Boris Johnson ha dimitido este viernes como diputado después de recibir el informe de la comisión del Parlamento que investigaba si mintió a sabiendas sobre las fiestas en Downing Street que se saltaron las restricciones sanitarias durante la pandemia. Según él, las conclusiones de la comisión, que todavía no son públicas, indican que sus colegas le iban a “echar” de la Cámara de los Comunes.
Johnson renunció como primer ministro en julio del año pasado obligado por su partido y los ministros de su propio Gobierno, pero seguía siendo diputado del Partido Conservador. Se había resistido a dejar el escaño, aunque la presión sobre él había vuelto a crecer en las últimas semanas por la revelación de que la policía investiga ahora más eventos que pudieron saltarse las reglas en pandemia que él mismo había impuesto.
Conspiración del Brexit
En su desafiante carta de despedida, Johnson asegura que no mintió en la Cámara de los Comunes, arremete contra su propio partido por no apoyarle y defiende el Brexit, del que la mayoría de los británicos se arrepiente ahora por los efectos para la economía, la salud y la vida cotidiana. Sólo el 9% de los británicos dice que el Brexit ha sido un éxito, según la última encuesta de YouGov publicada hace unos días. Nigel Farage, el líder del partido del Brexit, también cree que “ha sido un fracaso”, según dijo en mayo en una entrevista a la BBC.
Según Johnson, la comisión parlamentaria estaba contra él pese a que también incluía diputados conservadores y respetaba los procedimientos de estas investigaciones habituales en Reino Unido.
“No tienen ni una pizca de evidencia de que yo haya engañado de manera consciente o imprudente a la Cámara de los Comunes... El objetivo desde el principio ha sido decir que yo era culpable, sin hacer caso de los hechos. Esta es la definición de una farsa de justicia”, escribe en su carta de dimisión. Utilizando una expresión repetida a menudo por el ex presidente Donald Trump, Johnson asegura sin pruebas que es víctima de “una caza de brujas”, en este caso, “para tomar la revancha por el Brexit y en última instancia darle la vuelta al resultado del referéndum de 2016”.
Aunque Johnson subrayó este viernes que deja el escaño “por ahora”, éste puede ser el final de la carrera política del ex primer ministro, ex alcalde de Londres y ex corresponsal en Bruselas. Era diputado desde 2001. Después de una victoria arrolladora en las elecciones de 2019, ahora es impopular entre sus propios votantes y entre sus compañeros de grupo, que no le han seguido en los últimos desafíos contra el primer ministro, Rishi Sunak, sobre las negociaciones con la UE para aliviar los efectos del Brexit. Johnson fue uno de los pocos que votó contra la reforma del protocolo de Irlanda del Norte que ha pacificado las relaciones con la Comisión Europea y con Irlanda.
Más investigaciones
En cualquier caso, los apuros públicos no han terminado para Johnson, ya que, además de la publicación del informe del Parlamento, está en curso otra investigación oficial sobre su gestión de la pandemia para la que ha tenido que entregar mensajes de WhatsApp que pueden ser comprometedores. En el curso de esa indagación, funcionarios encargados de este expediente descubrieron que había indicios de que Johnson se había saltado las reglas sanitarias en otros eventos privados e informó a la policía, que ahora está examinando esas evidencias y que podía multar (otra vez) a Johnson y a sus familiares.
La comisión parlamentaria entregó a Johnson este jueves el informe que esperaba presentar con sus alegaciones a finales de junio y una posible sanción, que si era una suspensión superior a 10 días podría haber obligado al tory a dejar su escaño. El pleno de la cámara tendría que haber votado cualquier sanción. Se espera que el informe se haga público.
Además, ahora se convocará una elección especial para el escaño de Johnson, en corresponde a una circunscripción a las afueras de Londres. El Partido Laborista es el favorito para ese sitio, según las encuestas.