Quedan seis semanas, seis. Y Reino Unido dejará la UE, “con acuerdo o sin acuerdo”, le dijo el primer ministro británico, Boris Johnson, al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, este lunes en Luxemburgo. Así lo ha contado Juncker este miércoles en el pleno del Parlamento Europeo durante el debate de una resolución de la Eurocámara en la que se apuesta por un acuerdo, el backstop –salvaguarda para una frontera invisible en Irlanda– y por condicionar una nueva prórroga que sea argumentada convenientemente.
La resolución ha sido aprobada por 544 votos a favor, 126 en contra y 38 abstenciones.
Pero la Comisión Europea se teme lo peor: “El riesgo de no acuerdo es real”, ha reconocido Juncker: “Puede ser la opción del Gobierno británico, pero no es la nuestra, y estamos dispuestos a negociar las 24 horas del día para llegar a un acuerdo. No parece fácil, pero lo vamos a intentar”.
El acuerdo que firmó Theresa May con la UE fue sepultado tres veces por el Parlamento británico, pero tras sucesivas prolongaciones del Brexit, previsto inicialmente para el 29 de marzo, no ha llegado ninguna alternativa de Londres.
“Yo no soy un enamorado del backstop”, ha dicho Juncker en su discurso, “pero defiendo los motivos por los que se ideó. Y estamos a la espera de que Reino Unido ofrezca alguna alternativa”. A mes y medio del día D, Bruselas sigue sin noticias de Londres.
La presidenta de los socialistas en la Eurocámara, Iratxe García, ha apostado por la extensión del Brexit para evitar una salida sin acuerdo y también ha replicado a la bancada de Nigel Farage (Partido del Brexit).
“Apoyamos una extensión del Artículo 50 para evitar un escenario catastrófico sin acuerdo”, ha dicho García: “Si el Reino Unido necesita tiempo para organizar nuevas elecciones o un referéndum, deberíamos darles ese margen”.
El eurodiputado popular Esteban González Pons ha intervenido en inglés: “La democracia británica es una sombra de lo que fue por políticos como Farage”.
El Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles por amplia mayoría una resolución apoyada por populares, socialdemócratas, liberales, Verdes e Izquierda Unitaria (GUE).
No obstante, entre las abstenciones se encuentran la de los tres eurodiputados de Podemos y los dos de Izquierda Unida porque el texto no recoge ninguna alusión a las repercusiones de un Brexit sin acuerdo en el Campo de Gibraltar, como ha señalado la cabeza de lista de Unidas Podemos, María Eugenia Rodríguez Palop, en su intervención.
Sira Rego, eurodiputada de IU, ha explicado: “Nos hemos abstenido porque esta resolución ignora lo que para nosotras es una de las principales problemáticas. El Brexit creará dos nuevas fronteras exteriores de la UE en Irlanda y Gibraltar, y si bien la primera de ellas aparece ampliamente reflejada de forma positiva en la resolución, se ignora por completo la segunda”.
La delegación de Vox, por su parte, ha votado dividida en el debate sobre el Brexit, según recogía el registro del voto nominal de la Eurocámara. Así, aparecía que Hermann Tertsch, quien ha tomado la palabra al final del debate, se ha reivindicado “europeísta”, y ha criticado a los savonarolas (en alusión al religioso italiano del siglo XV Girolamo Savonarola), encarnados, según él, en dirigentes como el presidente de la comisión del Brexit de la Eurocámara, el liberal Guy Verhofstadt. Pero, al final, Tertsch ha votado a favor de la resolución del Parlamento Europeo. Eso sí, lo ha hecho “por error”, según ha explicado él mismo en Twiter.
Sus compañeros de delegación, el número uno de la lista de Vox al Parlamento Europeo, Jorge Buxadé; y la número 2, Mazaly Aguilar, han votado en contra de la resolución, junto con el grueso de la extrema derecha de Le Pen, Salvini y Farage.
Responsabilidad de Londres
Tras el almuerzo del lunes entre Juncker y Johnson, la Comisión señaló “la responsabilidad de Londres en buscar una alternativa”, mientras que el Gobierno británico decía que “el primer ministro reiteró que no solicitaría una prórroga y sacaría al Reino Unido de la UE el 31 de octubre”.
Después de la reunión con Juncker, Johnson se vio con el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, pero anuló su comparecencia ante la prensa por los abucheos.
Los abucheos provenían de los numerosos manifestantes concentrados frente a la sede del Gobierno luxemburgués, donde ha tenido lugar la reunión. El Gobierno británico, según la BBC, pidió hacer la rueda de prensa en el interior, pero el Ejecutivo luxemburgués mantuvo el plan previsto, con los atriles en el exterior. Al final, Johnson dejó el suyo vacío.