Bruselas emplaza a Johnson a cerrar el acuerdo del Brexit: “Es la hora de la verdad”

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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“Son las últimas horas”, ha recordado Michel Barnier ante el Parlamento Europeo este viernes. El negociador jefe ha comparecido ante la Eurocámara en un debate sobre el estado de las negociaciones con Reino Unido para lograr un acuerdo comercial y de relación futura que entre en vigor el próximo 1 de enero, “en diez días”, ha dicho Barnier, minutos antes de volver a sentarse con sus homólogos británicos: “Se trata de saber si Reino Unido se marcha en unos días del mercado único y la unión aduanera con acuerdo o sin acuerdo”.

“Es el momento de la verdad, quedan horas, poquísimo tiempo”, ha dicho Barnier: “Unas horas que pueden ser útiles si queremos que el acuerdo entre en vigor el 1 de enero. Las posibilidades existen, pero es una senda muy estrecha. Cuando haya que tomar la decisión final cada uno tomará sus decisiones”.

Barnier ha reprochado a Londres que se opusiera a prorrogar los plazos de negociación cuando se pudo, en junio: “Son los británicos quienes fijaron este plazo tan limitado que ahora es un corsé. En junio se negaron a prorrogar la transición, cosa que se les facilitaba y proponía. Van a marcharse con acuerdo o sin acuerdo, pero son ellos los que así lo han decidido”.

El negociador jefe también ha destacado: “Es una negociación extraordinaria, en nueve meses, nunca lo habíamos hecho en el pasado así sobre tantos temas. Lamentamos que los británicos no hayan querido ir más lejos en política exterior, en cooperación y seguridad, pero para eso hay que tener voluntad de negociar”.

El negociador de la UE ha repasado “las grandes dificultades” que permanecen abiertas “en estas últimas horas”. En este sentido, Barnier ha explicado que su “que esta Unión de 27 Estados miembros que funciona de manera democrática y fundada en valores comunes con una base que es el mercado único, es un ecosistema. Y exigimos que esos valores y principios y ese mercado único se pueda defender. Queremos una cooperación ambiciosa, pero equitativa, justa y libre. Con igualdad de condiciones, con competencia justa, unas normas que sean leales, también en lo medioambiental y climático”.

“Si el Reino Unido soberano desea alejarse de esa vía”, ha afirmado Barnier, “es su derecho, pero tendrá consecuencias a la hora de tener acceso al mercado sin aranceles ni cuotas. El Reino Unido también quiere soberanía en pesca, recuperar el control de sus aguas, y lo aceptamos y respetamos. Pero si Reino Unido quiere poder cortar el acceso a esas aguas a los pescadores en cualquier momento, la UE también puede tener que poder compensar esa medida ajustando las condiciones de acceso a su mercado a los productos británicos y de pesca. Y ahí radica una de las grandes dificultades, en la pesca. No sería ni justo ni aceptable que los pescadores europeos no tengan derechos transitorios de pesca mientras las empresas británicas tienen una situación estable. No es justo. Estos son los principales escollos”.

Y ha sentenciado: “Sólo pedimos un equilibrio entre derechos y obligaciones y reciprocidad al acceso a nuestro mercado y nuestras aguas. Queremos un acuerdo, pero tampoco lo queremos a cualquier precio. En estos momentos, y lo digo con franqueza, no puedo asegurar cuál será el resultado de esta última fase. Hay que prepararse para todo, también una eventual falta de acuerdo. Esta mañana se vuelve a negociar, para un último intento para el acuerdo, sobre todo en la pesca, si no hacemos un esfuerzo para alcanzar ese acuerdo”.

El domingo, día D para la Eurocámara

La Eurocámara ha fijado el domingo como fecha límite para ratificar un posible acuerdo del Brexit antes de fin de año. “La aplicación provisional del acuerdo no es aceptable, por eso esperamos que la Comisión nos remita el texto lo antes posible. Sólo debatiremos los resultados si se alcanza un acuerdo antes de la medianoche de este domingo. No permitamos que la estrategia de Londres nos divida”, ha dicho este viernes la presidenta de los socialistas en la Eurocámara, Iratxe García.

La declaración aprobada por los presidentes de los grupos parlamentarios del Parlamento Europeo afirma que la institución “está dispuesta a organizar una sesión plenaria extraordinaria a finales de diciembre, en caso de que se llegue a un acuerdo antes de la medianoche del domingo 20 de diciembre, para que el Parlamento Europeo debata el resultado de las negociaciones y considere la posibilidad de otorgar su consentimiento”. Y añade: “El Parlamento insiste en que esto depende de tener acceso al texto de cualquier acuerdo antes de la remisión formal y, a este respecto, insta a la Comisión Europea a que proporcione al Parlamento un texto provisional lo antes posible”.

Este jueves por la noche volvieron a hablar por teléfono el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Y constataron que se mantienen “las grandes diferencias”, si bien ha habido “progresos sustanciales en algunos asuntos”.

De acuerdo con una portavoz del Gobierno británico, Johnson “subrayó que las negociaciones se encuentran ahora en una situación grave. El tiempo es muy corto y parece muy probable que no se llegará a un acuerdo salvo que la posición de la UE cambie sustancialmente”.

“Seguimos dispuestos a continuar las negociaciones y ratificar un acuerdo, incluso en tarde si se puede llegar a uno. Pero cualquier acuerdo debe entrar en vigor el 1 de enero, y no hay circunstancias en las que el Reino Unido continúe las conversaciones una vez que eso sea imposible”, han dicho los británicos.

Según Downing Street, el primer ministro dijo que “Reino Unido está haciendo todo lo posible para dar cabida a las peticiones razonables de la UE en igualdad de condiciones [level playing field], pero aunque la brecha se ha reducido, algunas áreas fundamentales siguen siendo complicadas”.

En cuanto a la pesca, el Gobierno británico, dice que “Reino Unido no puede aceptar una situación en la que sea el único país soberano del mundo que no pueda controlar el acceso a sus propias aguas durante un período prolongado y enfrentarse a cuotas de pesca que perjudicaban enormemente a su propia industria. La posición de la UE en este ámbito simplemente no es razonable y, si se quiere llegar a un acuerdo, es necesario cambiarla de forma significativa”.

Según las fuentes, Johnson “repitió que quedaba poco tiempo y dijo que, si no se podía llegar a un acuerdo, el Reino Unido y la UE se separarían como amigos, y el Reino Unido comerciaría con la UE al estilo australiano [sin más acuerdo que las reglas de la OMC]”.