“Estamos reflexionando”, dice la Comisión Europea. “Hay que hacer todo lo posible para salvar el acuerdo, pero sin renegociar su contenido. Estamos trabajando en clarificaciones, no en renegociaciones”, ha reconocido el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, en Bucarest.
Eso sí, Juncker ha evitado entrar en detalles: “Todo lo que puedo decir es que no voy a entrar en especulaciones. No puede haber renegociación, sólo clarificaciones, y estamos discutiendo con Downing Street qué pueden ser. Sería poco inteligente entrar en detalles”.
Cada vez queda menos. Poco más de dos meses y medio. Y aún no hay manera de vislumbrar cómo Theresa May podrá superar los trámites parlamentarios para el acuerdo del Brexit sellado con la Comisión Europea.
Sin embargo, los números siguen sin salirle –por la fractura de los tories y el rechazo de los unionistas irlandeses–; y May cree que no le salen los números porque no ha logrado garantías suficientes de que el backstop, la salvaguarda sobre la frontera irlandesa que mantendría a Irlanda del Norte en el mercado comunitario, no terminará entrando nunca.
Pero, para que eso ocurra, para que nunca entre en vigor el backstop, se necesita un acuerdo comercial cerrado para finales de 2020, para cuando acabe el periodo de transición desde que se produce la salida de Reino Unido de la UE –29 de marzo–. Eso sí, para que haya periodo de transición, backstop y acuerdo comercial para la relación futura tiene que haber acuerdo del Brexit. Si no hay acuerdo, no hay más que desorden, caos y medidas de contingencia.
La primera ministra británica dijo este domingo en una entrevista en la BBC que un Brexit sin acuerdo supondría entrar en un “territorio inexplorado”.
“Si el acuerdo no resulta aprobado vamos a adentrarnos en un territorio inexplorado. No creo que nadie pueda decir exactamente qué ocurriría, en términos de la reacción que veríamos en el Parlamento”, argumentó la primera ministra.
May insistió en que espera en los próximos días obtener nuevas garantías por parte de la UE que otorguen “confianza” a los críticos con el pacto de que el mecanismo de salvaguarda para evitar una frontera de Irlanda del Norte no se convertirá en un arreglo permanente.
Además, prevé anunciar “medidas en relación con Irlanda del Norte”, y un plan para otorgar “un mayor rol al Parlamento” de cara a las futuras negociaciones sobre la relación comercial que establecerán Londres y Bruselas tras la salida británica del bloque comunitario.
No obstante, según publica The Guardian, Bruselas ofrecerá a May un “intercambio de cartas” confirmando la intención de la UE de concluir el acuerdo de la relación futura para 2021 –lo cual evitaría la entrada en vigor del backstop–, con la intención de aplacar la oposición a May y al acuerdo en el Parlamento británico.
Ese intercambio de cartas, sin embargo, no sería más que subrayar algo que ya está en el acuerdo de 585 páginas y en las conclusiones del consejo de jefes de Gobierno de la UE del pasado diciembre, en tanto que no constituirá un compromiso de fecha límite.
Y para conseguir algo lo más contundente posible, May ha hablado en las últimas horas con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker –con quien la conversación fue “amistosa” y se repetirá esta semana, según el portavoz comunitario–; con el presidente de Francia, Emmanuel Macron; con Mark Rutte, el primer ministro holandés; la canciller alemana, Angela Merkel; y Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo.
May, así, busca la ayuda de los líderes británicos y europeos para superar la votación del Brexit en Westminster. Una votación que, a una semana, se presenta muy difícil para ella, tan difícil como para tumbar el acuerdo del Brexit y a su propio Gobierno.