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Bruselas ve “puntos problemáticos” en la propuesta de Johnson para el Brexit

El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Muchas gracias, pero no. Es el resumen de la respuesta de la Unión Europea a Reino Unido. Hay avances, pero no los suficientes, ha dicho el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al primer ministro británico, Boris Johnson.

Han hablado por teléfono a las 17.15, en una conversación en la que el primer ministro británico ha informado al presidente del Ejecutivo comunitario de los contenidos de la última propuesta del Reino Unido, que incluye un texto legal, una nota explicatoria y una carta del primer ministro Johnson.

Juncker “ha saludado la determinación de Johnson de avanzar en las conversaciones antes del Consejo Europeo de mediados de octubre y de progresar hacia un acuerdo”, según un comunicado de la Comisión Europea: “Juncker ha reconocido los avances positivos, sobre todo en lo que tiene que ver con los mecanismos regulatorios para todos los bienes y el control de bienes que entren a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña”.

En todo caso, “Juncker entiende que aún hay puntos problemáticos que necesitan más trabajo en los próximos días, sobre todo los que tienen que ver con la gestión del backstop”, explica Bruselas: “El delicado equilibrio del Acuerdo de Viernes Santo debe ser preservado, y también las normas aduaneras básicas”. El presidente de la Comisión ha destacado que tiene que haber una solución legalmente operativa en la que converjan los objetivos del backstop: “Evitar una frontera dura, preservar la cooperación Norte-Sur y la economía de toda la isla, y proteger el mercado interior de la UE y el lugar de la República de Irlanda en él”.

Juncker ha confirmado que la Comisión Europea examinará el texto legal “objetivamente” y con “los mejores ojos”.

“La UE quiere un acuerdo”, dice Bruselas, “permanece unida y lista 24/7 para conseguirla, como lleva en estos más de tres años. Habrá más reuniones entre los equipos negociadores de la UE y de Reino Unido en Bruselas en los próximos días”.

El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, y su equipo informarán este miércoles al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo, y el presidente Juncker hablará con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

Tras la reunión de Barnier con la comisión del Brexit del Parlamento Europeo, esta última ha difundido un comunicado en el que descarta la propuesta “de última hora” del Gobierno británico: “Tenemos serias preocupaciones sobre la propuesta del Reino Unido. Salvaguardar la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda, la protección de los ciudadanos y el orden legal de la UE deben ser el objetivo principal de cualquier acuerdo. Las propuestas del Reino Unido no coinciden ni remotamente con lo acordado como un compromiso suficiente en el backstop”.

La propuesta de Johnson consiste en que Irlanda del Norte respetaría parte del marco regulatorio de la UE hasta 2025, pero saldría por completo de la unión aduanera. En 2025, Irlanda e Irlanda del Norte podrían acordar el nivel de alineamiento con el marco regulatorio en un acuerdo bilateral.

En el documento remitido a las instituciones europeas, publicado durante la tarde de este miércoles, el Gobierno propone “la creación de una zona regulatoria en toda la isla”, es decir, que afecte tanto a Irlanda como Irlanda del Norte, para “todos los bienes”, incluidos los del sector agroalimentario.

“Mientras exista esta zona se eliminarían todos los controles regulatorios al comercio de bienes entre Irlanda del Norte e Irlanda, asegurando que todas las regulaciones en Irlanda del Norte son las mismas que la UE”. Sin embargo, establece que la región “será parte del territorio aduanero de Reino Unido, no de la unión aduanera de la UE”, lo que abriría la puerta a poder negociar acuerdos con terceros países.

El Ejecutivo de Johnson, no obstante, pide que la creación de esta “zona regulatoria” sea antes respaldada por el Ejecutivo y la Asamblea de Irlanda del Norte, tanto antes de que los nuevos acuerdos entren en vigor -durante el periodo de transición- como cada cuatro años. Así, la primera revisión sería en 2025. “Si el consenso no está asegurado, los acuerdos expiraran”, matiza el documento.

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