad de Oxford tuvo que parar los ensayos en septiembre durante una semana tras una posible reacción adversa en un paciente de Reino Unido. El proceso de revisión independiente ha concluido y, siguiendo las recomendaciones del comité de revisión de seguridad y del regulador de Reino Unido, los ensayos se reanudarán“, señaló entonces.
En una entrevista concedida a elDiario.es tras la interrupción de los ensayos, el neurólogo e investigador adjunto en el proyecto de la vacuna, Carlos Estévez, ya indicaba que “es bastante frecuente” que se produzcan este tipo de contratiempos en estas pruebas. “Es algo que puede suceder si tienes más de 10.000 y hasta 50.000 personas metidas en un ensayo: puede ser que simplemente una de las personas caiga enferma, que tenga un infarto o lo que sea, por otras causas; o puede ser que esté realmente asociado con la vacuna”, explicaba.
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