La campaña de Ron DeSantis no está muerta, a pesar del fiasco de su lanzamiento en Twitter

Javier de la Sotilla

Washington —
29 de mayo de 2023 01:42 h

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El esperado lanzamiento de campaña de Ron DeSantis no salió como hubiera deseado, pero convendría no darlo por vencido. Después de meses preparando el terreno para presentarse a las primarias republicanas, el gobernador de Florida dio su anuncio estelar junto al magnate ultraconservador de moda, Elon Musk, durante una conversación en Twitter Spaces plagada de fallos técnicos, silencios y frases entrecortadas. Eso le valió las burlas de su principal rival, Donald Tump, quien le apodó 'DeSaster' y sentenció que “toda su campaña será un desastre”, así como de su futurible adversario, el presidente Joe Biden, que le troleó tuiteando un enlace de su campaña con el mensaje: “este link funciona”.

Pero en los Estados Unidos de América, no es fiasco todo lo que no luce. Y al igual que Trump llegó a la presidencia en 2016 a base de comentarios incendiarios, controversias y con los principales medios de comunicación en contra, DeSantis podría seguir una consigna parecida: no hay publicidad mala, mientras dé visibilidad. La prueba está en que el fiasco del lanzamiento de su campaña no le ha impedido batir un récord: en las 24 horas posteriores a su anuncio, recaudó más que ningún otro candidato a la presidencia, 8,2 millones de dólares.

De este modo, el republicano logró recaudar incluso más que el actual presidente y único candidato demócrata con opciones realistas, Biden, que en 24 horas logró 6,3 millones. Y que Trump, quien comenzó su campaña con problemas de dinero tras perder el apoyo de importantes donantes conservadores, y tan solo recaudó 9,5 millones de dólares en las seis semanas posteriores a su anuncio. 

El expresidente encadena tres ciclos electorales decepcionantes y eso le ha valido las críticas internas en su partido. Pero, tras perder terreno en las encuestas después de las elecciones de mitad de mandato de noviembre, ha vuelto a recabar apoyos −y recaudación− después de su histórica imputación en un tribunal de Nueva York por el caso del soborno a la actriz Stormy Daniels, que supuso la primera vez que se encausa a un presidente de EEUU en activo o retirado. Ahora Trump tiene más de 30 puntos de ventaja sobre DeSantis, quien, a pesar de sus envidiables cifras económicas, lo tendrá complicado para arrebatarle el liderazgo republicano.

El “resurgimiento americano”

DeSantis quiere aprovechar el viento favorable que le supuso su reelección con amplia ventaja a gobernador de Florida. Las políticas que ha impulsado en el estado sureño son su mejor carta de presentación como un candidato ultraconservador a la altura de Trump. Su propuesta para el país se resume en “Make America Florida”, es decir, llevar a escala nacional su prohibición del aborto, su persecución a las personas trans, a la educación sexual, de género y de raza en las escuelas, su prohibición de libros, su criminalización de las protestas pacíficas, sus ataques a la libertad de prensa o su ampliación del derecho a llevar armas.

“Me presento a presidente de EEUU para liderar el gran resurgimiento americano”, dijo DeSantis durante su conversación con Musk, en el enlace de Twitter Spaces que sí funcionó. Ese es su eslogan, con reminiscencias del “Make America Great Again” que ha personificado y comercializado Trump en los últimos siete años. 

El mensaje apocalíptico del vídeo de presentación de su candidatura también recuerda al estilo trumpista: “Nuestra frontera es un desastre. El Gobierno federal infesta de delincuencia nuestras ciudades y dificulta que las familias lleguen a final de mes. Y el presidente se tambalea”, asevera, junto a una bandera estadounidense que ocupa toda la pantalla. En el vídeo, DeSantis promete que va a “devolver la cordura a nuestra sociedad, la normalidad a nuestras comunidades y la integridad a nuestras instituciones”. “En Florida demostramos que es posible. Elegimos los hechos frente al miedo, la educación frente a una doctrina, la acción, la ley y el orden frente a los disturbios y el desorden”, sentencia, en alusión a su controvertido mandato estatal.

Aunque está evitando mencionar a su adversario republicano, uno de los puntos fuertes de su candidatura es que, a diferencia de Trump, él llega en dinámica electoral positiva: en las últimas elecciones, logró una demoledora victoria frente a su adversario demócrata. De este modo, se vende como la alternativa ganadora ante un Trump que ya perdió en las urnas contra el probable candidato demócrata, Biden. 

“Debemos acabar con la cultura perdedora que ha infectado al Partido Republicano en los últimos años. Los cansinos dogmas del pasado son inadecuados para un futuro vibrante. Debemos mirar hacia delante, no hacia atrás. Necesitamos el coraje para liderar y debemos tener la fuerza para ganar”, dijo DeSantis durante la entrevista con Musk, en referencia a su libro publicado en febrero, 'El coraje de ser libre: el proyecto de Florida para el renacimiento de América'.

Trump lidera en solitario las encuestas

Desde que fue elegido presidente en 2016, Trump ha convertido al Partido Republicano en una organización a su imagen y semejanza, y a una parte de sus votantes en fieles adoradores, a los que ahora llama a “completar la misión hasta la victoria final”. A pesar de que una parte del partido está criticando abiertamente su estilo controvertido y sus malos resultados electorales, mantiene el apoyo mayoritario, con gran ventaja frente a DeSantis, así como los demás candidatos republicanos: Nikki Haley, Ryan Binkley, Larry Elder, Asa Hutchinson, Perry Johnson, Vivek Ramaswamy y Tim Scott.

Según la última encuesta publicada por la CNN, Trump es la primera opción y mantiene el apoyo del 53% de los votantes republicanos, casi el doble que el 26% de DeSantis. Los demás candidatos oficiales están a una gran distancia y acaparan, a lo sumo, el 2-3% de los apoyos, según otra encuesta de la Universidad de Quinnipac.

Mientras que la mayoría de candidatos alternativos se venden como más moderados que Trump, DeSantis intenta exhibirse como el candidato más radical, más a la derecha. En sus discursos, promociona la prohibición del aborto tras seis semanas de gestación en Florida, que incluso Trump cuestionó dado que algunos republicanos la consideran “demasiado dura”. Además, dijo que el expresidente quiere amnistiar a 1,8 millones de inmigrantes indocumentados −algo que Trump tachó posteriormente de “engañoso”− y recordó que durante el covid tuvo unas políticas menos restrictivas, manteniendo las escuelas, los negocios y los espacios públicos abiertos, a pesar de los cierres nacionales durante la presidencia de Trump.

“Obviamente está atacándome desde la izquierda”, dijo DeSantis durante una charla con el presentador de radio Matt Murphy. “No sé qué le ha pasado a Donald Trump. Es un tipo diferente hoy que cuando se presentó en 2015 y creo que la dirección que está tomando con su campaña es la errónea”. Este es el camino que ha elegido para batir a su padre político y adversario republicano. Y así lo sostiene Sally Goldenberg en Politico: “¿Cómo enfrentarse a Trump sin ofender a la base leal al expresidente? Sencillamente, poniéndose a su derecha”.

El hijo político de Trump se rebeló

DeSantis complementa el discurso ultraderechista con la imagen de un hombre más calmado, estable y firme que Trump, sin sus escándalos mediáticos y legales, y más inteligente que el expresidente. El gobernador de Florida le debe gran parte de su carrera política ascendente a Trump, su padre político, que ahora se ha convertido en rival a batir.

Doctor en derecho por la Universidad de Harvard, después de servir en la marina norteamericana en Irak y en el centro de detención de Guantánamo, irrumpió en la escena política en 2012, después de ganar la elección en el distrito 6 de Florida en la Cámara de Representantes. Después de ser reelegido en dos ocasiones, en 2018 seguía siendo un congresista poco conocido en la escena nacional. 

Fue entonces cuando Trump, conmovido por su discurso de línea dura, lo apadrinó y le dio su apoyo para la candidatura para las elecciones a gobernador de Florida. Unos comicios que ganó por la mínima, pero que le valieron de altavoz en los últimos cuatro años, para lograr la reelección el pasado noviembre. Durante la pandemia, se catapultó como icono de la derecha estadounidense, al convertir Florida en un Estado “libre de Faucismo”, en referencia al máximo epidemiólogo del país durante la era Trump, Anthony Fauci. Y en los años posteriores, ha seguido adelante con sus llamadas “guerras culturales” contra “la cultura woke”.

DeSantis mantuvo su lealtad al expresidente en sus años de mandato, pero ha empezado a brillar con luz propia y le ha declarado la guerra, lo que le ha valido los apodos en tono de burla que acostumbra a usar Trump contra sus rivales −“DeSanctimonium”, “DeSanctum” o “DeSaster”− así como vídeos humorísticos contra su figura o riéndose de los fallos técnicos en la conversación con Musk. Está por ver si, después del fiasco de su lanzamiento de campaña y del posterior récord de recaudación, es capaz de batir al magnate republicano en las primarias presidenciales de 2024.