El veto de EEUU en la ONU a la petición de un alto el fuego en Gaza ha sentado como un jarro de agua fría en algunos países de la UE, como España, que junto a Malta, Bélgica e Irlanda, ha reclamado que sea una exigencia como posición común de los 27 a las puertas del Consejo Europeo en el que el conflicto en Oriente Medio será una de las cuestiones sobre la mesa. La decisión de EEUU tampoco ha gustado al alto representante, Josep Borrell, que la ha lamentado pero, consciente de la brecha sobre este asunto en el seno de la UE, ha rebajado las expectativas a la petición de “una serie de pausas para que la situación humanitaria sea menos horrible”. De hecho, ha reconocido que no hay “unanimidad” por ahora para imponer sanciones a los “colonos extremistas” que han incrementado la violencia contra la población palestina en Cisjordania.
La intención del alto representante es seguir la propuesta que ya aprobó Washington. “Haré una propuesta para sancionar a colonos extremistas en Cisjordania siguiendo los pasos de EEUU y usando el marco de derechos humanos”, ha afirmado Borrell al acabar la reunión con los ministros de Exteriores. “Ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos y decir que estamos preocupados, que lo estamos; que condenamos, que lo hacemos, y pasar a tomar las medidas que podemos tomar contra los actos de violencia contra las poblaciones palestinas en el Cisjordania. Ya son demasiados actos de violencia y demasiados muertos, sobre todo después el 7 de octubre”, ha señalado Borrell.
La situación ha empeorado a raíz de la guerra de Israel contra Hamás en Gaza que estalló el 7 de octubre, y desde entonces, 259 palestinos de Cisjordania (incluidos más de 65 menores) han muerto en hechos violentos, nueve de ellos por ataques de colonos, incluido un niño, informa la Agencia EFE.
“Estamos alarmados de la violencia en Cisjordania por los colonos violentos. Y estamos alarmados por el hecho de que el Gobierno israelí ha aprobado la construcción de otras 1.700 viviendas en Jerusalén Este para expandir los asentamientos, que son ilegales bajo el Derecho Internacional”, ha señalado el alto representante. En las últimas fechas, la UE ha elevado el tono contra los asentamientos israelíes, aunque el equilibrismo hacia Israel hace que la respuesta sea muy tibia.
“La destrucción de edificios en Gaza es similar o incluso mayor a la que sufrieron las ciudades en Alemania durante la segunda Guerra Mundial”, recalca el alto representante, que recuerda que el 85% de la población está desplazada. El ejemplo que ha usado no es baladí dado que es Alemania el país que más pegas pone respecto a la respuesta europea contra la masacre en Gaza.
En paralelo a la apertura del debate sobre las sanciones a los colonos extremistas, Francia, Italia y Alemania han puesto sobre la mesa una propuesta para reforzar las sanciones a Hamás y sobre todo combatir sus vías de financiación. “Hemos avanzado en un régimen de sanciones a Hamás y para los colonos violentos. Ambos entorpecen la paz e impiden la materialización de esa solución de dos estados”, ha señalado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que ha evitado pronunciarse sobre si España impondría las sanciones a los colonos de forma unilateral en caso de que no haya unanimidad, como sí han dicho Francia y Bélgica.
Borrell, que ha sido, junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, una de las voces más críticas con Israel en el seno de las instituciones europeas, ha advertido al Gobierno de Benjamín Netanyahu de que “no debe usar las mismas tácticas en el sur que ha usado en el norte” de Gaza; pero ha admitido que está ocurriendo “lo mismo o incluso peor”. “Las muertes de civiles continúan incrementándose”, ha lamentado.
Además, ha asegurado que es “difícil” decir que los gazatíes no deberían ser expulsados de su tierra en un momento en el que “la gente está escapando de las bombas y buscando refugios, pero no hay mas refugios en Gaza”.
Albares ha insistido en la necesidad un alto el fuego “sostenible” ante la “catastrófica situación humanitaria en Gaza” para que la “cooperación europea” sea accesible a la población civil. También insistirá en la necesidad de celebrar una conferencia de paz. “No solo tenemos que parar la espiral de violencia lo antes posible, y de ahí la petición de un alto el fuego, sino tenemos que pensar en el día después”, ha apuntado Albares, que ha explicado que ese será el camino para que no se vea “nunca más” esa violencia.