El primer ministro británico, Boris Johnson, su mujer, Carrie Johnson, y su ministro de Economía, Rishi Sunak, serán multados por haber participado en fiestas en Downing Street cuando estaban vigentes las restricciones por la pandemia, ha confirmado este martes una portavoz del jefe de Gobierno.
“El primer ministro y el ministro de Economía han recibido hoy [este martes] la notificación de que la policía metropolitana tiene la intención de emitirles avisos de multa fija. No tenemos más detalles, pero les volveremos a informar cuando los tengamos”, ha dicho la portavoz, según recoge The Guardian.
La portavoz de la esposa de Johnson ha confirmado que también será multada. “En aras de la transparencia, la Sra. Johnson puede confirmar que se le ha notificado que recibirá una multa”, ha dicho la portavoz, que ha añadido no tener más detalles sobre la sanción.
Downing Street no ha querido decir, según The Guardian, si Johnson y Sunak impugnarán las multas -que probablemente serán de 20 o 50 libras (entre 24 y 60 euros)- o las pagarán directamente.
La Policía Metropolitana de Londres (Met) ha informado este martes de que ya ha emitido más de 50 sanciones a empleados del Gobierno por infringir la normativa de la COVID-19.
En su comunicado, la Met, también conocida como Scotland Yard, explica que, tras examinar las pruebas, ha remitido una cincuentena de expedientes a la Oficina de Historial Delictivo (ACRO, en inglés), responsable de enviar las sanciones a los individuos implicados, quienes, a su vez, cuentan con 28 días para pagarlas o rebatirlas.
La Policía, que analiza doce festejos de una veintena organizados, señala que “sigue investigando el asunto con premura” y no descarta imponer más penalizaciones económicas en las próximas semanas.
El primer ministro ya había admitido previamente que él mismo asistió a algunos de los actos en el complejo gubernamental de Downing Street, donde se ubican su residencia y despacho oficiales, aunque ha negado que se violaran las reglas de la pandemia.
Además de la investigación policial, la funcionaria Sue Gray hizo otra interna, cuyas conclusiones no ha publicado aún en su totalidad, aunque sí condenó la censurable cultura interna del Gobierno.
El líder laborista, Keir Starmer, ha dicho que Johnson y Sunak deberían dimitir. “Han infringido la ley y han mentido repetidamente al público británico. Ambos deben dimitir”, ha dicho Starmer. “Los conservadores son totalmente incapaces de gobernar. Gran Bretaña se merece algo mejor”, ha añadido.
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, también ha pedido la renuncia de ambos y el líder de los liberales demócratas Ed Davey, ha pedido que el parlamento fuera convocado para una votación de confianza contra Johnson.
Las multas podrían suscitar nuevas especulaciones sobre el liderazgo de Johnson, después de que a principios de este año se enfrentara a fuertes críticas y peticiones de dimisión dentro de su propio partido por el escándalo. Según The Guardian, se cree que entre 20 y 30 diputados conservadores presentaron cartas de desconfianza en el primer ministro para activar el procedimiento de una cuestión de confianza. Eran necesarias 54.
Incluso David Davis, un 'tory' histórico y exministro del Brexit, llegó a decirle a Johnson el pasado enero “Por el amor de Dios, váyase”.
Sunak, que se había posicionado como sucesor del líder conservador, también se encuentra en una posición delicada tras las informaciones publicadas en los últimos días por medios británicos. Según estas, el ministro mantuvo su tarjeta de residente estadounidense hasta un año después de ocupar el cargo y continuó haciendo la declaración fiscal ante las autoridades de EEUU hasta entonces.