El presidente Joe Biden ha subido este lunes al escenario del United Center para prestar un último acto de servicio al partido: escenificar el relevo a Kamala Harris. El partido era consciente de lo doloroso que podía ser para Biden acudir a la Convención Nacional Demócrata donde, hace tan solo un mes, él debía ser coronado como el candidato. Es por ello que esta noche las bases y la plana mayor lo han arropado para dignificar su retirada y coser heridas internas. “Gracias Joe”, coreaba el público.
A pesar de tratarse de una intervención para dar paso a Harris, Biden ha aprovechado la ocasión para hacer el discurso que le habría gustado dar si no hubiera tenido que renunciar. Durante los más de 40 minutos que ha hablado, se ha centrado en destacar sus logros presidenciales y en atacar Donald Trump. “No puedes decir que quieres a tu país solo cuando ganas”, ha lanzado Biden contra su antiguo rival.
En algunos momentos, daba la impresión que Biden aún seguía hablando como si fuera el candidato del partido Demócrata. Parecía o bien que había retocado lo mínimo el texto para ajustarlo a la nueva situación, o que simplemente no quería dejar pasar la oportunidad de volver a sentir el cálido abrazo del partido. “América, te he dado lo mejor de mí”, ha afirmado.
El presidente ha rescatado también algunas líneas de cuando se dirigió a la nación para explicar su renuncia: “Estamos ante un punto de inflexión, uno de esos momentos de la historia en que las decisiones que tomemos determinarán el futuro de nuestra nación”. Una vez más Bien ha renegado de la imagen de rey destronado pera mostrarse como un hombre de país haciendo un acto de servicio.
“Estas serán las primeras elecciones desde el 6 de enero, en ese día podríamos haberlo perdido todo”, ha afirmado Biden. “Salvamos la democracia en 2020 y debemos hacerlo otra vez en 2024”. El presidente ha recordado cómo las marchas supremacistas de Charlottesville de 2017 lo empujaron a presentarse como candidato a las elecciones siguientes: “No podía quedarme a un lado”.
En un giro destacable, Biden ha reconocido que los manifestantes contra la guerra de Gaza que este lunes se han congregado en las inmediaciones del United Center “tienen razón”. El presidente, que hace tan solo unos meses se había mostrado duro contra las protestas propalestinas en las universidades, ha suavizado su postura. Ahora que ya está de salida, Biden puede tomarse estas licencias políticas.
“Gracias, Joe”
Antes de que Biden subiera al atril, tanto la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, como la misma Harris, habían puesto de relieve cómo el presidente “ha dedicado toda su vida a la política”. La breve aparición de Harris, que se ha limitado a elogiar Biden, tiene un doble mensaje: por un lado, intenta transmitir una imagen de unidad dentro del partido, por otra, se muestra cercana con los suyos.
Esto último se hace más notorio si se compara con las apariciones de Donald Trump en el Fiserv Forum durante la Convención Republicana. Trump guardó silencio hasta el último día, cuando le tocaba hacer el discurso de nominación. Ese mutismo, con el que solo se dignaba a ofrecer saludos a la masa, lo utilizaba para elevarse por encima del resto del partido. Harris rechaza esa aura de divinidad y busca mostrarse como una igual, aunque no lo sea.
Hoy habrá sido el único día que se le verá en la Convención Nacional Demócrata que se celebra esta semana en Chicago, ya que el resto de días los pasará en California. Biden no solo se aleja físicamente del partido, sino que paulatinamente ya está transitando por su largo adiós de la política.
El otro protagonista de la noche ha sido Donald Trump, a quienes los demócratas no han parado de señalar por su condena penal y su papel como instigador en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. En un vídeo que se ha proyectado en la pantalla del estadio, y que parecía la cara B del que se proyectó en el Firsev Forum durante la Convención Republicana, se han repasado todos los escándalos (políticos y personales) de Trump y se ha advertido del peligro de un segundo mandato suyo.
El adjetivo que más ha acompañado el nombre de Trump, ha sido el de “criminal”, idea sobre la cual pivota la campaña demócrata: Harris, exfiscal, contra Trump, convicto. “Kamala encerró a asesinos y traficantes de drogas. Ella nunca descansará en la defensa de nuestra libertad y seguridad. Donald Trump se quedó dormido en su propio juicio”, ha espetado Clinton durante su intervención.
Clinton y el techo del cristal
Clinton, que lideró la candidatura demócrata en las elecciones del 2015 y perdió contra Trump, ha dedicado buena parte de su discurso a hablar sobre el “techo de cristal”. Antes de Harris, la exsecretaria de Estado, ostentó la posibilidad de convertirse en la primera mujer que presidiera los Estados Unidos. “Ojalá mi madre y la madre de Kamala pudieran vernos. Dirían: 'Sigue adelante”, ha asegurado Clinton, sumándose a la lista de mujeres que han hecho mella en ese techo de cristal para que otras avancen.
“Mujeres que lucháis por los derechos reproductivos, seguid luchando”, ha gritado Clinton. La defensa del derecho al aborto ha sido uno de los grandes temas de esta noche que ha contado con el testimonio de mujeres que interrumpieron su embarazo. Uno de los más extremos ha sido el de una joven que a los 12 años se quedó embarazada a raíz de los abusos de su padrastro.
La congresista progresista Alexandria Ocasio-Cortez animó a la clase media y trabajadora a votar por Harris asegurando que es una candidata que le planta cara a la élite económica del país. La candidatura de la actual vicepresidenta, subrayó Ocasio, permite al partido elegir un “nuevo camino (...) por y para el pueblo”. Y dejó un recado para Trump: “No puedes amar a este país si solo luchas por los ricos y las grandes empresas”