Estados Unidos comprará otros 500 millones de vacunas para donar a países más pobres
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este miércoles que su país duplicará su donación de vacunas contra la COVID-19 durante una cumbre virtual sobre la pandemia, con la que la Casa Blanca busca acelerar el ritmo de vacunación en el mundo.
Al intervenir en la reunión virtual, organizada por la Casa Blanca con motivo de la semana de debates de la Asamblea General de la ONU, Biden ha confirmado sus negociaciones con Pfizer para adquirir 500 millones de dosis: “Estados Unidos está comprando otros 500 millones de dosis de Pfizer para donar a países de ingresos medios y bajos en todo el mundo (...) que se habrán repartido para el año que viene en estas mismas fechas”.
Esos 500 millones de dosis se suman a los otros 500 millones de vacunas de la misma farmacéutica que Biden había prometido en junio que entregaría a cerca de 100 países en los próximos dos años. De esta forma, Washington ha gestionado la compra de 1.100 millones de dosis de distintas marcas para donar a otros países.
“Por cada vacuna que hemos puesto hasta ahora en Estados Unidos, nos hemos comprometido a entregar tres al resto del mundo”, ha asegurado Biden, quien ha insistido en que su país se convertirá “en el arsenal de vacunas”, como fue “el arsenal de la democracia durante la Segunda Guerra Mundial”.
Vacunas para todo el mundo
Uno de los objetivos de la cita convocada por Estados Unidos es el de acelerar la vacunación global, según las metas establecidas por la Organización Mundial de la Salud.
La OMS prevé que al menos el 40% de la población mundial esté vacunada para finales de este año y que ese porcentaje alcance el 70% para la Asamblea General de la ONU de 2022.
“Necesitamos que otros países de altos ingresos cumplan con sus propias donaciones y promesas de vacunas ambiciosas”, ha reclamado Biden, al dar a conocer una alianza con la Unión Europea (UE) para “trabajar más de cerca” a la hora de repartir vacunas a países en vías de desarrollo.
El líder estadounidense ha pedido igualmente que las dosis sean donadas, no vendidas, a los países de ingresos menores, y que esas entregas “no lleven adheridas condiciones políticas”.
En ese contexto, ha anunciado que Estados Unidos invertirá 370 millones de dólares (315 millones de euros) más para ayudar a entregar y administrar esas dosis en todo el mundo; y que destinará más de 380 millones de dólares (324 millones de euros) a la alianza global de vacunas Gavi para facilitar que lleguen a las áreas con mayor necesidad.
Otro de los objetivos de la estrategia de la Casa Blanca, bautizado “salvar vidas”, busca atender la crisis en el suministro de oxígeno para la atención de los pacientes contagiados con el coronavirus, aumentar la cantidad de pruebas de detección disponibles, así como de equipos de protección personal.
También pretende mejorar los esfuerzos mundiales de secuenciación genómica y de intercambio de datos, a fin de facilitar la detección y mitigación de las nuevas variantes de la COVID-19.
Futuras pandemias
Por su parte, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, ha enfocado su participación en la cita en el trabajo de preparación para una próxima pandemia, que ha considerado un “imperativo estratégico”.
La vicepresidenta ha propuesto la creación de un fondo de salud global respaldado por el Banco Mundial de 10.000 millones de dólares (8.500 millones de euros), al que ha asegurado que su país aportará al menos 250 millones de dólares (213 millones de euros).
Harris ha subrayado que se necesita ese nuevo mecanismo de financiación, al advertir de que “no hay fondos suficientes” que permitan prepararse para futuras amenazas biológicas.
“Hemos aprendido el costo de no prepararnos. Con cada muerte, hemos aprendido demasiado sobre la gravedad de este coste. Y es el momento, entonces, de actuar”, ha sentenciado Harris, cuyo país ha sido el más golpeado por la pandemia, con más de 670.000 vidas perdidas y 42,4 millones de personas contagiadas.
A la cumbre virtual asistieron, entre otros, el secretario general de la ONU, António Guterres; el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala. Además, estuvieron el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y los presidentes de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y de Indonesia, Joko Widodo.
Según el recuento de la universidad estadounidense Johns Hopkins, la pandemia ha causado más de 4,7 millones de muertes y 229,7 millones de contagios en todo el mundo. Hasta la fecha han sido administradas 5.983 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en el mundo.
0